6 (Final)

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Al siguiente día
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Snowflake está durmiendo dentro de su establo. Sin embargo, escucha unas fuertes  patadas en el establo enfrente. Abre los ojos poniéndose en cuatro tan rápido como un Vengador. Queda bien recto mirando atento. Entonces ve a Cheetah patear el establo donde está encerrado.

Snowflake relincha comunicando, «¡¿Qué haces?! ». Cheetah no responde y sigue pateando. Hasta finalmente hacer caer el pestillo de su establo y salir. Posa entre los establos mirando determinado hacia enfrente.
Snowflake vuelve a debatir en su idioma animal. Cheetah lo mira mal. —Iré a buscar a mi dueño. — Comunica en su lenguaje.

—¿Tú solo? ¡De ninguna manera!

Cheetah bufa por las fosas. —Como si tú fueras a salir de ahí, ¿no? — Raspa una pezuña contra los suelos entonces arranca a correr. Su cabello revoloteando hacia atrás.
Snowflake relincha alto pidiendo que se detenga. Pero, por supuesto, Cheetah lo ignora. El caballo se ve sumido en la preocupación. Igualmente se da la vuelta para patear la puerta de su establo. Una tras otra vez.

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Para cuando Snowflake sale, corre sonriente hacia la libertad, pero Kao posa justo enfrente. Tomado de sorpresa al ver su caballo saliendo. Snowflake frena la velocidad con sus cuatro pezuñas y todo su cuerpo se ve impulsado hacia adelante viéndose pequeño. Al frenar queda de nuevo en su forma original. Mirando sorprendido al dueño.

—¿Y tú a dónde ibas? — Pregunta Kao.

El caballo primero está sorprendido. Luego mira hacia enfrente determinado. Ojitos entrecerrados como detective. Va a pasar de largo al dueño, ignorando su pregunta y caminando presumido. Kao lo ve pasar de largo, pero lo agarra de la cola volviéndolo a detener. —Te pregunté algo. Si no me dices, no te daré manzanas por el resto del mes.

Snowflake vuelve a dejar caer la quijada. Se da la vuelta más rápido que flash y de trasero se tira. Comienza a escribir en el suelo usando una pezuña. Sentado como perrito.

Kao mira abajo para leer.

—“Cheetah se fue a buscar a Gulf solo. ”— Lee Kao. —Pero si nosotros también vamos, ¿por qué querías ir sin mí?

Snowflake bufa por las fosas, irritado, entonces gatea para atrás el trasero, creando espacio, y escribe abajo:

—“Me precipité porque no sabemos lo que hay allá. Tú no me has contado. (•ˋ _ ˊ•)”

—O--Okay, pero ¿cuando aprendiste a dibujar caras? — Kao pregunta.

Snowflake lo mira aborrecído.

—Solo era una pregunta. Allá hay personas. Personas como el príncipe. Solo no sabemos sus intenciones ni cómo son así que deberemos buscar al príncipe por si acaso. — Explica Kao.

Snowflake se pone en sus cuatro más que dispuesto. Se le acerca al dueño ofreciéndole su cabeza. Kao le acaricia toda la frente hasta el hocico con pequeñas risas. Enternecido.
—Busquemos a nuestro príncipe, Flake.

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Mew despierta con resaca. Se sujeta una cien a medida que toma asiento. Dónde sea que está acostado se siente suave. Es un catre. Puede sentir las sabanas bajo su cuerpo. Mira alrededor y ve a Gulf dormir tranquilo. Finalmente en paz. Todo vestido. Ronca menos, pero sí hace el típico balbuceo. El Caballero comete una tierna sonrisa.

Se acuesta de lado, haciendo esa pose sexy pensativa. Mira bonito al príncipe. Dedicándole toda la atención del mundo. Estos días ha podido mirarlo muchas más veces que los anteriores..., la razón por la que le cuesta mirarlo es que.... ¡Mariposas comienzan a revolotear por todo su estómago! Vuelan de aquí allá y simplemente no las puede detener. Ha pensado en beber ácido, pero matarlas solo crearía más. El dolor es insaciable. La única manera de detenerlo es no mirar fijamente al chico durante varios minutos.
Pero, ¿cómo evitarlo siendo tan lindo?

𝑈𝑛 𝑃𝑟𝑖́𝑛𝑐𝑖𝑝𝑒 𝐹𝑒𝑜| MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora