AGAIN! (DCsuperherogirls)

#¿CasoCerrado?

Capítulo 8.

Una vez a la semana llegaba un correo electronico relatando cada accion que ameritaba a los novatos. Ese informe le ayudaba a estar al pendiente de sus respectivos encargados, mientras él estaba fuera de alcance. Pero al momento de llegar a la fecha destinada, lo unico que recibio fue; absolutamente nada. 

Al principio imagino que se debia a un retraso, como paso veces anteriores, no obstante, por medio de un texto, Clark comprendio que no se debia a cosas insignificantes. Tomo su chaqueta y sin dar explicaciones, se apresuro  a llegar hasta la salida, dejando procesando lo que acababa de pasar a una confundida Lois. 

Camino varios kilometros al sur, donde el cesped era de tonalidades amarillentas y los edificios a simple vista se sabia que eran de muy poca calidad y posiblemente en cualquier momento podrian redumbarse. Dentro de una vivienda, en el segundo piso, toco la puerta para que le abriera, con un toquido especial que solo ellos se sabian. Algo asi como un codigo morse. 

—¿Estas bien?

Ella asintio levemente. Clark suspiro ante tal falacia. 

 —¿Qué paso?

—No funciono. No creo que este lista para reintegrarme a la sociedad completamente —. Dijo en lo que se dejaba caer en el sofa, con el hombre imitandola en el proceso. 

—Lo que paso con Hal no tiene que ver con lo que paso con  tus...

—Pero fue mi culpa, y si todos lo descrubren sera peor.

 —¡Eso no es cierto! —Hablo, cansado de repetirlo consecutivamente. —Tú no tuviste nada que ver con lo que paso. Nadie te culpa por haberte desmayado.

La castaña nego repetidas veces. Es que no tenia sentido, ella tenia la preparacion y la destreza para haber podido cuidar a su familia, su falta de valentia le hizo cargar con el peso de su pasado. 

—Escucha, esto es lo que haremos. Presioare a Jordan para que arreglen las cosas entre ustedes, y tú comenzaras de nuevo —. La chica le dio una mirada cansancio. —Cuando estes lista —. Agrego.

Jessica estuvo de acuerdo al final de cuentas.

El Kent sabia muy bien que su joven compañero no era exactamente la mejor opcion de rehabilitacion, pero no podia dejar a la chica en manos equivocadas, estaba al tanto de lo inquietante que podia ser Ykrisnk, ya habia sido testigo de diversos acontecimientos, y algo que habia aprendido en estos ultimos; hay pocos en quien confiar. 

La menor no comprendio por que el Capitan se tenia que ir tan rapido. Se despidieron con un abrazo y el pelinegro siguio su camino, ya veria como se las arreglaria con cierta periodista. 

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Tres días después de su última visita llego otra impredeciblemente desfavorable. Los interminables toquidos le comenzaban a dar jaqueca, a ella y a las personas que vivían al lado. Comenzaban a llamar a la policía, acción que nos le servía de nada, pues, había un dato que no conocían; él era la policía.

—Por favor, Jess, ábreme.

—¿Qué es lo que deseas? —Abrió de un aventón la puerta. —¿Saber cómo me cepillo los dientes? ¿Vaciar mi despensa? ¿Inspeccionar mis almendras? — El chico se quedó acomplejado por el estilo hogareño de la ojicafe; mal acomodado chongo, suéter navideño y pijama holgada.

—Cielos, no. —Tenia que disculparse rápido, antes de que la muchacha comenzara a alterarse más. Juro por su vida ver un rifle en el suelo, lo que provocó que tragara saliva ante la impresión. —Yo solo... Perdón, ¿Sí? Fui un idiota y lo reconozco.

La castaña alzo la ceja sin mucha emoción.

—Hablo en serio. Lo siento —. Al notar su expresión con poca seguridad decidió dar un paso adelante y aventurarse a la isla de su cocina. Dejo caer las impresiones del sobre que anteriormente cargaba en su brazo.

—OYE ¿Qué demonios haces? —Ella lo siguió como instinto. Se congelo cuando volvió a ver las imágenes que le provocaron nauseas. Lo miro con recelo.

—¡Lo confieso! En algún momento mi misión era investigarte, para averiguar quien eras y cuales eran tus intenciones, y como no había nada en tu expediente decidí seguirte para saber que es lo que ocultabas, pero duro poco y solo paso una vez. Cosa que ahora me lamento. —Dijo con ojos arrepentidos. Pero a Jess no le basto, la evidencia era clara y su declaración se evaluaba como falsa.

No siguió escuchando mas y quiso ir a su habitación para encerrarse otros 5 años más, cosa que Hal no le permitió con su fuerte enganche con el brazo.

—Lo que tienes que saber; es que sí, te quite un cabello y probablemente encontré tus huellas dactilares en algún sitio, para que al final ninguno sirviera de nada por el pésimo servicio de esta ciudad. —¿A dónde quería llegar con esto? —Pero lo más importante, es que no se cómo llegaron esas fotografías ahí, yo no las tome, no soy un acosador, pero te prometo, que encontrare a quien haya hecho esto.

Deshizo su agarre, esperanzado de que ella si le creyera.

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Dentro de los peores barrios de los suburbios por fin encontraron las pertenencias que les habían arrebatado. El chico se sentía orgulloso de si mismo y ella estaba agradecida de su buen trabajo. Después de que localizaran por medio de unas cámaras la descripción del ladrón, fue fácil llegar hasta el garaje de esa casa abandonada.

Todo estaba a salvo, eso creía Hal. Karen no estaba segura, pues aún no examinaban por completo, además, estaba lo que su jefe diría.

Estaba tan concentrada en si misma que no vio la actitud que su acompañante traía consigo.

—Estas distraído, ¿todo bien?

—Espero que sí —. Le dio una sonrisa reconfortante.

—Gracias.

 —No hay de que. Es lo que hago, es mi trabajo —. Se encogio de brazos, y espero a que la morena con mechas rosas recontara las cosas halladas.

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El chillido del escandaloso aparato estaba por reventarle los tímpanos, no dejaba de sonar. Tuvo que levantarse casi a las tres de la madrugada por si era alguna una emergencia. La llamada que recibió fue totalmente inesperada; era el alcalde, murmurando palabras que eran muy difíciles de distinguir.

—¿Señor? —Pregunto mediamente adormilada.

—Lane. Necesito que hagas... —Lu voz se comenzaba a distorsionar.

—¿Disculpe?

—El articulo de tu noticia... tienes que hacerla pública...

—¿Qué? Señor, aun no... yo prometo que...

Fue interrumpida por un chasquido.

—No te voy a dar más tiempo.

Y colgó. La pelinegra se quedó atónita, no entendiendo lo que acababa de ocurrir.  

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CONTINUARA...

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