Me levanté del suelo, no podía llorar más. Me quedé mirando la puerta y cerré los ojos.
La imagen de él viendolo decir que estaba enamorado de mí y yendose pasó por mi cabeza.
Y se había marchado.
Y yo no se lo había impedido.
Y no sabía si aun estaba a tiempo.
No podia creer lo que acababa de pasar. Él, que siempre había estado para mí, que me defendió, que me saco mil y una sonrisas se había ido y yo no había estado para él.
Sin pensarlo, porque si lo llego a pensar dos veces dudo que hubiera cogido las llaves y hubiera salido por la puerta para ir a buscarle.
Pasé del ascensor, no tenía tiempo de esperar a que bajara desde el piso 19, fui corriendo por las escaleras, solo eran tres pisos.
En dos minutos salí por la puerta del edificio corriendo, y una vez fuera la lluvia me golpeó enseguida.
Lo busqué, pero no lo encontraba
¿Llegaba tarde?
De repente, como un milagro, lo vi, a lo lejos, con la camiseta pegada marcando su espalda por la lluvia y las manos en los bolsillos. Estaba demasiado lejos para llamarle, su silueta era igual de grande que mi dedo índice.
Corrí, corrí todo lo que pude porque si gritaba, a esa distancia no me escucharía. Pasé entre paraguas y personas. Estaba empapada y congelada, solamente llevaba un pantalón corto, una camiseta de tirantes y unas sandalias, pero no dejé de correr.
Solo me sacaba unos... ¿5 metros? No estaba segura, creí que ya podría escucharme dejé de correr, entonces le llamé.
- ¡Axel!- grité varias veces su nombre, a la tercera se giró. Parecía sorprendido. Llevaba los ojos rojos e hinchados. La lluvia podía camuflar sus lágrimas, pero no sus ojos. Volvió a darse la vuelta y siguió caminando hasta cruzar una calle. Sin quererlo, empecé a llorar. -¡Axel... yo... te quiero!- varias personas asomaron la cabeza por debajo de sus paraguas. Él se limitó a dar media vuelta y a mirarme, cuando abrió la boca para decir algo lo interrumpí. - ¡Estoy enamorada de ti!- dije ahora en tono normal mirando al suelo. Él se me quedo mirando y cuando levanté la cabeza me encontré con sus ojos. Empezó a caminar hacia mí y yo corrí hacia él.
Me tiré a sus brazos y con mis manos en su cuello y sus manos en mi cintura nuestros labios se juntaron en lo que podría ser el mejor beso de toda mi vida.
- Estás mojada.- dijo apoyando su frente en la mía intentando restablecer su respiración. Le di un pequeño puñetazo en el brazo y el río y volvió a besarme.
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El Chico De Los Tatuajes
Romance"- De pequeño leí en un librillo, que aquí es donde una vez tuvimos las alas - le toqué con más precisión los omoplatos y la besé en la frente, ella sonreía - y que algún día nos volverían a salir en el mismo sitio. - me besó delicadamente. - por es...