𝚃𝚊𝚒𝚓𝚞 𝚂𝚑𝚒𝚋𝚊

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Mi cerebro no deja de crear imágenes con el peliazul con mechas desde aquella vez que nos conocimos

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Mi cerebro no deja de crear imágenes con el peliazul con mechas desde aquella vez que nos conocimos.

Aquella vez que me dió varios puñetazos en la cara hasta caer desmayado, recuerdo que en ese lazo de tiempo donde me propagaba golpes nunca apartaba mi vista de aquella mirada feroz , no hasta que sentí mi cuerpo adormecerse, habia movido mis ojos a dirección de mi nuevo amigo Hakkai, pero, él en ningún momento trato de detener los golpes, apesar de ser su amigo y apresar de ser su hermano quien me golpeaba. Aunque no me interesaba.

En esa calle frente a una casa gigante un tatuado peliazul, musculoso, mirada dormida, nariz recta y cuerveada, cejas fruncidas y fuertemente enojado; básicamente el hombre que me había encantado. Ese hombre que perdía su preciado tiempo golpeándome a mí, un muchacho débil, bajito y con panza. ¿Tal hombre existe en este mundo?

¿Ese hombre se fijaría en otro hombre que ni siquiera le llega a los talones? Para mí la respuesta es... imposible.

Daba gracia que la justificación de sus golpes hacía mí eran "por meterse a propiedad de Black Dragon". No me interesaba sus razones, no me hables de eso, hablame del como me llevaste en tus brazos hasta tu propia casa y el como me acostabas en el mueble donde tú actualmente duermes. Yuzuha me contó todo. El como curaste mis heridas sin ayuda de otra persona con tus propias manos grandes y venosas, tú mismo recorrias cada parte de mi cara y cuello.

-¿Taiju?- Había dicho tan debil al haber despertado de ese desmayo alrededor de 3 minutos, no recordaba todo al cien porciento pero estaba seguro de algo. Me habías sonreído.

¿Y...Por qué?

No tengo idea.

Te pido un favor, deja atormentar mis sueños con tu glorioso cuerpo muy bien formado, deja de aparecerte en cada rincón de las calles de la cuidad, es tanta la casualidad que hasta nos encontramos en el baño... Pero cada que me ves simplemente me ignoras y te largas sin dirigirme la palabra, ¿Es qué acaso me odias tanto? ¿O talvez crees que te estoy siguiendo? Por qué no es así, no quiero que pienses que soy un acosador. No lo soy. Simplemente es cupido quien quiere que nos unamos ¿No?

A veces pienso que mis propios pensamientos son estúpidos.

Mi cerebro a veces está conmigo y en mi contra. Nadie entiende a mi cerebro. Pero si tú invades mis pensamientos este cerebro se alegra, y no sólo él, el corazón lo acompaña de alegría y cariño.

¿Que hechizó usaste contra mí? ¿Por qué estoy tan aferrado a ti y a tu personalidad?

E visto que vas a misa, me e dado cuenta las veces que has ayudado a recolectar despensas para ayudar a las pobres personas de la calle, y no solo eso, regalaste juguetes donados a niños huerfanos, aunque tus juguetes "donados" eran básicamente nuevos que tú mismo habías comprado.

Pero, ¿Por qué te noto triste? Hace varios minutos te encontrabas feliz de haber donado muchas y miles cosas pero tús ojos oscuros detonan tristeza......ah....ya entendí.

Todos los juguetes donados eran por obra tuya, nadie quiso aportar nada.....Taiju, eres un panesito de dios.
Pero no te preocupes....que para eso cupido nos quiere unir. Mande a Hina a donar los juguetes que compre con mi dinero, me daba vergüenza pararme frente a tí, así que mi única opción era mandar a alguien...Eso fue el plan que hizo mi mente.

-¿Rubió?- Preguntó el de mechas azules parado frente al altar de aquella iglesia. Minutos antes este se encontraba juntando los nuevos juguetes que el mismo compró para así donarlos.-¿Qué quieres? ¿Vienes a burlarte de que asisto a misa? Sabes, creo que unos golpes se verían bien en tu bella cara.

-Basta que me sonrojo- Pensó el Rubió.

-N-No me vine a burlar, este, ví un cartel afuera de la iglesia donde decía que podíamos donar juguetes- Dije sonrosado mostrando una bolsa
transparente donde se apreciaban los muchos juguetes que había comprado.

Taiju seguía aún estático en su lugar apreciando la bolsa que tenía en manos Takemichi, por dentro estaba tan feliz que quería saltar de la felicidad, pero tenía que mantener la calma frente al pequeño que tenía enfrente, ya después brincaría.

-Y-Yo, me tengo que ir, tengo una junta con la Tokyo Manji- Decía nervioso el pequeño con una sonrisa entregándole la bolsa al mayor, una vez entregada salió disparado hacia la salida, tenía tanta vergüenza en esos momentos que solo quería escaparse.

Taiju trato de detenerlo para agradecer de su buena caridad pero el pequeño ya se había ido.

Aunque... Taiju había notado algo bajo sus narices, su altura era tan alta que no se dió cuenta de las 3 bolsas más grandes transparentes que se encontraban en el piso, está igual llenas de jueguetes.

Taiju no podía creer lo que estaba mirando, estaba casi que votaba lágrimas, por fin sus niños tendrían juguetes sin que uno se quedará sin uno.

Taiju con una sonrisa volteó hacia la puerta de dónde salió corriendo el rubió pequeño.

-Gracias Takemichi. Dios te lo pague.

LLORO, TE AMO TAIJU

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LLORO, TE AMO TAIJU

-漫~*'¨¯¨'*·舞~ɪғ ʏᴏᴜ ʟɪᴋᴇ ʏᴏᴜʀ ᴄᴏғғᴇᴇ ʜᴏᴛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora