Capítulo 7: "Encuentro"

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Y ahí estaban ellos, los invitados más inesperados de la fiesta, Faith no sabía cómo se lo iba a explicar al resto, ella sabía qué hace horas tenía chance de arrepentirse y decirle que no a la alocada idea de Tadeo pero ya estaban ahí, no podía retractarse, solo deseaba que las cosas salieran bien. Cuando la camioneta negra, lustrada y brillante se terminó de estacionar las puertas se abrieron, Nahara y Faith quisieron no expresarse gestualmente pero era inevitable, esos chicos, esas chicas, todos eran hermosos, caras angulosas y perfiladas, ojos de colores hermosos, unos azules intensos, unos ámbar brillante y un solo par de ojos de un verde tan profundo y brillante que parecían irreales, entre otros. Cuando ambas salieron de esa ensoñación Faith notó que no eran los que habían acordado, habían más, eran diez y llegaron once, una cuenta absurda pero para Faith era un desequilibrio espantoso, ella quiso reprochar pero Nahara la detuvo como si leyera el pensamiento, "estate quieta"—le dijo con su mirada y ella obedeció.

— Disculpen la tardanza, un tráfico horrible—espeta Gabriel— ¿No llegamos muy tarde?

— Algo... —"demasiado diría yo, no crean que por ser de su clase, se les da rienda libre de hacer lo que se le vengan en gana y llegar a la hora que quieran" era lo que iba a reprochar Faith pero el pellizco de Nahara la hizo callar—un poco, pero aún están a tiempo, no se preocupen—dice en su lugar y le da un manotazo discreto a Nahara para que la dejase de pellizcar.

— Pasen chicos, siéntanse cómodos y las bebidas las ponen en la mesa que está en el centro—expresa Nahara con aires de anfitriona carismática—nosotras los veremos en breve, estamos esperando que no falte nadie más.

— Gracias, muy amables—espeta Mia con su sonrisa dulce—chicos vámonos.

Cada uno de ellos fue entrando y conforme lo hacían ellas notaron que pese a verse como cualquier chico de preparatoria, ellos imponían de una manera extraña, se sentía una fuerte presión estando cerca de ellos, pero ambas sabían que no solo era porque fuesen hijo de personalidades importantes y millonarias.

— Esperemos pasarla bien todos—dijo Nahara sonriente.

— No tienes por qué actuar de esa manera, tu sonrisa a leguas se ver forzada—dice Gaspar mientras caminaba, no la veía pero ella sabía que se refería a ella—pero gracias, eres amable.

Nahara no pudo responder y solo miró mientras se iba con su grupo de amigos, él debía ser la voz de la razón de grupo una de las cabecillas—pensó ella—al igual que lo era el tal Gabriel. Pudo ver lo variopinto que eran todos desde los de adelante que eran las chicas, la hermosa pelinegra, la tierna castaña, la de rizos con aires de intelectual y la claramente salvaje pelirroja, los dos altos fornidos que claramente eran hermanos, gemelos quizás y el alto delgado con aires egocéntricos, hasta los restantes de atrás, quienes eran tres chicas que se veían menores que el resto, una chica de piel morena con rizos, una rubia de ojos azules y la prima de Tadeo, una chica de piel clara, ojos azules y cabello negro abundante, eran un grupo bastante extenso pero ellos parecían llevar un ritmo entre todos y se comprendían bien entre sí, ya cuando estos no estuvieron a la vista la cara que Faith intentó disimular desapareció de golpe.

— ¿Pero qué demonios...?

— ¿...Me pasa?—le interrumpe Nahara completando su oración—intento mantener las cosas tranquilas ¿Qué carajos te pasa a ti?—le suelta Nahara y ella casi se cae hacia atrás de la impresión—sé que eres minuciosa y amas que todo salga como debe, que hasta la hora de llegada sea perfecta pero te estabas por pasar, ibas a hablar como una loca sin darte cuenta de las consecuencias ¿No es así Naomi?

Raras veces Nahara la llamaba por su nombre y no por su apodo, en ocasiones porque se le olvidaba o se le pasaba, pero mayormente era cuando estaba realmente molesta, pero en antiguas ocasiones sabía el porqué, en estos momentos estaba helada y desorientada.

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