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—Soy Seeun —se presentó la chica, acercándose con pasos ligeros.
Jungwon la miró, incrédulo. Su piel era tan pálida que casi parecía brillar en la penumbra, también llevaba puesto un vestido blanco que contrastaba con la oscuridad de la casa, y sus ojos, aunque grandes y hermosos, escondían un destello que lo hacía sentir vulnerable—. He estado esperando que vinieras.Su voz era melodiosa, casi hipnótica. A pesar de la incomodidad inicial, Jungwon se sintió atraído por ella, como si todo lo demás en la casa hubiera desaparecido y solo quedaran ellos dos en un espacio etéreo. Intentó hablar, pero las palabras no le salieron de la boca. Solo la miraba, perdido en la profundidad de sus ojos.
—Te gusta esta casa, ¿verdad? —dijo Seeun, interrumpiendo sus pensamientos—. Es muy especial. Pocas personas pueden sentirlo como tú lo haces.
—¿Cómo sabes quién soy? —logró preguntar finalmente, dando un paso atrás.
Seeun lo observó con curiosidad, ladeando la cabeza con un dedito encima de sus labios pomposos, como si la pregunta fuera innecesaria.
—Te he visto pasear por aquí durante días. Sabía que en algún momento te acercarías más. Nadie puede resistirse a la casa. Ni siquiera tú.
—¿La casa? —repitió Jungwon, confundido—. ¿Qué es este lugar? Y esas fotos... —Miró de nuevo las paredes llenas de retratos de chicos—. ¿Quiénes son ellos?
—Son jugadores tontito —respondió, casi canturreando—. Todos jugaron aquí alguna vez. Algunos ganaron, otros... se quedaron.
Su voz tenía un tono juguetón que contrastaba con lo inquietante de sus palabras. Jungwon sintió un escalofrío recorrerle la columna vertebral. ¿Jugar? ¿Qué clase de juego?
—No lo entiendo —dijo él, mirando alrededor con nerviosismo—. ¿Qué clase de juego es este?
Seeun se acercó lentamente, sin dejar de sonreír. Cada paso que daba hacia él hacía que Jungwon retrocediera, hasta que sintió su espalda contra la pared.
—Es un juego muy simple, Wonnie —susurró—. Solo tienes que seguir las reglas. Si lo haces bien, podrás irte. Pero si pierdes... te quedarás aquí, conmigo. Un poquitito más de tiempo.
Su tono cambió de una dulzura encantadora a algo más oscuro, y de pronto, Jungwon sintió que la temperatura de la habitación descendía. Algo estaba mal. Todo esto parecía una trampa, pero no sabía cómo escapar de ella.
Antes de que pudiera reaccionar, las luces parpadearon y la casa crujió como si estuviera viva. La puerta detrás de él se cerró de golpe, atrapándolo dentro. Jungwon se dio cuenta de que no había marcha atrás. Estaba dentro del juego de Seeun, y solo tenía una opción: jugar.
—Empieza diciendo... "Peek-a-boo" —susurró Seeun en su oído, sonriendo mientras las sombras de la casa parecían envolverlos.
Las luces parpadearon nuevamente y el sonido de una risa suave, como de una niña, llenó la habitación.
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PEEK A BOO ─── sewon
Fanfiction谷 .˙𓈒 ❝es curioso cómo muestras estar aterrado, pero en realidad, es tu insaciable curiosidad la que te atrae a este punto sin retorno, cielo. al final, siempre fuiste esclavo de tu tentación y deseo infinito por descubrir lo que hay más allá❞ (...