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-Mis ojos posaban por el bello jardín contrario, muy bien cuidado y colorido a tonos pastel a juego con el color de la cerca y la casa. Observé con torpeza a mis alrededores y fijé mi vista a una hermosa amapola blanca pura entre todo el montón de flores.
Intenté estirarme lo más que pude para tomarla, tenía la intención de robar una probablemente podría ponerla frente a la fotografía de Mari. Si no fuera porque noté a un chico a mi lado recargando su peso sobre la madera blanca observando mi acción.
-¿Sabías que es descortés robar las plantas de tú vecino sin conocerlo antes? -Oí a mi costado haciéndome exaltar de miedo y caer en el césped de mi patio. Dirigí mi vista hacia arriba notando a una persona de cabellos rubios decorados con una delgada corona de rosas blancas sobre su cabeza, brazos llenos de banditas coloridas y ojos grandes color azul brillante observarme con seriedad.
Su atuendo se veía aburrido por un suéter verde pastel sobre su cuerpo y unos shorts cafés con medias largas blancas. Parecía ropa de un anciano sobre una chica joven con piel suave de porcelana y pálida.
-¿Y bien? -Repitió con su voz suave mientras dejaba de analizar su apariencia y sacudía levemente mi cabeza
-L-lo siento! Y-yo solo quería observarla!
El rubio ladeó su cabeza cambiando tal expresión a una graciosa y curiosa, noté como subió la cerca sin dificultad y extendió su mano hacia mí para brindarme ayuda. Acepté tomándolo y el respondió levantándome del suelo.
-Mi nombre es Basil.. ¿Cuál es tú nombre? -Nuevamente sacó su posición recargada y de su bolsillo tomo un frasco de burbujas, soplando aquel líquido jabonoso sobre el aire-.
-Miré su acción avergonzado y jugueteando con la muñequera negra de mi brazo- -Sunny..
-Lindo nombre "solecito" -Sonrió con burla el chico de las flores soltando otro grupo de esferas al aire-.
-Lo mismo digo señorita.. -Rodee mi ojo único notando su mirada nuevamente sobre mí-.
-Soy un chico.
-Oh.. -Sonreí nervioso ante la tensión incómoda que había formado- Mierda..
-Oí la risa suave de aquel chico frente a mi, dejando su juguete cortó aquella flor que intentaba conseguir inicialmente y comenzó a cortar las espinas del tallo. Miraba espectante sus hábiles acciones, perdí la concentración en cuanto la extendió hacia mí-
-Aquí tienes niño emo.
-Oh, muchas gracias! -Miré los detalles de el objeto con mucha ilusión y para notar su presencia observé después que aquel chico se había ido, quizás en cuanto me distraje-.
Supongo que tenía cosas que hacer después de todo..
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