Lia Choi es la única niña en el equipo infantil de fútbol, del cual, Taehyun es el entrenador. Beomgyu es un joven padre torpe y tímido, Taehyun es divertido y todo lo que Beomgyu no sabía que necesitaba.
－ ¡Entrenador Tae, creo que mi papi se ha ol...
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ㅡ ¡Funcionó, viniste a mi cumpleaños! ㅡes lo que la pequeña Lia exclama al llegar al campo de fútbol, abrazando con fuerza las piernas de su entrenador ㅡ Papá esta más contento ahora.
ㅡ Y yo también ㅡ Taehyun dice acariciando su mejilla con dulzura ㅡ ¿Te gustó tu regalo?
ㅡ ¡Me encantó!
El regalo de Taehyun se había basado en una pelota de fútbol y un pijama de pequeños patos, ya que Lia le mencionó una vez que eran su animal favorito. Y se puede decir que la pequeña lo llevó puesto el resto del cumpleaños.
ㅡ Luego me cuentas, ¿Vale? Ahora vamos a calentar. ㅡ Lia asiente emocionada, dejando su mochila en el suelo y corriendo hasta el grupo de niños.
Mientras estos empiezan a calentar, Taehyun solo puede pensar en el fin de semana, en cómo Beomgyu había sonreído tímidamente cada vez que se miraban, en cómo Beomgyu era un padre increíble y en cómo sus ojos brillaban al mirar a su hija.
Siendo totalmente honesto, a Taehyun nunca se le había pasado por la cabeza estar con alguien que tuviera un hijo, pero por alguna razón, con Beomgyu se sentía bien, diferente. Le encantaba la idea de que con Beomgyu también viniera Lia, le encantaba la idea de tenerlos a los dos.
Se muerde el labio mientras los niños terminan de calentar, intentado apartar sus pensamientos y centrarse en el entrenamiento del día.
Y aunque no podía esperar a ver a Beomgyu aparecer con su cabello recogido y su sonrisa nerviosa, y después de tantos días, volver a tener ese pequeño tiempo para ellos, para hablar en mitad del campo de fútbol mientras el sol se pone, se dice a sí mismo que tan solo tenía que esperar.
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Beomgyu había estado tan sumergido en su trabajo aquella tarde, que no se dio cuenta de la hora que era. Y cuando finalmente sale de casa, ya va diez minutos tarde.
Por suerte solo le toma diez minutos más llegar hasta allí, y cuando lo hace, siente que finalmente puede respirar.
ㅡ ¡Papi! ㅡ Lia grita mientras corre hasta él con la mayor sonrisa en su rostro ㅡ Estas lleno de harina, papi.
