𝐇𝐀𝐏𝐏𝐈𝐄𝐑 | A veces siento que no merezco la felicidad, Gaeul dijo que no era merecedora de ello, y yo... Le creí completamente.
Le creí, hasta que lo conocí.
Ambos estábamos rotos, creímos ciegamente en la falsa bondad de personas con maldad...
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Tres semanas después.
Había visto entrar y salir a gran cantidad de jóvenes, unos salían serios, otros salían gritando molestos por no haber quedado seleccionados.
Cosa que la puso temerosa, pidiendo irse a los dos segundos.
—¿Irnos? —suspiro con decepción, Hyein— Tienes demasiado talento como para desperdiciarlo de esa manera, Moonie. Confío en ti y se que lo harás bien.
Fue la respuesta que recibió de su parte al escuchar que su amiga deseaba tirar la toalla por simples nervios.
[...]
Y ahí estaba, de pie frente a la puerta, con las piernas temblorosas debido a los nervios.
Si, Hyein le había impedido irse todo ese rato.
Estaba muy arrepentida de haberse presentado, sus ganas, las cuales se habían empezado a ir apenas llego a incorporarse a la larga fila, simplemente no aparecían y eso la mantenía congelada.
—¿Vas a entrar o no? —hablo el chico frente a ella, quién tenía una apariencia un poco desaliñada pero al mismo tiempo se veía elegante, quien la miraba con cierta desesperación— no tenemos todo el día.
Cuando Myeok iba a hablar para negarse, pues todo había sido producto de un "ataque eufórico" –según ella–, su amiga la interrumpió.
—¡Claro que va a audicionar! —dijo con su característico buen humor y sonrisa presentes— Y será la mejor de todos —hablo por última vez, después de eso empujó a Myeok hasta dentro de aquel enorme salón, dónde se llevarían a cabo las audiciones.
La pelinegra agachó la mirada apenas se puso de pie frente al jurado, quienes eran tres estudiantes que eran miembros del club, entre ellos, el líder.
—Min Myeok Moon, grado 4 clase 1, ¿Cierto? —hablo una de las tres figuras masculinas presentes.
—Así es.. —hizo una reverencia rápida y se colocó detrás del micrófono que estaba tan solo unos metros de ella.
—Puedes empezar —hablo expectante un chico de cabello grisáceo.
La mencionada trago saliva mientras jugueteaba con la uña que utilizaba para tocar la guitarra, estaba a nada de tener un ataque de nervios.
Comenzó a perder el control de su propia respiración y sentía como empezaba a transpirar de manera que no podía controlar.
Y fue en ese momento en el que un mal recuerdo invadió su mente.
—Aww, la tonta de Myeok cree que tiene talento —rieron las tres chicas al unisono al ver a la menor tocando la guitarra en el salón de música de la escuela, había llevado su guitarra ese día para practicar un poco.
—Siempre tan patética —Winter, se acercó y le arrebato aquel instrumento a Myeok— ¿En serio crees que vas a llegar lejos jugando a tocar estas tontas cuerdas? Siendo honestos, hasta un mono tiene más talento que tú — tomó el estuche donde guardaba la guitarra y lo arrojó al otro lado de la habitación.