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-Que animal eres

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-Que animal eres.-Dijo algo frustrado.

-Hey, no fui yo el de la idea.

¿Qué pasaba? Bueno...

Resulta que en medio de un antojo de malteada por parte de ambos, decidieron hacerla en casa ya que tenían helado de chocolate, pero al percatarse de que se había perdido la tapa de la licuadora, Sparta mencionó usar un plato, para que el helado no saliera manchando todo.

Bueno, resulta que cuando Raptor colocó el plato encima de la licuadora, por el movimiento y su torpeza el plato se cayó al suelo rompiéndose al ser frágil, y por tanto dejando que el helado de chocolate saliera hacia todos lados, hasta que Sparta reaccionó y apagó la licuadora.

Y ahora ambos estaban manchados de helado de chocolate, al igual que las paredes y una parte del piso, a y habían roto un plato.

-No pensé que se te caería.

-Sabes que soy torpe, además la licuadora se movía muy rápido y resbaló.

-¡Pues haber apagado la licuadora antes de dejar que manchase todo!-Si se había enojado un poco, pero ya estaba para subir un poco a su tono de voz y también hacerla un poco más grave.

El castaño oscuro suspiró y bajó la mirada. A veces si se llegaba a sentir mal cuando Sparta se enojaba con él, se sentía realmente culpable.

De inmediato tomó la escoba y sin importarle que estuviera pegajoso por el helado empezó a barrer los pedazos del plato que había roto por accidente. Enseguida limpió el piso y luego con un trapo húmedo limpió las paredes y otras cosas donde chorreaba ese ahora líquido marrón.

Hasta que escuchó al menor suspirar.

-Lo siento, sabes que no puedo controlarme algunas veces...-Se disculpó.

-Tranquilo, para eso soy tu amigo, para entenderte.-Le sonrió y luego volvió a ser neutral mientras seguía limpiando.

-En verdad lo siento, no es la primera vez que pasa por algo tan insignificante...-Se acercó a su contrario.-Espero que no te moleste.-Dijo, refiriéndose al abrazo que le dio al otro por detras.

El anterior sonrió de ternura. Terminó de limpiar y se dio la vuelta para abrazar de frente a su amigo.

-Jeje te perdono.-Le dedicó una sonrisa.

Sparta también sonrió, hasta que se detuvo un segundo al formarse una idea en su cabeza.

-Estás todo pegajoso.-Rió un poco.

-¿Ah?-Se miró.-Pues sí, tú también, estamos llenos de hela- ¡Sparta!

El más bajo había lamido la mejilla de su mejor amigo, justo donde tenía helado.

-JAJAJAJA, eres tan dulce que voy a comerte entero, a lamidas. Y también voy a chuparte, como un helado, jaja.

-Chupa ésta mejor, ¿no?-Siguió riendo.

No Homo [Spartor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora