Epílogo: Yoongi

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4 de octubre

-¡Y el príncipe del baile de bienvenida de este año es Min Yoongi! -anuncia la señorita Beasely por los altavoces.

Le arqueo una ceja a Namjoon.

-¿Tienen príncipes en estas cosas?

-Tienen toda una corte -Namjoon comienza a explicar, pero la señorita Beasely lo interrumpe de nuevo.

-¡Nuestro rey del baile de bienvenida es Kim Namjoon!

Ambos caminamos hacia el centro del escenario, tomados del brazo. Namjoon está nervioso, pero no deja que se muestre. Su mamá está orgullosa de él. Todos en la escuela saben que es gay ahora, por lo que no tiene nada que temer. Finalmente lo había convencido que hoy me dejara ir a su casa antes de la ceremonia de coronación para que pudiéramos tomarnos fotografías y darle la noticia a su madre en un espacio de manera más controlada. Jungkook, Henry, Jihyo y Serena estaban allí para prestar también su apoyo. En lugar de gritarle como él esperaba, estaba encantada de que tuviera la valentía de decírselo.

La señorita Beasley coloca una pequeña corona en mi cabeza y luego una más grande en la de Namjoon. Namjoon también recibe una banda que coincide con la de Jihyo ya que ella es nuestra reina. Examino la multitud en busca de mi hombre. En la primera fila, Jungkook está sentado junto a Serena luciendo tan caliente como siempre.

Tenemos que estar de pie frente a todos nuestros compañeros y padres para el banquete de bienvenida, sonriendo, mientras la señorita Beasley pronuncia un discurso sobre nuestro equipo de fútbol, animadoras y escuela. Sin embargo, no puedo apartar los ojos de Jungkook.

Mi héroe.

Solo tenía que salvarlo primero.

Es difícil de creer que hace poco más de un mes, él quería morir. En el momento en que lo miré a los ojos, sentí que algo andaba muy mal con él. El aire a su alrededor era nublado, tóxico y sofocante. Sabía que todos lo sentían pero lo evitaban.

Yo no podía.

No después de leer en las redes sociales lo que le pasó a su hermano y luego ver de primera mano la absoluta desesperación que estaba experimentando. Sabía que tenía que hacer algo. Tenía que encontrar una manera de atraerlo hacia mí y mantenerlo unido.

La Fuerza Min como la llaman mis padres.

Al principio, quería ser un amigo. Pero en el momento en que escuché su voz y sentí todas sus emociones tan claramente como si fueran mías, quedé cautivado por él.

En ese entonces, estaba vacío y triste. El chico más hermoso que jamás había visto estaba envuelto en un manto de pena y dolor. Anhelaba apartar esa manta y envolverlo con mi calidez, consolándolo de una manera diferente.

Nos enamoramos.

Tan rápido y tan fuerte del otro.

Cada día nos enamoramos un poco más.

Mamá no estaba segura de Jungkook para empezar. Vestía ropa oscura y sus sonrisas eran raras. Pero Jungkook es una de esas personas hacia las que no puedes evitar gravitar. Es como un faro, pulsando y urgiéndote a seguir adelante. Es como si llevara sus emociones por fuera. Coloca su tierno corazón en su hombro donde todos puedan verlo. Todo lo que hace es darte ganas de amontonarte a su alrededor para protegerlo.

Jungkook no ve lo que ven todos los demás.

No veía la forma en que su madre lloraba cuando él le daba la espalda, aterrorizada de que le hubiera fallado. Nunca vio cómo su maestro, el Señor Choi, se preocupaba sobre su bienestar psicológico. Jungkook no se daba cuenta de la forma en que los chicos lo observaban, un poco esperanzados de que pudiera hablar con ellos y luego tristes cuando no lo hacía.

Todos querían ayudar.

Había perdido a su hermano y claramente estaba sufriendo por ello. El pobre chico pensaba que estaba solo.

No pasó mucho tiempo para que se diera cuenta que no estaba solo. Él me tenía a mí, a su familia, a mi familia, a sus maestros y a sus compañeros. Tomó mucho trabajo de todos llevarlo lentamente lejos de las puertas de la muerte y justo al centro de nuestro mundo donde pertenece.

Jungkook siempre me cuenta con cariño cómo su hermano era la estrella. Quizás Junghyun lo era.

Pero si Junghyun era la estrella, Jungkook es la luna.

Iluminando la oscuridad. Radiando brillante y con mucha luz para que todos lo vean. Una fuerza de la naturaleza.

Como ahora, que me sonríe y el mundo entero desaparece. Me siento como un niño pequeño mirando al cielo, maravillándose de la grandeza de la luna.

-Ustedes dos son tan adorables -se queja Namjoon-. Henry y yo no somos tan adorables.

-Seguro que lo son. ¿Te has visto con esmoquin? -Bromeo-. Henry estaba bastante adorable cuando casi se atragantó con su lengua cuando te vio.

-Sí, supongo que somos un poco adorables. Fue adorable cuando se puso celoso porque te traía a ti al baile de bienvenida. -Se ríe-. Le dije que guardaría un baile para él.

El evento termina y antes que pueda llegar a Jungkook, Carla casi me ataca con un abrazo. Zach se queda merodeando con ambos bebés en sus brazos, sonriéndonos con cariño.

-Te veías guapo ahí arriba -dice Carla. Ella toma mis mejillas en sus palmas-. Gracias.

-¿Por qué?

-Por ser tú. -Sus ojos que se parecen a los de Jungkook están llenos de lágrimas-. Me devolviste a mi hijo. Diviértete en el baile.

Mientras se aleja, unos brazos me envuelven por detrás. Me relajo en el abrazo de Jungkook. Dado que Jungkook está tan profundamente familiarizado con la pérdida, el dolor y las emociones de todo tipo, ama con fuerza. No es uno de esos tipos que esconde sus sentimientos. Mi novio está dentro al cien por cien.

-Estás muy caliente en esmoquin -retumba contra mi oído-. Te voy a dar una mamada más tarde mientras todavía estés vestido.

Me doy la vuelta en sus brazos, ocultando la erección que me ha causado. Él también está duro mientras se frota contra mí. Sus ojos grises y tormentosos están fijos en los míos, inmovilizándome para siempre.

-Te traje algo -dice, y una sonrisa tira de la hermosa boca que podría pasar días besando.

-¿Qué es eso?

Saca algo de su bolsillo. Es un pin esmaltado. Un arcoíris que dice: "Jodidamente mágico".

-Pensaba que regalar pines era lo mío -bromeo mientras se pone a colocarlo en mi solapa.

-Regalaste todos los tuyos. Pensé que tal vez necesitabas más. Nuestros labios se encuentran para un beso pecaminoso que hace que

Namjoon silbe y se meta con nosotros.

Este chico de ojos tristes y corazón roto me ha llenado de más amor de lo que sé qué hacer con él. Es uno de esos tipos de amores que seguirá creciendo. Estoy encantado de que no me haya dado solo el almuerzo o el día o semana siguiente.

Él me dio a él mismo. Su para siempre.

Y tenemos décadas por delante para ver este amor fuerte y en ciernes evolucionar hacia algo profundo e inquebrantable. Todo lo que necesitamos es tiempo para permitirle completar la transformación épica que atravesará.

Tenemos el tiempo.

Porque le pedí que se quedara. Y él lo hizo.



























FIN

E.Q.Q.M.QDonde viven las historias. Descúbrelo ahora