Yo soy el heredero.

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Narra Neitan:

-No me importa lo que sea... Ella es mía y deja de tocarla.- me zafe de los agarre de los secuaces de mi padre y la tome separándola del susodicho.- si la quieres matar me matarás con ella.

-Neitan no...- susurro Emma pero no la deje terminar.

-Shhh... Calla pequeña.- vi como nos miro.- te daré para que pienses las cosas y luego...

-No pensare nada, ella morirá y punto!- me interrumpió.- aquí sigo siendo el alfa!

-Te quedarás sin hederero. Sabes que no puedes remplazarme...- sonreí.

-Quien dijo que no?

-Es derecho de nacimiento... El hijo del alfa que naciera en luna llena será el heredero... Ninguno de mis hermanos nación en luna llena solo yo.- mi padre me miro furioso y gruño.- ya déjanos en paz.

-Eres una vergüenza, no podría llamarte hijo.- salió de la habitación y detrás sus secuaces.

-No debiste hacer eso... Él es tu padre...- vi como bajo su cabeza.

-Jamás te dejare. Así que acostúmbrate, desde que te mordí eres mía y nadie te va a tocar.- la bese.- báñate para luego ir a comer hermosa.- vi su sonrojo y sonreí victorioso.

Narrador omnisciente:

Emma se sentía mal, no quería que Neitan estuviera peleado con su familia pero... Si le gustaba sentirse protegida por alguien. Se imaginaba su casa, su vida pasada. Qué hubiera pasado si su familia no se hubiera mudado?

Dejando de lado a Emma y a Neitan en lo profundo del bosque se encontraba un chico, buscaba algo o más bien a alguien. Se topó en el río con una joven que se bañaba sola y alegre, se quedo tras los árboles mirándola. La chica era muy linda, su cabello algo largo, de tes blanca y ojos algo azules, no era muy alta. Pero había un problema con ella, esa chica olía a perro mojado como decía él. Ella era un lobo.

Narra Valeria:

Me bañaba en el río, hacia calor y esa agua cristalina me llamaba. Decidí darme un baño, uno relajante, sin preocupaciones. Estuve en el río durante veinte minutos disfrutando del agua que corría por mi piel. Sentí una presencia diferente, no era de un lobo no de un humano. Era un vampiro, pero no se sentía como si quisiera atacar, me voltee para ver pero no había nada. Sabía donde estaba mis sentidos no me fallan.

-Sal de donde estés...- dije suave, tranquila, mientras caminaba a la orilla. Pare cuando el agua llego a mi cintura.- se que estas ahí así que no sirve de nada que te escondas.

Enamorada de un LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora