Prefacio

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"Se decía que para mantener a una nación en armonía, desde el trono un buen gobernante debía dirigirla.

Integro, benévolo y accesible.

Son cualidades que un soberano tenía que desarrollar.

Y es por esto que por generaciones la familia imperial Jin había tenido tanto éxito al mantener a su pueblo fuerte.

Siendo adiestrados desde la cuna dorada, los futuros o futuras majestades mantenían un márgen de error nulo entre sus períodos de administración. Pocos casos se tenían registrados en la historia sobre cataclismos bajo su corona, ninguna revolución se había levantado en su contra desde la primera línea de sucesión.

¡La majestuosa nación de Lanling Jin era el mayor orgullo entre todas las peonias doradas!

Ahora bien, no siempre se pudo mantener el estado de paz.

En la año 96 del siglo dorado, un evento crucial y muy inesperado ocurrió, que ni los grandes sabios en el reino o los viejos ancianos del consejo vieron venir, pero la guerra estalló de repente.

Y es que, no todos los reinos vecinos estaban alegres por el abundante auge de la ciudad amurallada brillante.

Como era muy común en la historia humana, siempre ha existido un individuo receloso del éxito de los demás y muy ignorante de sus propios defectos.

El individuo en cuestión: el rey Wen RuoHan.

Con un reino conocido por su libertinaje en la forma de cultivo y poco abierto a las sugerencias desinteresadas, Wen RuoHan envío a su primer cuerpo en armas una madrugada.

El objetivo: tomar la capital del reino dorado.

Su mayor obstáculo: el estratega militar que actuó a tiempo y un rey muy preparado para cualquier percance.

Y aunque su primer intento por derrocar a un imperio se vieron frustrados, su declaración de guerra no fue ignorada.

¿Cómo ignorar tal ofensa?

No paso mucho para que la nación de QiShan Wen y LanLing Jin se encontraran al frente.

Armaduras rojas y doradas, estandartes de peonias y soles, arte de la guerra admirable contra una blasfemia de métodos poco honorables.

Esto causó que día a día, las cifras de decesos se elevaban por ambas partes, las arcas comunes fueran agotando sus reservas y lo mas importante, que los imperios se vieron en la necesidad de formar alianzas.

De los candidatos, las naciones vecinas más destacables fueron Gusu Lan, QingHe Nie y Yunmeng Jiang.

Como era de esperarse, estas últimas dos se unieron al lado del estandarte dorado, decisión que enfureció al emblema solar a sobremanera.

Pero aún si se trataba de tres ejércitos contra un solo reinado, los Wen encontraron la forma de equilibrar la balanza: el uso de magía demoníaca.

Los Jin, Nie y Jiang no lograron avanzar más allá de las praderas místicas por un año entero.

A los tres años, muchos soldados estaban cansados y desertaron.

A los cinco años, a los campamentos provisionales llegó la noticia del nacimiento del nuevo principe heredero que llevaba por nombre Jin RuLan.

A los diez años, se levantó una nube densa de humo gris sobre Yunmeng Jiang. Muchas vidas se perdieron en aquel asedio, obra de los tramposos Wen.

A los quince años, hubo un periodo corto de tregua. Fue entonces que Jin GuangShan enfermó y decretó el ascenso al trono de su hijo mayor, Jin ZiXuan.

A los diecisiete años, la guerra entre naciones se reanudó.

A los veinticinco años, un movimiento militar inesperado causó que la corona real Jin retomará la ventaja, y con ella, la esperanza por la victoria..."

—¿Y que pasó con la nación de Gusu?

El cuenta cuentos en el clímax de su relato perdió la inspiración bajo aquella espontánea incógnita de la tierna niña frente a él.

¡Ya estaba por llegar a la mejor parte! ¿Por que interrumpirlo justo ahora?

Pese a su indignación por la imprudencia de la mocosa noble, tuvo que responder. No le pagaban por hacer sentir mal a los niños después de todo—Niña, ¿Qué no has oído sobre el bosque frío?

La niña agitó su cabeza en negativa.

—Para el tercer año de la guerra, se decía que Gusu Lan consideraba unirse a la triada dorada. Pero al igual que Yunmeng Jiang, Gusu Lan fue asediada en advertencia, cobrando un mayor número de víctimas que en la nación de lotos. Fue así, como los reyes Lan, decidieron aislarse del caos y evitar más problemas.

—¡Y levantaron su muralla!

—¡Correcto!

Riendo, el "sabiondo" gemelo de la primera niña giró su cabeza para lanzarle una mueca molesta a su pariente. La pequeña en recelo infló sus mejillas en una mueca.

Al notar esto, el narrador se inclinó a la infante y agregó con una sonrisa a la niña marginada por su sangre.

—Esa muralla... ¿sabes cuál es?

—¿Es...el bosque frío?

—Veo que usted pequeña doncella, es igual de versada que el joven amo.

Subiendo de nuevo a la tarima, el cuenta cuentos declaró con un tono misterioso—¡En las profundidades del bosque frío, el imperio de los mejores cultivadores sanadores de la historia se resguarda! ¡Quién obtenga la dicha de vincular con su reino, será quién gane la guerra!

Ahora bien, esto es lo que se relata en un cuento para niños.

La verdad, era aún más interesante.

Dinastía [Zhuiling]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora