Capitulo 4

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Después de una noche de pasión y amor me desperté pensando que había el mejor amanecer que nunca había visto y no miraba a la ventana si no a ella, mi niña, me levante de aquella estupenda cama y me fui sigilosamente a la cocina para preparar el desayuno a Maria, se lo lleve a la cama pero ella ya se había levantado, y estaba esperandone en el jacuzzi para que me metiera con ella para seguir con lo de anoche pero esa llamada telefónica del Dr. Bellido no lo me lo permitió, ya que me comento de que en menos de dos días empezaría con la quimioterapia. Decidí olvidar al puto cáncer que estaba arruinando mi interior y decidí no volver a España, pero Maria quería q me pusiera bien y lo hice por ella. De vuelta al aeropuerto pasamos por ese famoso puente de los candados, en el que Maria y yo sellamos nuestro amor para siempre. Dados de la mano tiramos la llave al río Sena mientras Maria me decía: "Te vas a curar y algún día volveremos a este mismo lugar " . Una vez montado en el avión veía como la torre eifabiertos lejaba al igual que el Sena. Llegue a Madrid, a mi barrio, a mi casa. Allí me estaban esperando mis padre con los brazos abiertos. A la mañana siguiente quedé con Maria para darle una sorpresa por nuestro primer menos juntos, y por los que nos quedan..... Aunque si no nos curamos no muchos. Quede con ella en Gran Vía, para invitarla al musical de El Rey León, tras salir me dijo que me amaba y que jamas pasara lo que pasara me iba a olvidar por que me había echo necesario en su vida

Las lagrimas de AlejandroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora