Tres

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Aquella "sacudida", como decidió llamarle, había sido interrumpida por Taehyung, quién le miraba con sus rasgados ojos entrecerrados, pasando su vista desde Jungkook hasta él, sin una pizca de disimulo y no le sorprendía, aquello ya le caracterizaba

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Aquella "sacudida", como decidió llamarle, había sido interrumpida por Taehyung, quién le miraba con sus rasgados ojos entrecerrados, pasando su vista desde Jungkook hasta él, sin una pizca de disimulo y no le sorprendía, aquello ya le caracterizaba.

Una semana había transcurrido desde el suceso donde sus lenguas se conocieron en un feroz encuentro. Si sé es sincero, Jimin no se arrepentía de aquello, pero tampoco se quejaba de haberse visto interrumpido, porque de no ser así, se preguntaba hasta donde le habría hecho llegar, y eso solo lograba asustarle.

El líder Jeon es, sin duda, un alfa realmente atractivo, Jimin no era tan orgulloso como para negar aquello. Pero eso mismo era lo que ponía duda en su ser. "No dejes que ningún alfa esté por encima", recordó la voz de su padre, soltando aquella mierda mientras le miraba, irónicamente, desde arriba.

¿Hasta dónde habría llegado de no ser interrumpido?, reemplazó su mente aquel pensamiento con la incógnita que desde aquel día le torturaba sin compasión.

Poco a poco se hundía en sus pensamientos. El sonido que hacía la pluma, rozando el papel en una limpia firma que le identifica, de repente se dejó de escuchar en la silenciosa habitación, siendo aquel ruido sustituido, casi de inmediato, por el pesado suspiro que escapó de su boca sin querer.

—¿Por qué tus mejillas están rojas? —inquirió Taehyung, con mirada desconfiada, y es que, desde que les encontró en tan bochornosa situación, ahora no les dejaba solos ni un segundo, él creía fielmente que el líder Jeon no era más que un alfa descarado que tenía un malévolo plan que concluía hasta romper a su líder, pero no se imaginaba que ese "romper" no tenía nada que ver con hacerlo caer de su trono como él fielmente creía.

—¿Eres tonto? —recriminó el Alfa que solía acompañar a Jungkook. Un rubio de, según Taehyung, delicioso aroma a chicle, muy raro aroma dulzón para ser un alfa.

—¿Quíen está hablando contigo? —recriminó a cambio, con el ceño fruncido, fingiendo molestia cuando en realidad, por alguna extraña razón, su omega quería mostrarle la pancita a aquel hombre tan atractivo—. No, no, ni me respondas, porque no me interesa lo que tengas que decir.

Jimin, inevitablemente sonrió, porque el aroma de Taehyung bien lo delataba y este no mostraba ni una pizca de molestia, razón por la que Yoongi, el alfa de apariencia impecable, sonrió de la misma forma y asintió para luego apartar la mirada y responderle de todas formas mientras miraba a Jungkook.

—Eres tonto, porque claramente Park Jimin está teniendo pensamientos obscenos y a eso se debe el sonrojo de sus mejillas.

—¡No es cierto! —exclamó en su defensa Taehyung, levantándose del sofá—. ¡Jimin jamás haría algo así, él es un ser inocente que ha sido mal influenciado por ese absurdo alfa de segunda! —acusó, señalando a Jungkook con su dedo índice.

Lejos de molestarse por la evidente falta de respeto, Jungkook carcajeó con fuerza, siendo acompañado por la escandalosa risa de Yoongi mientras Jimin solo atinaba a fruncir el ceño y bajar la mirada con la intención de que su furioso sonrojo pasara desapercibido. 

Con una pequeña sonrisa, Taehyung dejó en el olvido la molestia que le consumía, porque a cambio, la risa de Yoongi tomó completo control de su mente. Y su aroma lo dejó en evidencia nuevamente, Yoongi poco a poco dejó su escandalosa risa hasta mantener una tímida sonrisa al notar la mirada de Taehyung.

—¡Pff! —interrumpió Jungkook— Que tensión, eh.

...

Una tormenta horrible atacó de imprevisto, el Sureste del país. La fuerte lluvia acompañada por el poderoso viento golpeaba al Palacio Park.

Yoongi se mantenía sentado en el mismo lugar desde hacía más de una hora, cuando la tormenta comenzó. Su postura rígida y el pequeño temblor delataban lo asustado que se encontraba. Desde una prudente distancia, Jimin y Taehyung le observaban, cuchicheando en un, según ellos, bajo volumen que nadie más que ellos podían escuchar.

—¡Ofréceles que pasen la noche acá! —exigió en un alto susurro Taehyung— Mira al pequeño rubiecito muerto del miedo.

Jimin, miró una vez más al tembloroso Yoongi, pasó su vista a Jungkook y rodó los ojos tras verle levantar las cejas mientras asentía, obviamente él había estado escuchando las exigencias del omega y estaba dispuesto a unirse a ellas si era necesario, todo con tal de pasar allí la noche.

—¡Ay, por Dios, está bien! —aceptó con molestia. Caminó hasta ellos y dio la noticia solo por formalidad, porque Jungkook ya estaba más que enterado. Carraspeó para llamar la atención del alfa tembloroso y habló: —Ya está oscureciendo y la tormenta no cesa por lo que sugiero pasen la noche acá para evitar algún accidente.

Jungkook sonrió y se levantó del sillón de dos piezas, abrió sus brazos para tomar el pequeño cuerpo del líder Park y abrazarlo con fuerza. —¡Eres tan gentil, estamos tan agradecidos!

Sin embargo, Taehyung, quién se tomó él mismo una nueva misión que consistía en proteger a su líder de las garras del descarado Jeon, lo jaló a su lado con molestia.

El cuerpo de Jimin se tensó una vez estuvo rodeado por el omega, se tensó por el reconocimiento de la diferencia entre ambos toques y el como su alfa pedía volver a sentir el de Jeon.

Estaba confundido, primeramente por la sumisión con la que su alfa tomó al de Jeon. ¿De qué valió tanto esfuerzo si apenas se encontró con Jeon su alfa mostró su pancita? Se suponía que tras años de auto regaños, él ya había cambiado, ya era fuere.

Aún en los brazos de Taehyung, suspiró desganado y puchereó, escondiendo su rostro entre el hombro y cuello de su amigo, donde no duró mucho debido al agarre de Jungkook.

Rápidamente se vio envuelto en los  fornidos brazos del alfa más alto, Jimin sin tanto problema se dejó hacer mientras Taehyung intentaba agarrarle de vuelta. Impidiendo aquello, Jungkook le alzó, poniéndole en su hombro sin mucha dificultad. 

—¡Nos vamos! —aclaró el líder Jeon, propinándole una sonora nalgada que le hizo chillar— Deja de quejarte, Taehyung, y por favor cuida de Yoongi. —señaló y abandonó el lugar para caminar por el pasillo hasta la habitación de Jimin.

 —señaló y abandonó el lugar para caminar por el pasillo hasta la habitación de Jimin

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Dignus Solio (Kookmin +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora