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Daemon Targaryen fue obligado a contraer matrimonio cuando apenas tenía meses de celebrar su onomástica de cinco y diez días, el problema en cuestión no era la mujer con la que estaba comprometido, el problema es que él nunca lo había pedido, así que nunca dudo antes demostrar su desagrado por la unión.
Había crecido viendo el amoroso y feliz matrimonio entre sus padre, por lo que nunca espero algo distinto para él, sobre todo cuando Vysena -su hermana menor- parecía corresponder sus sentimientos.
Lady Rhea Royce tampoco parecía emocionada por el compromiso, Daemon todavía puede recordarlo.
"Ser comprometida con un príncipe con su reputación no es algo de lo que me sienta orgullosa y digna de presumir."
Se lo había comentado a su padre con la esperanza de que entrara en razón y lo cancelara, sobre todo cuando escuchaba los susurros de otros lores pidiendo la mano de su hermana apenas tuviera su sangrado.
Dos semanas después del anuncio se celebró su boda, fue algo pequeño en comparación a la de su hermano mayor, solo contando con la presencia de los familiares más cercanos, ya que ninguno de los involucrados esperaba planear algo más.
Esa misma noche consumaron su matrimonio, la única noche que compartieron juntos. Daemon había vuelto a dragonstone apenas una semana después con la esperanza de volver a juntarse con Vysena, aunque grande fue su decepción cuando supo que ella había sido llevaba con su padre.
Tres lunas después un cuervo llegó, Rhea Royce estaba embarazada, cuando lo leyó se mofó con ganas, hasta recordar que él era la única persona con la que la mujer pudo haber compartido cama, lo que significaba que la mujer llevaba a su hijo.
Daemon voló directamente al Valle para dejar el huevo de dragón que por derecho le correspondía a su hijo, pero apenas miró el rostro desganado de su esposa supo que no había forma en la que pudieran permanecer juntos, por lo que apenas pudo partió de vuelta con la promesa de volver cuando el nacimiento se acercara.
Cosa que cumplió, extrañamente emocionado por la nueva vida que podía formar para ser una mini copia de si mismo.
Daemon asegura que los Dioses le sonrieron cuando el niño nació y tres días después Lady Rhea falleció, como si un recordatorio constante de que vidas se van para traer nuevas.
El niño había nacido con un abundante cabello castaño oscuro y con unos ojos tan claros que casi parecían grises con motas violetas, aunque el maestre aseguró que con el pasar de los días iban a volverse más oscuros.
Por un momento pensó que el niño no sobreviviría, que la historia de lo que pasó con su madre iba a repetirse, pero se negaba a expresar sus pensamientos en voz alta.
"Tiene sangre de dragón, por supuesto que iba a estar bien"
Fue lo único que contestó cuando le dijeron que era casi un milagro que el infante sobreviviera las primera semana.
"Baelor Targaryen" así lo nombró, una mezcla entre el nombre de su padre y el conocido como 'Maegor el Cruel' algo que hizo solo con el fin de fastidiar, sobre todo a su hermano mayor que sabía no estaría de acuerdo.
Una luna después Daemon viejo al lomo de Caraxes al desembarco del rey, un huevo de dragón en sus brazos y un bebé de oscuro cabello rizado y ojos violetas.
Baelor Targaryen, el principe de cabellos oscuros.
