Enamorada de un Lobo

Ojos miel

     El primer día de clases... Odio los primeros días de clases, me levanto de la cama, me baño y visto con el odioso uniforme... Camisa blanca de botones, falda a cuadros, zapatos escolares y medias blancas altas... Me se pille el cabello, me coloque un poco de labial y delineador para ojos... Baje a desayunar una taza de cereal pero recordé que debía hacer la compra, salí de la casa con un poco de mal humor y camine a la escuela sola. Esas son las desventajas de ser la única normal de la familia. Mi padre y hermano se levantan muy temprano para cazar ya que la sangre que hay de bolsas no los llenan y mi madre como ya dije es una bruja y sabrá Dios que estará haciendo ahora.

     Por suerte había apuntado la dirección de la escuela en mi celular y pude llegar. El campus era grande, se componía de varios edificios y gracias al cielo habían plaquitas que te decían que salón era cual en que edificio te encontrabas. Encontré un mapa de la escuela en una pared y así pude hallar la oficina... Al llegar me di cuenta de que la secretaria era una humana mitad ángel ya que sus ojos la delataban.  Los ángeles suelen tener unos ojos color azul puro, pero cuando su sangre es mezclada con la de algún mortal sus ojos cambian a un azul suave casi cielo, ademas de que suelen marcarlos al nacer.

-Buenos días?- dije dudosa y tímida.

-Buenos días, pasa cariño. En qué te puedo ayudar?

-Pues como vera soy nueva y quiero saber en que clases estoy...

-O si toma querida, este es tu horario.

-Gracias.- salí de ahí casi corriendo ya que iba a sonar el timbre de la primera hora.

     Me pare frente al mapa de la escuela y busque mi primera clase y genial esa era historia (que se noté el sarcasmo por favor). Ese estúpido salón quedaba en el otro edificio y en el tercer piso. Bueno piernas ¿para que las quiero?

     Salí corriendo hacia el edificio que debía, antes de llegar quería dejar todas mis cosas en el casillero pero no se cual de todos los que estoy viendo es.  En un despiste choqué con alguien y gruño suave por el dolor que sentí en mi trasero al caer al suelo frió.

-Tu debes ser la nueva, lo siento.

-Tan obvio es?- rió suave y me levanto del suelo con su ayuda.

-Creo que si, ven te enseñare tu casillero.- Esta chica era muy simpática. -Aquí es.- dijo mientras me lo señalaba.

-Muchas gracias.

-De nada. Ah y la contraseña es 000, claro hasta que la cambies. Nos vemos en el salón de historia y yo tu avanzo el maestro es muy gruñón y ya esta sonando el timbre.

-Hasta luego supongo- dije esto al aire ya que la chica se había ido.

     Acomode mis cosas y volví a correr al siguiente edificio, tuve que pasar un enorme patio para poder llegar al edificio correspondiente, subí las escaleras con prisa y cuando llegue al tercer piso paré tomando un poco de aire y secar el sudor que bajaba por mi frente. Que difícil es ser una humana. Caminé hasta el salón que decía historia y al entrar me encontré con muchas miradas. Mire los asientos y habían dos vacíos, eso significa que no soy la única que llegara tarde hoy.

-Supongo que eres la señorita Denovan, la chica nueva- dijo un señor alto con barba.

-Por Dios ¿Eso es tan obvio acaso?- mire al profesor y dije- Mejor no me conteste.

-Que bien, tendremos a una payasita en el salón.- Mi cara de odio debió ser obvia ya que escuche como gritaron algo.

-Apaga el fuego chica!!!- cuando mire vi a la chica del pasillo, sonreí internamente.- Ven siéntate aquí...- iba a ir pero el profesor me paro.