3- Alianzas improbables

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   "Muy buenas a todos y bienvenidos al Día 3 de la Crisis de la Élite. Este es un reporte especial y yo soy su anfitrión, Shiro Shinobi".

   —Ah, disculpe señorita Sato, ya lo quito —dice el chofer a la misma.

   —No, déjalo —Le detiene Asami, dirigiendo su mirada por la ventanilla del auto en movimiento—. Quiero escuchar lo que tiene para decir.

   Asintiendo, el conductor del sato-móvil continúa su trayecto por las calles humedecidas de la ciudad, en el que es otro día tormentoso de invierno.

   "Hace instantes el ex presidente Raiko arribó en la Sede de Justicia, en donde entregará su declaración por el escándalo del Acuerdo de la Élite".

   —Por supuesto que a él lo reciben con honores máximos... —murmura la joven empresaria, respirando hondo y decidida a escuchar más.

   "Se espera que la Presidente Moon llegue también a la Sede de Justicia de la República Unida de Naciones por la tarde, por lo que apenas tendremos las hipotéticas declaraciones del Juez Hinata cerca del atardecer".

   —Las declaraciones redactadas por Zhu Li —murmura otra vez Asami, cuando entonces ve cómo el camino del coche se torna cada vez más oscuro y estrecho, con las paredes de los grandes edificios acercándose cada vez más y más. De pronto el sato-móvil se detiene con brusquedad, con las dos personas que lo ocupan viendo frente a ellos y de pie en mitad del callejón a un hombre que viste una gabardina azul. El chofer, nervioso, traga con dureza.

   —Señorita Sato...

   —No te preocupes, tengo todo bajo control —dice Asami, abriendo su puerta y saliendo del auto. Guarda sus manos en sus bolsillos y camina lenta y cuidadosamente hacia el frente del coche, reuniéndose con el sujeto.

   —Lady Sato, bienvenida —Le recibe este desconocido, sonriendo.

   —Lady Sato era mi madre —afirma Asami rápidamente.

   —Así es como solemos llamar a todos nuestros socios. Es una cuestión de formalidad y respeto —Le dice el desconocido, con Asami asintiendo sin más.

   Por un momento el sujeto no dice nada, pues su mirada ha ido a parar al chofer de Asami, quien está cada vez más asustado por la situación tan rara.

   —No te preocupes por él, cobrará bien para no abrir la boca.

   —Si llega a sentir cualquier peligro con él, recuerde hasta qué punto son capaces de extenderse nuestros servicios —Le dice el hombre delgado y de una sonrisa desagradable, pero que Asami resiste segundo a segundo.

   —Ante cualquier problema lo recordaré. Ahora, ¿procedemos? —contesta Asami, momento en el que el sujeto da un paso atrás y le indica con uno de sus brazos seguirlo hacia un callejón incluso más estrecho a en el cual están.

   Ya en el interior de un edificio antiguo pero que pareciera estar fortificado, Asami se sienta en el centro de una sala, rodeada por varios hombres e incluso mujeres que le miran con cierto desagrado y desconfianza.

   —De cierta forma me alegra ver que han ampliado sus horizontes —dice Asami, viendo a una de las mujeres escupir hacia un lado tras verla fijamente.

   —Dudo que haya venido para felicitar nuestro gran sentido de inclusión, señorita Sato —Le habla Shin, antes conocido como el sucio Shin, desde el sillón principal frente a Asami. Con los años y también por la eliminación de varios jefes, el que por muchos fue considerado "la mano derecha eterna" ahora ocupa el puesto de mayor poder criminal en el bajo mundo de Ciudad República.

Avatar. CSI: Industrias FuturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora