Quattro

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Quattro: Cuatro

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Quattro: Cuatro.


Jadeó con excitación en su voz. Le embistió de nuevo, regocijándose en la estrechez que rodeaba su polla— ¡Uhm! ¡Por favor!

El deseo, el placer y la lujuria que había por lo prohibido, la necesidad propia de Jimin por conocer y explorar cada recóndito lugar de aquel cuerpo, solo aumentaba conforme era más consiente del gran y duro intruso que se sumergía en él.

No era amor a lo prohibido, era amor hacía el alma que se dedicaba a follarle en su cuarto a mitad de la noche, porque la prohibición no creaba la atracción pero sí la hacía más excitante.

Sus piernas perdieron fuerza y él le tomó de las caderas, levantándole para sostenerle a la altura de su pelvis para seguir penetrándole con fuerza.

Iba en contra de sus enseñanzas, iba en contra del que suponía ser el propósito de su vida y en contra de todo lo que su padre quería para él.

...

—De nuevo —murmuró aún con los ojos cerrados.

Aquel sueño era más común que cualquier otra cosa en su monótona vida, Jimin despertaba con un extraño vacío en su corazón y su alfa lloraba en silencio, las lagrimas bajan por sus mejillas sin entender el porqué el dolor de no recordar aquel rostro.

Una pesadez en su pecho le hizo abrir los ojos alarmado al ser consiente de ella. 

—¡Joder, Jeon! —exclama con enfado, el alfa más grande le rodeaba la cintura con sus musculosos y tatuados brazos.

Jungkook se quejó y se abrazó más a su cuerpo. Jimin, tras pensárselo un poco, le deja abrazarle, dejándole a su lobo regocijarse en su interior.

El reloj en la pared marca las cinco de la mañana, el sol aun sigue escondido y Jimin decide cerrar sus ojos, dormir un poco no le queda mal, es lo que piensa. Sin embargo, siente la suave caricia de los largos dedos en su abdomen, colándose entre su pijama.

Sorprendido por el pequeño placer que aquella caricia le otorga, se deja del alfa, manteniendo sus ojos cerrados. 

La caricia sube lentamente de su ombligo a su pezón, donde Jungkook se detiene a prestar más atención. Sin poder evitarlo, un suave gemido sale de sus labios ante el leve apretón, Jungkook sonríe descaradamente y termina por colocarse sobre su cuerpo.

Sigue fingiendo estar dormido, ¿pero hasta cuando, hasta donde será capaz de llegar Jungkook? Se pregunta Jimin mientras frunce el seño y muerde sus labios, aprovechándose de la oscuridad que le deja pasar por desapercibido. 

Su respiración se vuelve pesada cuando Jungkook besa su cuello. Un beso más húmedo de lo necesario, saca su lengua y lame en un delicioso recorrido hasta su oreja, el alfa pelinegro muerde el lóbulo y le provoca otro gemido.

Para Jungkook es tan divertido como excitante. Baja su pelvis, apoyándose sobre la de Jimin y ambos son conscientes de la excitación del otro. Un gemido ronco es ahora el que se escucha surgir desde lo más profundo de la garganta de Jungkook al mismo tiempo que inicia con un lento vaivén que provoca fricción entre ambas erecciones. 

—¿Cuánto más vas a fingir estar dormido? —inquiere con voz ronca, apretando el agarre de una de sus manos en la estrecha cintura de Jimin.

—Eres un de-¡Uhm! Descarado —suelta con dificultad entre jadeos. Levanta su pelvis y se restriega en Jungkook mientras muerde con apenas fuerza su cuello.

—Déjame follarte, Jimin —ruega—. Por favor, no creo soportarlo.

—¡Mhg! ¡Maldición! ¡Solo hazlo! —suelta con voz melodiosa, sus uñas se clavan en la gran espalda y un gemido escandaloso cargado de dolor y placer sale de sus labios al momento en el que Jungkook ingresa en él. 

Ni siquiera se deshizo de su ropa, una pierna de Jimin estaba en su hombro y aquel short de pijama de seda, fue roto para poder penetrarle. 

—¡Ah-Alfa estúpido! ¡Oh! —se queja Jimin.

Jungkook no se detuvo por muchos segundos para dejarle acostumbrarse, le folló con fuerza, rapidez y precisión, su pene se clavó hasta lo más profundo de su ano, y la brutalidad del alfa pelinegro no era lo que más le sorprendía, sino el hecho de lo bien que aquello se sentía. 

Sentir el glande de Jungkook abriéndole hasta hacerse espacio en su culo, la gran polla llegar hasta lo más profundo para luego salir y volver con el inicio. Le penetraba con tanta fuerza que la cama rechinaba y él solo podía gemir y gemir hasta que sentía su garganta desgarrarse al igual que su ano. 

—Yo —intenta decir Jungkook entre jadeos roncos—, ¿te gusta?

Jimin asiente con dificultad, el alfa menor le penetra con una fuerza descomunal y se encuentra sorprendido de lo bien que su alfa lo toma. Cruza sus piernas en la cintura de Jungkook y clava sus uñas en su espalda, gime al compás de las embestidas, el sudor enfría su cuerpo caliente y no le queda más que dejar hacerle espacio a Jungkook en su cuello cuando su alfa interior le ruega por una marca que él sin esfuerzo acepta.

El nudo de Jungkook se abre dentro de la estrechez que le rodea al mismo que sus dientes se clavan en la tersa piel del cuello de su alma destinada.

Lagrimas bajan por las mejillas de los alfas ante el recuerdo, ¿cómo pudo olvidarlo?, se pregunta Jimin con una sonrisa en sus labios.

—¿Me recordaste? —curiosea Jungkook.

—Te recuerdo, Koo.

—Te recuerdo, Koo

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⏰ Última actualización: Jan 28 ⏰

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