Otra vez estaba allí, esperando en el lugar que se había vuelto su cafetería favorita, Kim Seokjin veía desde su mesa al omega uva. No lo podíamos culpar, no era bueno con los omegas lindos, es más, casi no recuerda haber tenido interacciones con omegas, los pocos que conocía les tenía respeto y miedo, sentimientos casi tan confusos como los que tenía en ese instante.
En algún momento quería acercarse, decirle lo bonito que era cuando leía; lo inmerso que este estaba lo hacía ver atractivo, era tan calmado y parecía relajarlo, paulatinamente también podía ver cómo se turbaba, suponiendo que la novela que leía estaba en el punto del nudo más intenso. Seokjin no era muy apegado a la lectura, pero entendía que leer un libro era como vivirlo. El omega uva parecía gozar de ello.
Conforme avanzaba el tiempo, el alfa se estaba quedando sin ideas sobre qué más pedir para hacer su estancia duradera. El chico uva pedía café y una orden de galletas de arándano, comparando con él, toda su estadía —al menos la mayoría— se basaba en pedir agua y luego un batido de yogurt y un sándwich. Pero al parecer ese día Namjoon se rehusaba a irse de la cafetería temprano, cuando cerró por fin su libro se dedicó a pedir más café y una comida sencilla, comiendo tranquilo el omega suspiraba mucho en esa relatividad de hora, y por último el omega pidió después un pastel de chocolate, al término de este prosiguió con su lectura. Seokjin para su desgracia, pidió la cuenta, no tenía mucho tiempo para poder quedarse a admirar al omega, algo que era realmente frustrante.
Cuando pidió finalmente la cuenta, para la sorpresa del alfa, el omega se acercó al mostrador y se posicionó a lado de Seokjin, pidiendo la cuenta igualmente. Cuando la chica que atendía le dió su adeudo, notó el error de inmediato… esa era del omega. Notablemente era más de lo que Seokjin pagaría por la suya, pero no le importó pagar la cuenta del omega, no era que fuera millonario, pero no ganaba mal y podía costear ese gasto. Así que lo hizo, pagó por el omega. Un acto tácito con todo el cariño que tenía.
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El siguiente día de descanso del alfa cayó en miércoles, así que ese día se dispuso a visitar nuevamente la cafetería. Seokjin se sentó en la misma mesa que pedía, esa que estaba cerca de la mesa que ocupaba el omega, solo que está ocasión, no estaba. Algo anormal, ya que siempre se encontraba a esas horas. Dispuso a marcharse, pues no tenía sentido estar ahí cuando la presencia del omega uva era nula.
—¿Disculpa? —una voz detuvo la caminata de Seokjin, y también el aroma que extrañaba tomó protagonismo.
En el fondo sabía de quién era esa voz, lo sabía por el aroma que tanto le gustaba, voltear a encarar al chico de sus pensamientos era el acto más valeroso que había cometido desde que se recibió como médico militar. Ni siquiera en el servicio que prestó a la nación había sentido esa opresión en el pecho, no como la sentía ahora.
—¿Si? —preguntó Seokjin torpemente—.
—Te estaba esperando —le dijo el chico uva— ¿Tú eres quién pagó mi cuenta la última vez? —preguntó—.
Seokjin asintió como respuesta afirmativa.
—Oh… entonces por favor acepta esto —el omega estiró un sobre con dinero, haciendo una reverencia formal, imaginábase que era como disculpa por el error— usted pagó más de lo que yo pagué de usted, cuánto lo siento.
El alfa le sonrió, casi divertido de la situación, era obvio que el omega no sabía que el desgraciado Seokjin estaba cautivado por él, y, pagaría las veces que fueran necesarias sólo por hablarle nuevamente.
—No es necesario, así que por favor, conserva el sobre y no me reverencies.
—Usted no tiene que pagar mis malos ratos, de verdad, acepte mis disculpas.
—No deberías pedir disculpas —regañó— yo fui consciente que la cuenta no era mía, y la pagué porque quise. Si hubiera querido habría pedido que me dieran lo propio, pero no lo hice, así que no pidas perdón.
Oh.
¿Sonó muy duro?
El joven peli morado se calló por un momento, dando a entender que estaba confundido, o analizando la situación.
—¿Por qué haría eso? —cuestionó con bruma.
—¿Por qué no hacerlo? —respondió igualmente, sugiriendo tal vez, que lo hacía por algo más que mera amabilidad— me sorprendería que no lo hicieran seguido.
Silencio, la incomodidad de Namjoon no le gustaba, mucho menos el silencio en que este entraba.
—No se ha dado cuenta, pero no tengo nada en especial.
—Hoy es un lindo día —comenzó a explicar Seokjin— ¿No lo crees?... Bueno, como veo que coincides conmigo, espero que también te des cuenta de algo. Espero que empieces a ver, qué, eres más hermoso que el día de hoy…
¿Eso era más que sugerente? ¿No?
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Forza della carta
FanficSeokjin es un alfa médico militar y Namjoon es un omega que le gusta leer. ♤ ♤ ♤ ♤ ▪︎ Pareja principal Jinnam ▪︎ Capítulos cortos ▪︎ Intento de romance :') ▪︎ Cliché ▪︎ Flojera de editar las faltas de ortografía 🫠