𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓 𝐓𝐎 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓 / WOOSAN

𝟬𝟭

" El día se siente demasiado gris, mis hombros se sienten pesados y mis piernas tambalean, me duele la cabeza y siento que estoy exagerando, que todo está en mi cabeza, y quizá... Si sea así "

Ese pensamiento había estado rondando en la cabeza del pelinegro desde hace mucho tiempo.

Se recostó en su cama, miró el techo de su habitación por unos segundos, hasta que su celular comenzó a sonar, decidió ignorarlo por un momento hasta que sono ; Una... Dos... Tres veces.

Decidió levantarse, y sin siquiera revisar la barra de notificaciones de su celular, sabía de quien se trataba cada una de las llamadas ; De su primo, había quedado con él y con su mejor amigo de salir a un club, pasarían a recogerloa las 9:30 PM, al mirar su reloj se dio cuenta que faltaban solo 15 minutos, había perdido la noción del tiempo.

Se dirigió con rapidez a su armario a tomar su ropa, peinó su cabello haciendo caer sus mechones negros a los costados y cambiarse rápidamente. 20 minutos después el sonido del claxon de un auto le hizo saber que ya estaban ahí. Al salir de su casa se dirigió a entrar en la parte trasera del auto.

— Hola, San — saludó su mejor amigo, quien se encontraba en el asiento del copiloto con una sonrisa.

— Hola, Hongjoong — le dio una pequeña sonrisa viendo al rubio, para segundos después poner su mirada en el pelirrojo, su primo, quien estaba conduciendo —  Y hola, Mingi.

— Hola — respondió con un tono animado y la mirada fija al frente — ¿Estas listo para divertirte hoy?

— Eso creo — respondió el pelinegro dirigiendo su mirada a la ventana — creo que necesito distraerme y pasar un buen rato.

— Lo necesitas. ¡Por Dios, San! — exclamó el rubio — ¿cuando fue la última vez que tuviste sexo?

— No lo recuerdo.

— Seguro ya debes tener lerañas ahí o algo — soltó el pelirrojo seguido de una pequeña risa.

— Idiota — respondió el pelinegro entre una pequeña risa.

Luego de unos minutos, ya se encontraban en el lugar, entraron y se dirigieron hasta la barra de bebidas a sentarse.

Las luces cubrían cada rincón del lugar, la música llegaba hasta el fondo de sus oídos, el aire tenía un amargo olor característico del cigarro y alcohol.

El olor inundó las fosas nasales del pelinegro, cerró los ojos disfrutando de la sensación. Luego de unos segundos volteo la mirada hacia uno de sus costados, encontrándose con la mirada de uno de sus acompañantes.

— ¿Tengo algo en la cara, Song? — cuestionó el pelinegro, para segundos después de eso tomar un sorbo de su bebida.

— ¿Vas a quedarte sentado toda la noche? ¿No piensas almenos intentarlo? — cuestionó.

— Lo haré, pero sabes que no se me da bien estar en este tipo de lugares...

— Di las cosas por su nombre, San. Tienes miedo, y te avergüenzas de venir a un bar gay — se metío en la conversación el rubio.

El pelinegro prefiero ignorar las palabras de su amigo, y seguir tomando su bebida.

— Por supuesto que es eso, Hongjoong — respondió el pelirojo — aunque lo intentes, no te dejaran de gustar las pollas, ya tienes 23 años, no puedes reprimirte toda la vida.