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Baelor sabía que su padre solía causar problemas, y si bien en algún momento de molestaba por las habladurías de la gente y saltaba a defenderlo, había aprendido que a veces guardar silencio y escuchar, incluso llegando a unirse a susurrar a las personas correctas. Los rumores crecían, el miedo y el respeto también.
—Deberías actuar con precaución ahora, padre, el rey no te dará la mano de la tía Vysena si no estás en tu mejor comportamiento. —advirtió Baelor, mientras veía a su padre caminar de un lado al otro por la habitación.
Desde que tenía memoria, Baelor había notado de las intenciones de su padre para con su hermana. Sin embargo, aunque ambos desearan estar juntos desde siempre, su relación jamás había pasado a algo más, no al ojo público al menos.
Al primera vez que Daemon había intentado pedir la mano de su hermana había sido poco tiempo después de enterarse de el compromiso de esta con el Lannister, aprovechando que el muchacho todavía era demasiado jóven como para que la unión ocurriera pronto. Más todas sus propuestas fueron desechadas ya que Daemon contaba con un hijo, y según palabras del consejo "la princesa era un doncella joven que no debía manchar su imagen de esa forma"
Daemon sacudió su cabeza.
—Vysena estuvo en el consejo hoy. —le contó mientras se servía una copa.
—¿Y la dejaron expresarse sus opiniones? —dijo sarcástico sabiendo que la presencia de la mujer había llegado a ser poco agradable por sus inevitables opiniones que era incapaz de guardar para si misma. Recibió una sonrisa de Daemon, siempre valorando cuando el dragón dentro de su hermana despertaba.
—Ella siempre encuentra la forma de hacerse escuchar.
—Raden me habló sobre lo que hiciste ayer —comentó, cambiando el tema—. ¿Estuvo ella de acuerdo?
—No estaba feliz —se encogió de hombros—, pero no iba a decirlo frente a esas víboras.
Baelor solo negó, pasando por al lado del mayor dándole una palmada en el hombro en el proceso.
—Anda con cuidado, padre, o todo te saldrá al revés.
—¿Qué es lo que sabes que yo no?
Baelor saboreó el triunfo de saber algo que su padre no, sonriendole con descaro al mayor.
