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Un deuda y mil explicaciones.

El camino a aquella sala en donde comerían era largo cuando estabas justo con la persona equivocada, ninguno podía hablar por la precion que había entre ellos y tweek no parecía estar tan ansioso por quitar ese muro entre ambos. Aunque Stan siempre se veía obligdo a tomar la iniciativa en la mayoría de asuntos como estos, no se presiono mucho para tragar aire y hablar.

-tweek, quiero saber que sucede contigo. Eres mi amigo después de todo- no lo miró directamente a la cara como le hubiera gustado, pues aquella tensión solo aumentaba y el eco de aquellas palabras rebotaba en las enormes paredes.

-Stan. ¿En verdad alguna vez fuimos amigos? Por que han pasado varios años y jamás se asomaron o siquiera se preocuparon de mi paradero...- no lo miro pero aquel pelinergo sabía que tenía una cara enojada.

-a vos tampoco te vi muy preocupado por nuestra amistad. Por lo que me gustaría que tuvieras algo de empatia y no seas tan egoísta con nosotros por que te recibimos de la mejor forma cuando viniste y te aseguro que nadie acá te desprecia como tanto dices.- sin saberlo se asusto por las palabras que dijo, pues aquel rubio era muy orgulloso y rencoroso por lo vistos. Quizás jamás recuperaría su amistad.

Tweek se quedo callado con la mirada algo baja, quizás Stan tenía razón. En verdad nadie había puesto de su parte para mantener el contacto y apesar de eso, cuando apenas llego fue recibido como un hijo regresando a su padre, mientas que el había sido algo egoísta al quedar resentido por algo que tampoco el se molesyo en hacer, también jamás les había mencionado del lugar donde estaba su reino para que lo fueses a visitar. Su mirada oscurecida se desvaneció para que de apoco volviera a brillar como siempre y aquella voz como una luz violeta que le susurraba cosas bastantes malas dejó de sonar en su mente.

-perdón rey tweek no fue mi intención- se disculpaba Stan al pensar que quizás esto le traeria mucho problema.

-no Stan, estas en lo correcto. Últimamente no se que pasa con mi cabeza, quizás necesito SMITH. No pude tomar esta mañana- el ambiente empezaba a cambiar pues aquel rubio perdió aquella influencia maligna y ese desprecio desaparecía de el. -puedes llamarme Tweek.- sonrió al pelinegro dedicándole una cálida sonrisa que no necesito de ninguna palabra para que alque paladín supiera que las cosas ya estaban bien entre ambos.

-me alegra escuchar eso, enserió que te extrañaba amigo, ¿quieres hablar de aquella noche?- izó aquella pregunta solo para saber por qué desapareció tan drasticamente hace diez años.

-bien. Solo tuve una discusión con Craig. Cortamos, eso es todos. -quería restarle importancia a esa estapa de su vida, pero Stan no parecía conforme con aquella aclaración tan básica.

- eso ya lo sabía, pero en detalles. ¿Que izó ese ladrón para lastimarte? -apoyo una mano en el hombro del rubio para que supiera que estaba acompañado apesar de todo lo que pasó. Quizás indirectamente dándole paz y libertad para que hable.

-el me engaño, yo lo vi. Fue terrible stan.- soltó aquella verdad acompañada con lagrimas que brotaban sin permiso por aquellos cachetes algo colorados y una nariz ya humedecida. Stan no pudo evitar sentir lastimo por aquel chico, hizo lo único que creía que podía consolarlo: secar sus lágrimas con sus dedos, pues su madre antes de que los dejara seco como el, sus lágrimas y no pudo sentirse más acompañado, quizás no era mucho, pero parecia que ya no se sentía tan mal.

En aquel muro que daba entrada al reino Elfo se encontraban un Craig tirado en el suelo por el agotamiento y otro muchacho tragando litros de agua con una cantimplora. Nunca pensaron que aquella distancia fueran tan agotadora, aunque en mitad de la carrera empezaron a correr peleándose por quien iba en la delantera, definitivamente no habían madurado nada. Aquel ladrón se arrepentía tanto de haber enrado en aquella depresión que le dificulto mantener su estado atlético personaje antes conocido como el terror de las calles, Feldspar, aunque si pensaba las cosas: si le dieran la opción de volver a aquel día no evitaría haberse emborrachado con todos los tragos de la barra, ese suceso no era lindo para el, pues creía en el amor único y aquel incidente lo había arruinado todo con los tragos era la una forma de olvidarse, pero estaba ebrio esa noche y no supo que pasó para que se enojara su novio, debió haber terminado antes con aquellos ladrones que lo sacaron tan repentinamente del castillo creyendo que era Stan, pues tweek se veía bastante enojado al verlo en medio del camino a esas horas. Tal vez lo estaba buscando desesperadamente y el no debe haber dicho algo que calmara su preocupación. Al meditar eso le dio un gran dolor de cabeza sumado al profundo dolor en el pecho por aquellos recuerdos que quería olvidar.

-hermano, que corrida- dijo el moreno levantándose al ver que cheff se aproximaba tranquilamente caminando. -arriba- lo tomo de la mano y lo tiro para que se parase.

-hermano, perdí un pulmón....- bromeo poniendose de pie, estaba exhausto. pero deapoco recuperaba el aliento.

- estan echos un asco, lumpiense bien para ver al rey, niños. No me hagan pasar vergüenza o los dejo- cheff se paro frente a ambos muchachos cruzado de brazos, pues aquellos estaban sudados y quizás llenos de tierra.

Ambos asintieron a lo que les dijo el hombre que ahora los dejaba atrás para avanzar por aquellos caminos boscosos que culminarán en aquel gran palacio que mantenía su antigua estética dwsde mas de tres generaciones. A nadie le parecía mal quedarse con aquel aspecto que le daba al antiguocastillo, pues apesar de ser viejo tenia su encanto dándole una esencia mágica, casi llevándote a aquellos viejos años donde las guerras eran los principales temas que te trataban y causas de millones de muerte sin quitarle las impactantesaventudas contadas por sobrevivientes. Cheff recordaba con nostalgia aquellas tierras, pues se enamoro por primera vez de una doncella atrapada en una choza con un echizo bastante fuerte, al liberarla vio sus profundos ojos marrones y ella le canto la más dulce de las melodías jamás cantadas que lo enamoro perdidamente. Lo gracioso de la ironía es que si no hubiera sido por Damian el hubiera sido consumido por el sucubo, pues por gracioso que suene aquella mujer era un demonio. Aunque lejos de querer ayudarlo solo estaba buscando a ese demonio para otra de sus cosas de príncipe de las tibieblas, aunque le agradeció a aquel soberano de la  oscuridad que sin querer le salvo la vida.

- oye cheff, no se si es seguro que yo valla, no soy muy querido por acá ¿sabes? Pueden hablar mal de vos y...-la preocupación del pelinegro era rara, quizás solo los más allegados la conocían.

-tonterías, tu vendrás conmigo. No importa que opine la clase media, además no pueden hacer nada para enfrentar a este poderoso mago, hijo, no subestimes mi poder.- lo dijo con una seguridad que reconforta al chico de ojos verdes, pues sabia que no quería perjudicarlo.

- Feldspar, mira ¿es Clyde?- agarro por el hombro a Craig para que observarán a un tipo agitando los brazos hacia la torre de forma poco discreta, lo que les llamo bastante la atención, era difícil no ver a un sujeto así hacer bulla desde aquel rincón a la vista de todos, casi como su quisiera que lo vieran.- ¿vamos a patea al impostor de Clyde?- asintieron ambos  y empezaron a dirigirse hacia aquel muchacho para darle una paliza, pues no era la primera vez que alguien se disfrazaba de su amigo para ridiculisarlo, ganar dinero, casuar conmoción, o quien sabe que más cosas poco onestas para difamar a su forajido amigo.- hola amigo, ¿todos bien?- pero grande fue su sorpresa al desvurbiri que aquel supuesto impostor resultaría ser su amigo en persona. Pues Clyde, también apenas  reconoció a los chicos se tiro hacia ellos debilitando el echizo que estaba sobre tweek.

- hermanos míos, los eh extrañado tanto, pero me temo que acá no es lugar para hablar- les decía sin quitar la sonrisa de sus labios.

- eso decilo para vos, almenos tapate mierda, te verán- le decía el cariñoso de Craig tirandole su capa a la cara del peli-marron.

- por supuesto que estoy escondido, no me han visto, creeme- se coloco la capa por precaución eh insistencia de su casi hermano.

- no lo han echo porque no estas consiente de la cantidad de imitadores que tienes. - observo que a su alrededor no caminata ningún guardia.-pero bueno, te veo afuera Luego de las una de la tarde, tengo que acompañar a cheff al almuerzo, y puede que sea extenso y aburrido.- apesar de aparentemente mostrar frialdad estaba muy feliz de volver a ver a su hermano y no se imaginaba como estaría Tolkien que no podía cerrar la boca, quizás era mejor dejarlos solos para hablar, pero tenía que llevarlo o lo despedirán, ahora su amigo no estaba consciente como para cuidar de su último trabajo y Clyde no ayudaba en nada al hacerle ojitos brillosos. Eran tan geys.

-camina Romeo, o te dejaran en la calle como a mi. -lo arrastro por el camino empedrado hasta la imponente entrada.

-ya era hora, ¿que vieron, otro imitador de su amigo? -Craig asintió sin decir nada mientras entraban al palacio, pues no le podía decir lo que paso ya que no eran precisamente amigos Clyde con aquel hombre de sombrero en punta.  Aunque lo que verdaderamente perucpaba al ladrón era que  su amigo no estaba en condiciones de hablar por que en el momento que le preguntaran, fuera lo que fuera, soltaría todo. - guianos, amigo. - Craig dio su única carta para apaciguar la mente de su moreno amigo golpeándolo no tan fuerte en su nuca.

-si...si, siganme- alfin reacciono volviendo a retomar el camino por los pasillos del palacio, Cheff estaba distraído para notar lo extraño que actuaba Tolkien por lo que estuvo tranquilo al saber que no serian descubiertos por ahora. Tenían que pensar que harían con Clyde.

venganza. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora