Siguiente día
Gulf duerme en ese tablón mármol. Bien abierto de piernas roncando fuerte. —Mi, mi, mi. — Reduce los ronquidos a bonitos balbuceos dándose la vuelta para quedar en un costado y pegar las rodillas al abdomen. Ronca fuerte y vuelve: —Mi, mi, mi. — Acurrucándose con una sonricita labial al soñar cosas bonitas.
Leonor ha llegado. —¡Despierta, príncipe! Hoy tenemos muchas cosas que ♪hacer~♪. — Canta abriendo las ventanas.
—Nana, estaba soñando la cosa más bonita... — Habla ronco al sentarse. Intenta abrir los ojos pero resulta que le pesan demasiado los párpados y parecen rodar para atrás. Bosteza como oso grizzly, —que jamás podrías imaginar.
—¿Con qué soñaste, querido príncipe?
—¡Soñé que monté a caballo junto a Kao! Y que unos cazarrecompensas querían exponerme, ¡pero Kao les dio una paliza! Entonces Mew me devolvió a salvó al castillo, vino una dama molesta (A la que golpee, por cierto) y Mew me defendió--
Gulf cae en cuenta de que todo eso paso de verdad y pega un grito cubriéndose mitad del rostro para abajo. Penoso. Leonor, su madre no biológica pero espiritual, pega un brinco y lo mira asustada. —¿Qué pasó, mi príncipe?
—Todas esas cosas sí pasaron. — Dice rapidito sacándose la sabanita para decir eso y se vuelve a cubrir mirándola con ojitos de cachorro. —Golpee a una dama. ¡Yo! ¡Un hombre! Ay Dios mío, soy un desgraciado, deberían ejecutarme ahora mismo. — Se cubre entero.
Leonor llega a él y se sienta toda cariñosa frente sus piernas. —Oye, oye, — Tranquiliza destapando a su hijo no biológico. Lo mira amorosa. Le acaricia la cien izquierda hasta la mejilla. —pero, dime, ¿qué pasó que la golpeaste?
—Estaba limpiando las lámparas y me dijo que los feos como yo no tenemos derecho a coexistir con los hermosos. Hizo añicos la lámpara esperando que me culparán a mí por eso.
—Se lo merecía.
—¡Nana!
—Digo, — Carraspea elegante. —no vuelvas a golpear a ninguna otra mujer en tu vida, por supuesto, pero si alguna te sale con mala crianzas como esas, no te quedes callado. Discutelo. Te he criado muy bien como para saber eso.
Gulf sonríe súper cariñoso y abraza a Leonor. —Muchísimas gracias, nana.
—Aw.— Ella le acaricia el cabello. —Ahora vamos, ¡hoy tendrás clases especiales!
—¿Clases especiales?
Leonor abre la puerta del ático revelando a Mew parado ahí. Este sonríe labial y comete una reverencia.
—¡Le enseñaremos!— Entran todos los Caballeros súper rápidos cometiendo poses heroícas y derribando a Mew al suelo, inconscientemente parándose sobre él. —¡♪A ser un príncipe♪! — Cantan todos.
—Eh, ¿dónde está Mew? — Pregunta Ken buscando por alrededor sin soltar el arco y flecha que carga. Mew alza el torso debajo de ellos para sonreír añadiendo un: —¡Ta-da!
—Chicos, — Se sorprende Gulf. —En serio, ¿me darán clases?
—Eres nuestro príncipe, todo lo hacemos para usted. — Ken habla refinado y exagera los parpadeos para lucir encantador. Incluso forma una sonrisa labial fuera de su habitual actitud gruñón.
—Chicos.— Sonríe Gulf, sintiendo el cariño desde dónde está.
🐸
—Primero, agarrar bien los utensilios a la hora de comer. — Dentro de minutos, se alistaron para usar la pequeña mesa de cena en el ático. Tor frente a Gulf quién agarra el tenedor y el cuchillo suavecitos y los alza a su pecho. —Corte la carne en su plato, príncipe.
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𝑈𝑛 𝑃𝑟𝑖́𝑛𝑐𝑖𝑝𝑒 𝐹𝑒𝑜| MewGulf
HumorTodos en IrradiaLuz esperaban que el hijo del rey y la reina tuviera una belleza fenomenal, dándose el caso, de que sus padres son hermosos. Pero, no fue así y su padre lo mantiene a ocultas del pueblo, condenado a limpiar con los sirvientes el cast...