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Al salir el sol el ejército Bárbaro llegaba a los viejos muros de los Elfos que separaba sus tierras de las demás. Su entrada era custodiada por centenares de ojos por todos lados, podría parecer una emboscada por lo que los guerreros estaban dispuestos a matar a quien se atreviera a impedir el paso de su gobernante por aquel cendero en dirección a la ciudad y el majestuoso castillo de su adorado rey Elfo.

Tras una no tan larga caminata las casas del pueblo se encontraban por rincones desordenados cosa que le pareció raro, pues el pelirrojo era muy quisquilloso con la perfección, quizás vio el orden en aquel desorden. Le daba igual. Solo quería una cosa, y eran esas tierras fértiles, los cultivos que veía eran los mismos de hace unos años y eso le trajo momentos en cuando era más joven y venía de vez en cuando con su novio a pasear mirando la vegetación de esos bosques o a los granjeros cosechar los tomates y desenterrar lechucas, papas y zanahorias. Aveces los ayudaba para ganar algo de dinero, pues salio de su reino en las montañas solo en búsqueda de una aventura épica para cuando volviera ser coronado rey debido a sus heroicos actos. Tenía la libre opción de quedarse, pues su pareja no quería que se fuera y craig no sería bien recibido por los bárbaros, menos su relación. Ser un Bárbaro era ser el hombre heterosexual ideal para las mujeres, pero por desgracia el salio especial, o eso decía su padre cuando se le escapo una hoja donde escribía lo que pensaba, no fue castigado pero le prohibieron volver a explorar esos gustos, aunque ya era tarde estaban separados y el ya sabía quien era.

Vio a los lejos al flautista que fue un buen amigo y consejero, lo saludo extendiendo su mano para no distraerlo en su trabajo. Jimmy apenas lo vio y empezó a cantar una alegre canción de bienvenida, quizás no eran amigos pero era lo más parecido a uno. Avanzo finalmente hasta el interior del palacio, era bellos a la vista aunque algo viejo, seguía conservando esas amplias alfombras rojas y banderas colgando del techo con el logo de su reino. Espero un momento y se presento ante el el gran rey Elfo, inclinó su cuerpo para un formal saludo que debían aprender aquellos de la realeza. Kyle se sorprendió que aquel sujeto supiera algo de modales pues era una Bárbaro, pero ya no le podía preguntar casualmente el por que de su comportamiento sabía bien que no eran amigos pero no entendía del todo "¿por qué tanta seriedad al hablar con un conocido ?" Pensó el Elfo mientras invitaba a tweek para pasar directo a la sala de negocios. Antes de subir el Bárbaro le entrego una ofrenda que Kyle hacepto sin mucho rodeo, confiaba aún en aquel hombre que alguna vez fue algo de el.

Sin dar muchos rodeos se sentaron en aquella mesa donde se observaba una plano del territorio y con algunos detalles bastante geniales a la vista de tweek. Pero no podía bajar la guardia y relajarse en ese momento menos frente a la persona que más despreciaba, solo acepto la tregua para facilitar su dominación, planeaba algo peor para el Elfo quien exponía que no iba a permitir que se apoderará de su reino, que estaba rodeado, que no intentará nada raro, bla bla bla. En verdad no le importaba cuanto aclarara las cosas, ni los términos que quisiera, el tendría el apoyo de los Elfos y era lo único que le importaba medianamente.

-bien tweek-

- Rey Bárbaro. Porfabor- dijo mirándolo fijamente causando incomodidad por su parte.

- rey Bárbaro, le puedo brindar un techo para descansar ya que viene de tierras lejanas. También hombres pero lamento Informarle que la cosecha de este año no fue la mejor, necesito de la aprobación de un ex brujo para que nos ayude a cocinar, esta retirado y su comida sea lo que sea que prepare te puede curar de todo mal, siempre que vaya con un poco de amor. -contaba aquel pelirrojo esperando que tweek no se enojarse por hacerle pedir ayuda externa, los terceros no eran buenos.- pero no te preocupes, contrate a un viejo amigo para que lo trajera sin que sufra daños y pueda estar tranquilamente el viaje hasta acá.

Su pasifica sonrisa erizada al rubio que esperaba que no contratará a alguien que el conocía, pues sería una de las peores cosas que no estaba preparardo para enfrentar, ERA MUCHA PRECIÓN!!. Se calmo y pensó si era en verdad necesario aquel chef, seguramente no querría ayudar pero alguien que cura siempre es bueno para la batalla así que se arriesgaría en confiar en aquel hombre que rey Elfo le resaltaba con orgullo, traeria consuelo al misterioso echizero, pues en la batalla contra Clyde le dispararon en la pierna y callo, si bien un aliado lo salvo la herida no paraba de sangrar, cuando empezó a ver que aquella herida no sanaba aparecio un hombre en una túnica roja se le hacerlo para entregarle una bola de chocolate, al principio solo quería golpearlo por hacer ese acto tan raro ante un herido pero luego de probarlo a pedido del aquel hombre su sangrado paro y quedo casi como nuevo. Definitivamente lo necesitaban, pues con los pocos recursos que manejaban serían capaces de recuperarse de una forma anormalmente rápida y eficaz.

- esta bien rey Elfo, porfabor, traigamos a aquel echizero. Pues si es posible que este es indispensable- respondió alfinal de un largo tiempo de pensarlo, y el pobre Elfo agradecía que se estaba por terminar aquel trato tan aterrador y oscuro.

- perfecto, quedemos en eso y no atacas mis tierras, por que en verdad no tengo buena relación con los otros reyes, así que mato dos pájaros de un tiro, será feliz verte en el mapa amigo. Digo. Rey Bárbaro- se puso nervioso por saber la reacción ante aquella equivocación.

-no te preocupes, cerremos el trato antes que baje el sol, porfabor- repindio tranquilamente para luego estrechar ambas manos y firmar los papeles con la aclaración de lo hablado anteriormente, ya estaba oficialmente trabajando en equipo con el chico que arruino su amor adolescente. Su fantasía. Ya estaba deseando romper su ilusión contra la pared.

En una alejada taberna de aquellos rincones en donde el sol ya estaba en su punto mas alto, un moreno se acercaba con una nota en su bolso dispuesto a pedir formalmente la participación de un viejo conocido en aquella descabellada idea que tenían los reyes. Sólo fue para proteger su último trabajo, pues fue expulsado de el reino de la princesa kenny por un supuesto robo no comprobado y del castillo de brujas por no ser lo suficientemente mágico. Estaba rondando como un cuerpo sin alma por trabajo, el destierro de su mejor amigo avía sido el principal inicio de su decadencia, pues era casi dependiente de el y se avergonzaba de no ser lo suficientemente bueno como para proteger a alguien que amaba. Ya no le quedaba nada que perder ni adonde ir.

Toco tres veces la puerta de madera y un muy cansado Craig lo atendió con la cara más sería que jamas había vistos, pensó que era un muerto pero luego supo que solo tenia sueño. Que le abra pasado para estar tan cansado.

- Feldspar, que sopresa. Sigues viniendo acá por lo que parece- dijo el moreno buscando la carta en un bolso de cuero, - ¿esta tu papá?- pregunto irónico.

-sos terrible para hacer chistes, ve al grano que tengo que volver a dormir- le dijo irritado rascándose lo que parecía ser su trasero, no quiso ver mucho le parecía de mal gustos .

- hermano, hace mucho que no hablamos, estás peor de lo que recordaba- se curoz de brazos preocupado.

-vos no te ves mejor- también cruzo los brazos pero enojado.

- no es el punto, se que no quieres hablar de eso, pero te esta afectando mucho. Tenes que dejarlo ir o te vas a morir- le contestaba algo malhumorado.

- todos vamos a morir, no necesito que te preocupes por eso, no te incumbe- estaba por cerrar la puerta.

-¿que pasa muchacho? ¿Por que tanto alboroto? -dijo cheff acercándose a la puerta llamando la atención de los chicos.

-nada cheff, se le solisita en el palacio de los Elfos, el rey Kyle precisa su presencia de inmediato- saco rápidamente la carta y se la extendió al gran echizero de la cocina.

Ambos miraron atentamente las reacciones de cheff al leer el contenido de la carta, estaban preocupados y más Craig que no tenía idea de lo que estaba pasando, tenía sueño, extrañaba a su cobaya y necesitaba afecto ajeno. Token no le ayudaba en lo más mínimo a olvidar todo esa mierda que vivió en su adolescencia y ahora le traía más preocupaciones pues la cara de cheff estaba impactada. Intento preguntar que pasaba pero cheff se adentro a su habitación rápidamente  y casi al intante salió de el con un bolso y un sombrero en panta.

-vamos lo ante sposible- tu también ven Craig- les dijo antes de empesa el camino al gran palacio, los chicos se miraron sin saber que pasaba pero lo siguieron sin más.

venganza. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora