El Inicio

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Kim Taehyung no se consideraba el mejor de su generación. Tampoco creía tener un coeficiente intelectual más alto de la media, ni mucho menos buscaba resaltar entre el resto de sus compañeros de trabajo. Sin embargo, el consideraba que hacía su trabajo de forma correcta. Realizando sus actividades y desenvolviendose de la manera que le habían enseñado durante su entrenamiento para entrar al FBI. Fueron largos meses de enseñanza y pruebas tanto físicas, como psicológicas para poder conseguir el empleo de sus sueños. El cual le fue arrebatado de un día para otro.

Era su misión número...

De acuerdo, para ese punto, ya no recordaba cuantas misiones operativas había realizado durante sus últimos quince años de servicio. Era apenas un joven de 19 años que comenzaba a explorar el mundo cuando lo reclutaron. Claro que al principio de había emocionado, pero con el tiempo, ese sentimiento se volvió cada vez más confuso, al grado de no recordarlo en lo absoluto.

Pero volviendo a aquel desafortunado acontecimiento; donde fue despedido por haber salvado la vida de más de cinco mil personas que se encontraban reunidas para celebrar una de las tantas festividades del año. Sabía a lo que se estaba arriesgando, pues ya se le había advertido anteriormente sobre la estricta regla de confidencialidad. La cual no podía ser violada, o de lo contrario, quien dijera una sola palabra sobre los asuntos internos de la policía, iría directamente fuera, a prisión o en todo caso, tres metros bajo tierra.

Aún así, el ex oficial Kim creía que para el gobierno, importaría más la vida de todas esas personas. Gran error. Tal vez si no hubiera visto a los niños reír y jugar mientras que un destino desafortunado que acabaría con sus cortas vidas estaba cada vez más cerca. O esa pareja que se comprometió frente a la gran fuente, donde se jurarían amor por el resto de sus vidas. Una que no duraría más de un par de horas. O esa mujer que le confesó a su esposo estar embarazada después de años de intentos y procesos costosos, así como dolorosos con tal de tener una nueva vida, que lamentablemente tampoco existiría.

Fueron tantas cosas. Cada persona presente ahí, teniendo su propia historia. Todos y cada uno de ellos esperando por un futuro que no existiría. Sus familias esperando por su llegada, la cual jamás llegaría.

Bastó con informar por medio de los altavoces lo que aconteceria para que el lugar estuviera vacío en tan solo media hora. Nadie murió, pero el objetivo (el sujeto), escapó. Un plan para capturar finalmente al mayor asesino serial de la historia, fallido por su culpa. Un plan que habría funcionado de haber permitido que murieran todas esas personas.

Tres meses han pasado desde entonces. El día que entregó su placa mientras le decían que agradeciera que continuara con vida. Y recordándole, una y otra vez, que el asesino seguía allá afuera, matando gente inocente. Y que morirían más personas de las que había "salvado", por su culpa.

—Vaya vida de mierda. —Dijo Taehyung, viendo hacia abajo desde la azotea de aquel edificio recién remodelado.

Fumando un cigarrillo mientras que planea lanzarse desde ese lugar para así poder terminar con su desagradable existencia. Después de todo, no tenía un motivo para conservarla; no tenía esposa, o hijos que pudieran motivarlo a considerar el no aventarse de esos nueve pisos, (tal vez diez), donde se encontraba. Ningúna empresa lo contrataría al manchar su reputación de esa manera, y honestamente, no quería terminar sus días trabajando en una cafetería, donde el salario apenas y alcanzaría para comer una, o dos veces al día, si es que bien le iba.

Terminó su cigarrillo y pisó la colilla con su bota. Respiró hondo, deleitandose con el frío que quemaba su rostro y el aire altamente contaminado. Un ambiente perfecto para terminar con todo, decidió Taehyung mientrasse acercaba cada vez más a la orilla. Justo cuando la cuenta regresiva iba en "1", su celular vibró.

Extrañado, sacó su teléfono del interior de su bolsillo para poder visualizar su contenido. Después de todo, ¿quién te enviaría un correo a mitad de la madrugada?, sobre todo a él, que no tenía ningún amigo o persona cercana a su alrededor. De hecho, podría asegurar que nadie, además de él, y esa tienda de conveniencia donde suele hacer sus recargas, tenía su número. Leyó el mensaje, sorprendiendose del contenido de este.

"Escuchamos que ya no querías continuar viviendo, ¿qué te parece 200 millones de dólares solo por ayudar a permanecer la paz y existencia de la humanidad?"

Taehyung sonrío, encendiendo otro cigarrillo.

—Tendrá que ser después. —Habló, antes de darse la vuelta y volver a su departamento.

Tenía un nuevo propósito.




Extinción || KTH Y MYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora