𝚂𝚎𝚒𝚜𝚑𝚞 𝙸𝚗𝚞𝚒

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—¡Oigan!—gritó una voz femenina frente a todo el salón—Mañana haré una fiesta en mi casa, todos están invitados

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—¡Oigan!—gritó una voz femenina frente a todo el salón—Mañana haré una fiesta en mi casa, todos están invitados.

La chica se fue directo a su grupo de amigos dónde la mayoría eran hombres y se encontraban en una esquina del salón.

—¿Vamos a ir o qué?—preguntó Chifuyu dándome un par de palmadas en la espalda.

—¿Irás, Take?—añadió un pelinegro con el cabello suelto levantándose de su asiento—Acabo de escuchar que irá seishu.

—Debo pedir permiso.—sonreí al escuchar el nombre de mí 'crush'.

—Debemos.—corrigió Baji revolviendo mi cabello rubio.

[...]

Tuve suerte de que me dejarán ir a la fiesta, tuve que rogarle a mi madre a qué me dejará ir pero ella decía que los chicos de mi edad bebían y fumaban, obviamente le llevé la contraria diciéndole que estaba en lo incorrecto.

Ya había llegado a la dichosa fiesta junto con Chifuyu y Baji.

No era tan de salir a fiestas, y eso lo sabían perfectamente mis amigos, pero cuando supe que Seishu Inui asistiría, obviamente tenía que ir.

Cuando entramos a la casa donde se escuchaba fuerte la música, Chifuyu y Baji salieron disparados directo a la cocina a buscar algo de alcohol.

Reí mentalmente. Tenía razón mi madre.

Estuve explorando con la mirada la casa y vaya que me llevé una sorpresa, era muy moderno pero con todos esos adolescentes hormonales sólo arruinaban el ambiente elegante.

Me encontraba aburrido así que lo único que podía hacer era disfrutar de la bebida que un chico me ofreció.

Note cómo una cara conocida se encontraba parada frente a la pista de baile a la misma vez que una chica trataba de acercarsele. Me di cuenta que la cara conocida se trataba de Inui.

Fruncí el ceño, ella le coqueteaba abiertamente. Apreté los labios y me puse de pie. Pensé en ir pero me contuve hasta que ví que ella reposaba su mano en su pecho no lo soportaste más y me acerqué.

Sin decir una palabra, me pusé a su lado y lo tomé de la mano, entrelazando nuestros dedos. La chica se te quedo viendo y despues bajo la mirada a nuestras manos juntas.

—¿Son... algo?—cuestionó.

—Pues...—él iba a responder pero lo interrumpí.

—Sí, somos novios ¿por qué?—le encarné una ceja, viendo por el rabillo del ojo que él me miraba sorprendido.

—Ah no, por nada. Bueno, me voy.—sonrió de manera nerviosa. También le sonreí aunque fuese más una mueca.

Le iba a soltar la mano pero él apretó el agarre.

—¿A dónde crees que vas?—preguntó jalándome de la mano haciendo que quedará frente a él.

—Por ahí.—pasé la mirada por el lugar.

Él me hizo retroceder hasta que mí cintura chocará con la barra.

—No puedes ir sin mí, no puedes ir sin tu novio.—sonrió coqueto... pasé saliva por la garganta y trate de tragarme los nervios al mismo tiempo.

—¿Ah, si? Entonces, terminamos—incliné mí cuerpo hacia la barra para poner espacio entre nosotros.

—¿Empezamos y terminamos cuando tu quieres?—enarcó una ceja.

—Sí, ¿Tienes algún problema con ello?—se había inclinado hacia mí pero ya no podía poner más distancia. Nos encontrábamos básicamente pegados.

—Muchos, de hecho. Cómo que yo no quiero terminar, por ejemplo.—ladeó un poco la cabeza.

—¿Cómo que no? Así tienes más chance de coquetear con quién quieras.—fruncí el ceño al imaginarme tal escena.

—Sí, si, a la chingada, a mí solo me gusta coquetear contigo.—aseguró acariciando mi mano.

—Además, en el corto tiempo que estuvimos juntos, no me diste ni un beso. Eso sí que es injusto.—añadió mirando mis labios para después subir la mirada a mis ojos y sonreír.

—Si te doy un beso, ¿me dejarás ir?—cuestioné arqueando la ceja.

—Si me das un beso, menos te dejaré ir.—oh dios.

Di un pequeño respingo cuando sentí sus brazos rodeando mi cintura.

—Entonces, ¿Qué hago?—pregunté. Mentiria si dijera que me quería largar, pero sinceramente no quería irme simplemente queria saber su respuesta la cual me sorprendió.

—Dime que volverás cada que te vayas.—sonrió acariciando mi mejilla.

—De acuerdo—susurré.

—Ahora, te voy a besar—me advirtió.

Yo por dentro estaba gritando. Hacerse el difícil puede cumplirte lo que quieres.

 Hacerse el difícil puede cumplirte lo que quieres

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-漫~*'¨¯¨'*·舞~ɪғ ʏᴏᴜ ʟɪᴋᴇ ʏᴏᴜʀ ᴄᴏғғᴇᴇ ʜᴏᴛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora