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Cada vez que me miro en el espejo.

Su cara no a cambiado muchos desde los doce años, quizás este más cansado o tenga más heridas, puede que el pelo esté más largo, la barba que apenas sale en la barbilla o puede que sea la sicatriz que sale desde algún lugar de su cabeza que no alcanza a ver por todo el pelo despeinado hasta casi llegar al ojo derecho. No le molesta esa sicatriz porqué lo hace ver bastante masculino, las ojeras tampoco son un problema ya que se camuflan con el maquillaje echo de carbón y quien sabe que más cosas, no le molesta mucho ya que confío en su gente para hacer esta pintura facial, es muy efectiva para cazar en montañas. El espejo roto en el baño que comparte con algunos soldados le dice que es hora de salir a cazar, aunque creo que son los gritos al otro lado de la puerta, son bastante gritones en la mañana y es demasiada presión para el.

Salio del baño y el comandante traía (como si fuera un mayordomo) su café de las mañanas, oscuro como la pintura en su cuerpo y amargo como su pasado que aún habita en el como una carga en una mochila. Le agradece y sigue camino hacia un armario en donde encuentra la ropa que siempre usa y las de gala.

-¿que me pondré hoy? ¿abrigo o natural?. Estamos en época de verano por lo que no hace suficiente frío para un poncho, ¿que opina usted?- desvia la vita al capitán que le informa con una sonrisa que el otoño se adelantaría este año. Igualmente sonrie ya que sabía perfectamente a lo que se refería.

Tomo una capa, el amuleto de la suerte y salo de la habitación con el capitán alado señalando los avances en armas y municiones, estaba listo para ejecutar el plan. Quizás uno de los más elaborados que a hecho apesar de ser bastante simple de entender ya que sus bases tambien lo eran: A.E.R.O: Aislamiento, Estrategia, Rompimiento y Oganizacion. En primera estancia no conocía el rumbo de lo que le esperaría, pero agradecia al cielo el gran poder que estaba en su sangre.

-Disculpe mi señor, las raciones de SMITH han bajado, ¿que sugiere que hagamos? -esto presentaría un grabe problema.

Pese a ser grandes guerreros de las montañas necesitaban una fuente de energía que los ayude a resistir las temperaturas y mantenerlos despiertos. El SMITH es esa fuente de energía que se cultiva a las profundidades de las montañas para luego ser transformada en una yerba casi medicinal y de consumo básico para el pueblo, y por ser tan especial esta sustancia debe mantenerla en niveles altos de cosecha anual.

-investige más a fondo esto con los herbolarios, ellos sabrás que hacer.-

Mira la taza y vio que el café ya se había acabado, rápidamente trajeron otra jarra con el mismo brebaje y un saco de SMITH alado de este. Abriendo cuidadosamente el embase procuro vertir todo su contenido en la jarra y con una cuchara revolverlo. Su olor era relajan para el y su sabor lo ayudaba a calmar su estrés que tuvo que afrontar luego de su bruta ruptura hace ya años. No quería traer a memoria aquellas tardes de otoño en el que se encontraba con otro hombre sentados en un árbol, no quería recordar aquellas extensas caminatas por quien sabe donde, o aquellas aventuras locas en el que era extrañamente involucrado, o algunos chistes que aveces no daban gracia. Los años le ayudaron a olvidar su rostro, su olor, su calor, su sonrisa y su mirada. Pero algo que jamás quitara el tiempo es el sentimiento y recuerdos que vivió. El ya al ser un adulto comprendía la importancia de buenos recuerdos y lo perjudiciales que eran las memorias, quizás era un nuevo miedo y este era recordar momentos en los que fue feliz para pensar -¿por que cambió todo?- ¿en verdad le seguria importando a alguien más que a él?. Lo dudaba bastante. Si alguien se molestara en almenos haberlo seguido para detenero quizás las cosas hubieran sido diferentes. Pero tweek sabía que por más que deseara un príncipe azul, no existía y jamás se molestaría ninguno de sus supuestos amigo en ayudarlo.

venganza. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora