Capítulo V

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Ser líder de Leo, divagó mientras veía las estrellas montadas en el cielo.

—Hijo —Se volteó para ver a su madre, quien lo observó con el ceño fruncido—, dimite de ser su esposo. —La leona contuvo el aire y sus ojos se tornaron vidriosos—. No lo acepto. No lo quiero.

—Yo... —Guardó silencio y miró nuevamente el cielo. Divagó sobre qué responder—. Me siento aturdido. Mi león lo quiere, es inevitable. Sin embargo, yo... —Negó suavemente con la cabeza—. Ya no sé lo que quiero.

—¿Entonces por qué aceptaste? —Ella sonó desesperada con su interrogante—. Debiste matarlo apenas tuviste oportunidad.

—Madre —regañó sin energía y la miró, abatido—. No es tan fácil.

—¡Claro que lo es! —Las manos de la mujer temblaron, de seguro porque estaba ofuscada por todo lo acontecido—. ¡Es un insensible que se aprovecha de tu buen corazón!

—Omega —llamó su padre con la voz apagada desde atrás, triste porque su mujer lo estaba.

Ella se giró a mirarlo con los ojos ya lagrimeando y corrió hasta él para estrellarse en sus brazos, de repente superada por la situación fatalista que le acontecía a su hijo. ChanYeol vio todo desde la distancia, con la mano fuertemente aferrada al bastón que lo ayudaba a caminar y el corazón batallando entre el amor y la envidia por ver a sus padres apoyándose con tanto fervor. Por el contrario, él no era más que un desdichado, un león que fue rechazado por la persona con la que ahora se casaría.

Se encontraba aletargado por toda la situación, pero ni siquiera tuvo tiempo para meditar sobre ello porque enseguida logró ver a su nuevamente prometido mirándolo desde lo alto del hogar del alfa junto con su familia.

—¿La ceremonia puede ser el próximo miércoles? —preguntó con apacibilidad la tigresa.

—¡Deben esperar un año! —chilló su madre luego de desapegarse de los brazos de su esposo—. ¡Mi hijo se casará en Imbolc!

—Madre —susurró con cansancio—. Casarme en Ostara está bien.

—¡En Ostara debieron fecundar a su primer cachorro! —Inevitablemente las mejillas de ChanYeol se tiñeron de un ligero rosado, pero ni siquiera pudo avergonzarse realmente de ello porque su madre se acercó de forma alarmante a BaekHyun, quien permaneció cabizbajo a un lado de su madre—. Te juro que si te atreves a casarte con mi hijo te haré la vida imposible.

—No amenaces a mi hijo —se interpuso la tigresa con voz dura, haciendo que la omega se tensase y agachase la cabeza. A pesar de las razas, la alfa siempre sería soberana por sobre la omega.

—Recuerda que es tu hijo quien está matando al mío —rugió la leona de igual forma y no se movió de su lugar hasta que su esposo la sujetó por los brazos y la apartó.

ChanYeol solo suspiró al ver la escena. Con todo lo que pasaba no tenía ánimos de nada, muchos menos de discutir. Por ello solo guardó silencio y se movió por el lugar en dirección a su casa. Se suponía que ahora estaba oficialmente comprometido con BaekHyun, esta vez de verdad lo estaba, pero no le importó nada de ello. Él solo quiso meterse en su cama y descansar. El dolor de la cintura lo estaba matando.

—ChanYeol —Se giró a mirar al alfa Byun, quien pareció algo azorado—, ¿dónde podemos pasar la noche?

—Leo tiene una cabaña de hospedaje no muy lejos de aquí, cerca de la iglesia. —Se encontró con la mirada de su padre, quien pareció regañarlo por ser tan descortés, pero ChanYeol decidió que la familia Byun no se merecía mayor hospitalidad que esa—. Pueden pasar la noche ahí.

Entre melenas y garras • || ChanBaek ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora