teacher's boy || nomin

3.

La preocupación de Jeno a Jaemin le resultaba, en parte, tediosa.

Habían pasado al menos dos meses desde que Jeno se había metido en su vida sin permiso, y practicamente todos los días le recordaba que podía confíar en él. Esto le empezaba a molestar, simplemente Jeno parecía no comprender que no podía ayudarle en nada. Pero por otra parte y por alguna razón que desconocía, aunque tampoco pretendía buscar explicación, se sentía, por decirlo de alguna manera, especial. Por primera vez sentía que le importaba a alguien más que a su mejor amigo. Además, lo pesado que podía llegar a ser Jeno le recordaba a cuando su madre también se preocupaba por él. Y eso le hacía sentir bien, le hacía sentir como en casa, le generaba un sentimiento de nostalgia en el estómago que no quería dejar ir.

Ya había llegado el sábado y Jaemin no tenía planes de pasarlo en su casa, y menos después del acontecimiento de aquella mañana. Nada más bajó para desayunar su padre le gritó pidiendole, mejor dicho, ordenándole, que le hiciera el desayuno. Jaemin no tenía problema con eso, le gustaba cocinar y no le importaba hacerlo para su padre, de paso podía cocinar algo para él mismo. El problema fue que cuando se lo llevó en una bandeja servido con todo su amor y con la esperanza de que le gustase, su padre le escupió el café, literalmente, manchándole la camiseta y diciendo que no le había echado suficiente azúcar. Y cuando Jaemin le contestó con paciencia que le había echado tres cucharadas de azúcar, como hacía siempre porque sabía que le gutaba así, el bastardo le dio un maldito puñetazo en el ojo y, no pareciendole suficiente, le empezó a decir todo tipo de insultos.

Jaemin subió a su cuarto corriendo para cerrar la puerta con pestillo, intentando escapar de su padre. Quien rápidamente le siguió y comenzó a golpear la puerta furiosamente a la vez que continuaba diciendo barbaridades que Jaemin no quería escuchar. Así que tapó sus oídos y se sentó en el suelo con la espalda pegada en la puerta, esperando a que todo pasara mientras intentaba aguantar el llanto.

Entrada la tarde y sin haber salido en todo el día de su cuarto, ni siquiera para comer, escribió a varios de sus "amigos" con los que solía salir a beber, preguntando si tenían pensado ir a algún lado. Pero dio la casualidad de que todos tenían algo que hacer ese día. Incluso le preguntó a Renjun si podía ir a su casa y este le contestó que había salido con su familia por el cumpleaños de su tía. Así que finalmente se rindió y decidió salir por su propia cuenta, por muy triste que sonara.

Mientras se estaba preparando, comenzó a mirar sus redes sociales, como hacía de costumbre mientras se planchaba el pelo. La foto de perfil de un usuario que le estaba recomendando la propia aplicación le llamó la atención, y sin pensarlo mucho se metió en el perfil. Su sorpresa llegó cuando vio el nombre, "@leejen_o_423", y sin poder creerlo realmente, se aseguró de que el que salía en la foto era su profesor y no era una coincidencia. Y casi sin querer empezó a mirar las publicaciones, dándose cuenta de que Jeno era tan guapo que podría ser modelo. Quiero decir, obviamente ya sabía que era exageradamente atractivo, lo había notado desde del primer día. Pero en las fotos era algo diferente, era como si Jaemin se sintiera atrapado por su belleza y no pudiera dejar de mirarlas una y otra vez. De hecho, había una en concreto que le había gustado mucho; en la foto salía Jeno riendo por algo mirando hacia otra dirección que no era la cámara. Simplemente esa foto era preciosa, era natural y lo bonito que era Jeno definitivamente resaltaba.

Entonces Jaemin cayó en cuenta de que llevaba varios minutos stalkeando a su profesor, como si fuera una celebridad o tal vez un chico popular en su instituto. Así, decidió continuar arreglando su cabello como si nada hubiera ocurrido. El problema fue que antes de salir de la aplicación, Jaemin le dio me gusta por accidente a la foto que tanto le había hipnotizado, supongamos que por la costumbre le había salido instantáneo. Se arrepintió al segundo, se sentía un maldito idiota, ahora Jeno sabría que había estado mirando su cuenta. Apagó su móvil e intentó seguir con su pelo tratando de ignorar lo que acababa de pasar y lo tonto que podía llegar a ser.