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—¿Puedes enseñarme lo que estás haciendo?

—Por supuesto —responde el joven de negruzco cabello peinado hacia atrás, sentado sobre las rodillas y arremangando su camisa—. ¿Ves estos bosquejos? Serán una pequeña parte de lo que pintaré aquí —muestra unos dibujos sencillamente detallados, seguido de una blanca pared con manchas de humedad y salpicadas de una rojiza sustancia seca—. Todo este cuarto estará pintado.

—¿Cuál es tu paleta?

—Ésta, mira. ¿Te gustan los colores?

—Me encantan.

—Los escogí porque, además de ser tus favoritos, con el paso de los años no van a perder su brillo así que no necesitarán una nueva mano.

—Esa es una explicación un poco vaga, para lo extravagante que eres… —rechista esa suave vocecilla detrás de la cámara, y el azabache ríe.

—Es una pintura especial. El cambio, la transformación. La muerte, el renacimiento —recita con desinterés mientras acomoda dichas hojas—; no es necesario que te lo explique, JeongHan. Vas a encontrarle tu propio significado.

—¿No estás drogado, verdad?

—Tal vez lo esté… —admite—; solo un poquito. Lo justo y necesario para volver esta pocilga un lugar maravilloso.

S333xtapesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora