𝗢𝟰.

720 71 34
                                    


⠀ ⠀
⠀ ⠀

⠀ ⠀
⠀ ⠀
⠀ ⠀
⠀ ⠀
⠀ ⠀
⠀ ⠀
⠀ ⠀
Una ráfaga de viento alzó las ojas de otoño que caían pintando cada rincón de la ciudad, para Julián, ver como se alzaban tras Guillermo fue mágico, incluso si hacía frío, sus cuerpos permanecían juntos, frente a frente y brindandose el calor que emanaban, sus ojos que no se habían separado brillaron ante lo nuevo que venía, aquel gesto íntimo que deseaban, sus narices rozaron levemente y por fin pudo apartar los orbes de los de Guillermo, aquellos labios rosados lo llamaban tentativamente, sus meñiques se entrelazaron y la sonrisa que surco los apetitosos labios que deseaba le hicieron difícil la tarea de contenerse, de cualquier manera, no tenía por qué hacerlo, ahora eran una pareja, y el moría por demostrarle su amor con aquella entrega.

Relamio sus labios antes de cortar el poco espacio que los separaba, por instinto cerro los ojos y dejó descansar sus belfos sobre los de Guillermo, quién sintió su cuerpo estremecerse y el corazón bombeando con ferocidad contra su esternón, aquel suave y efímero beso había sido su primer caricia al alma.

Al separse, el rostro del mexicano estaba tan rojo como los pétalos de las rosas más vivas, en ese momento Julián se enamoro un poco más de él.

— Me gustas muchísimo Guille — susurro sobre sus labios.

— Tu me gustas mil veces más.

Se regalaron una sonrisa discreta, llena de la complicidad que compartían en esos momentos.

Aún con sus meñiques entrelazados, caminaron hasta el final del pasillo donde se encontraba su salón, con sus corazones todavía revoloteando, en un mismo compaz. El primero en ingresar fue Memo, observó a sus
sus amigos, se habían quedado callados al verlos entrar, se miraban torpemente entre ellos, en realidad no sabían disimular y Memo ya se imaginaba que pasaba con ellos.

— ¿Ahora por que tan calladitos? — preguntó, camino al interior del salón y volvió a ocupar su lugar con Julian recargado en sus hombros, recibiendo un besito en sus rizos.

— Nada, nada — le respondió Kevin sin dejar de mirarlos — ¿Qué me trajiste? Me muero de hambre.

Guillermo le extendió un sándwich de pollo. — Ten, desayuna.

— Me hubieras traído unos takis morados wey — se quejo.

— Todavía que me preocupo por ti.

Guillermo negó, volteó en dirección de Hirving y le entrego una bolsa de takis, recibió una mala mirada de Kevin, no le presto atención o aquello no terminaría, quería que se alimentara bien, Diego a su lado mostró la palma abierta, esperaba por lo que había traído para el, Memo saco de la bolsita otro sándwich pero de tocino y lo puso en su mano, Diego asintió contento y le agradeció, por último, le dio unas donas de azúcar a Andres, quien no pudo aguantar más su curiosidad.

— ¿Entonces ya se besaron?

Julián no aguanto la carcajada por la poca discreción de su amigo, el sabía perfectamente que le diría a Guillermo de sus sentimientos, el rizado estaba sonrojado hasta las orejas y lo miraba mal por su poco tacto.

— Eso no te importa gil, pero para saciar tu curiosidad, si, y somos pareja — sus amigos supiraron y empezaron a comer —fue Guille quien me lo pidió.

— ¡Eso memo! — Kevin levantó la mano, olvidando su berrinche, y chocaron sus palmas, después se dirigio a ver a Guardado con una sonrisa burlona — Mis cien pesos Andres.

El mayor del grupo miró mal a Julián antes de caminar hasta su butaca y sacar dinero de su mochila, regreso con los revoltosos que tenía como amigos y le dio el dinero a Kevin. — No vuelvo a confiar en ti, Juli.

ㅤ ㅤ ࣪ ࣭ ⬞  𝘂𝗻𝗵𝗼𝗹𝘆𝗰 𓈒 ˙ㅤ mechoa ּ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora