I just want to be loved

Cap. 8

Corremos durante diez minutos, hasta que la parada de autobús queda muy lejos. No me doy cuenta de cuanto hemos corrido hasta que veo que estamos en el centro. Mis pulmones no aguantan mas, por lo que paro, y me apoyo contra la pared mas cercana. Neil se da cuenta de que he parado, y se acerca a mi. 

Cuando llega hasta a mi, veo la herida que tiene en la frente. No es profunda, pero todavía sangra.  Saco de la mochila mi botella de agua y el pañuelo que llevo siempre, lo mojo. Se lo tiendo para que lo coja, pero el solo inclina la cabeza hacia mi y cierra los ojos cuando toca su herida. Al ver que el no lo coge, lo paso rápidamente por la herida, y después saco un tirita de la mochila. 

Neil se ríe mientras se la pongo.

-¿Llevas tiritas en la mochila?

-¿Tu no?

-No.

Sonrío.

-Pues ya me dirás que habrías hecho si no estuviera aquí.

Nos miramos a los ojos, y después el baja la mirada hacia mi mano. La coge con delicadeza, y quitándome el paño con agua de la mano, me la limpia.

No puedo evitar sonrojarme.

-La mayoría de la sangre es de el, creo que apenas me he hecho daño...

Me ignora completamente y termina de limpiarla.

-Tienes un pequeño corte por las llaves, pero no es nada grave. -Dice al terminar y suelta mi mano.

Saca el móvil y mira la hora. Alcanzo a ver que son las cinco y media.

-Todavía queda mucho para que empiecen las clases.- Dice.

-No quiero molestarte mas, -digo- siento mucho haberte metido en esto. Seguro que tenias mejores cosas que hacer que salir corriendo conmigo...

-En realidad, no. No tenia nada que hacer, y si hubieras estado sola, probablemente las cosas se habrían puesto mas feas, no dudo que le hubieras ganado, pero, bueno, tener ayuda siempre va bien, supongo. Y no me molestas. 

Siento como el calor sube mis mejillas otra vez.

-Ademas, - continua- no voy a dejarte sola aquí. Hay mucha gente rara y borracha. Se que puedes defenderte, pero... no tengo nada que hacer, y no me quedaría tranquilo.

-No haca falta...

-Si que hace.

Le miro a los ojos, y el me mira a mi. Veo que no esta de broma, y, finalmente, acepto.