XII

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Te ofrecieron tan poco amor y tú diste tanto, pero así es esto. A veces, uno puede dar su 100% y la otra persona un 20% y no tienes por qué deprimirte. Tu lo hiciste bien, pronto te extrañarán, pero cuando eso suceda, tú ya habrás sanado.

 Tu lo hiciste bien, pronto te extrañarán, pero cuando eso suceda, tú ya habrás sanado

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— ¿Qué sucede Quacks? — Pregunta Luzu al sentir como el agarre del cambiaformas se hace más fuerte.

— No es nada, solo debo atender unos asuntos — Responde aligerando su agarre.

Le da un casto beso en los labios del castaño el cuál corresponde. Se separa de él, y se dirige a uno de sus grandes ventanales, abriendo uno de ellos. Siente el viento chocar contra su piel, unas enormes y doradas alas emplumadas cómo el sol crecen en su espalda. Estaba a punto de saltar, cuando escucha la voz del oji-azul.

— ¿Puedo ir contigo? — Pregunta con inocencia.

— No creo que sea buena idea — Responde inseguro.

— Es que, viendo tu reacción, no quiero que hagas alguna tontería — Dice al ver cómo sus orejas comienzan a volverse puntiagudas, lo cual, nunca ha visto en él. El azabache lo piensa un poco.

— Está bien, pero agarrate fuerte — Acepta finalmente.

Toma a Luzu en sus brazos, cargándolo en estilo nupcial. Se dirige nuevamente al ventanal ya abierto; abraza con fuerza el cuello del cambiaformas y este salta.

Cierra los ojos con fuerza al sentir como comienzan a caer con rapidez, para después ser elevados por las enormes alas doradas. Nota cómo se dirigen a las afueras de Las Nevadas y a unas personas que caminan hacia la ciudad. Aterrizan a unos cuantos metros enfrente de ellas. Luzu por fin puede volver a tocar suelo, sintiendo como sus piernas tiemblan levemente.

El oji-azul analiza a sus contrarios: uno de ellos tiene el cabello azabache sujetado con una bandana blanca, pantalones de combate negros, tenis blancos, una playera blanca con el dibujo de una pequeña llama, ojos rojos cuán carmín, orejas puntiagudas. El otro es un poco más alto que el anterior, con pantalones negros, botas del mismo color, una sudadera oversize de colores llamativos con una extraña figura -la cual no recuerdo su nombre-, cabellos castaños levemente ondulados, ojos amarillos y pecas espolvoreadas cómo estrellas en sus mejillas.

El azabache al verlos enfrente comienza a correr, pero se detiene al sentir algo filoso presionar contra su garganta, sin llegar a lastimarlo. Queda estático, los ojos tan abiertos como platos y traga saliva para calmar su nerviosismo.

¿Qué hacen aquí? — Pregunta serio Quackity, mientras hace un poco más de presión en su garganta.

Cómo Technoblade había dicho antes: sus habilidades como cambiaformas las usa a su ventaja, en este caso, transformó uno de sus brazos en una larga cuchilla negra. Un cambiaformas no siempre se cambiará a un ser vivo, pues estos también pueden cambiar sus extremidades en armas.

Solución SalinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora