10. Diferente

231 28 1
                                    

Seoham detuvo sus pasos al instante y se me quedó viendo con los ojos muy abiertos. Yo estaba igualmente sorprendido de lo que acababa de escuchar salir de mi boca. 

Tuve tiempo de meditar lo que iba a hacer. Podía hacerme el loco e inventar otro enamoramiento con alguien imaginario, tal vez alguien del vecindario, algún amigo de la infancia u otro cliché romántico. O podía ser sincero...

Porque a decir verdad, ¿qué ganaba yo con esta amistad? No pensaba que él realmente se fuera a fijar en mí. Empezando con que soy hombre y terminando con que no encajo ni de cerca con su estatus social. Lo mejor era que de una vez me desilusionara de todo esto. Así él se alejaría y me daría tiempo suficiente para olvidarme de él. 

Viéndolo de esa forma, no era un panorama tan malo. Lo superaría, no importaba si en este momento sentía una presión en el pecho que me estaba ahogando. Pasaría. 

-¿Quién te gusta ahora, Jaechanie? -Su semblante era sombrío. No estaba el surco en sus labios con la sonrisa bravucona casi permanente que tenía. Apreté mis puños y lo miré fijamente, haciendo que tuviera que levantar mi barbilla debido a su altura y a que estaba ya muy cerca de mí. 

-Tú. -Dije seriamente y con voz firme. La apuesta estaba echa. Literalmente él había abierto su boca de la impresión. De nuevo el silencio se hizo presente. 

Nuestro alrededor se quedaba cada vez más vacío y el bullicio disminuía. Yo no me sentía triste de su falta de respuesta. Considerando que no había recibido un golpe, un insulto o mínimamente una cara de asco, su silencio y cara de poker eran de lo menos grabe que esperé que pasara. 

Bajé la mirada. Tomé mis cosas sin prisa mientras él seguía como estatua. 

-Bueno, me voy. -¿Esperaba una disculpa? ¿Una declaración más romántica? Él me había orillado a algo que no tenía planeado hacer. Lo siento Seoham, ni siquiera yo lo entiendo así que no tengo ningún discurso especial, sólo me enamoré de ti. 

Lo miré por última vez y me di la vuelta. Apenas había dado un par de pasos alejándome del campo cuando algo sujetó fuertemente mi brazo e hizo que me volteara. 

-¿Puedo robarte un beso? -Fui sorprendido con una mirada desesperada y una voz ansiosa. Él no soltaba mi brazo y me había acorralado contra él. Seguíamos estando a plena vista de las últimas almas que abandonaban la escuela pero eso no me preocupó. 

Tontamente, si soy sincero, mi primer pensamiento en ese momento fue: ¿cómo que robar un beso si estás pidiendo permiso? No sé si él era más estúpido por decir eso o yo por no pensar dos veces en la acción que cambiaría toda mi vida antes de responder. 

-Sí. -Ese que estaba allí no era el Park Seoham que rechazaba a las chicas como si fuera cosa de todos los días, no era el mejor jugador del equipo de fútbol, no era el joven seguro de sí mismo que podía usar cualquier cosa y aún así parecía modelo de pasarela. 

No, quien estaba frente a mí era diferente. Podía notar que estaba nervioso por la forma en que sus manos temblaban un poco mientras me sostenían al escuchar mi respuesta. Además, sus mejillas se habían puesto rojas como las veces que tomaba alcohol. Sus ojos se movían de mis ojos a mis labios como si no fuera verdad que tenía una larga carrera de relaciones amorosas y un simple beso no fuera para él algo tan trivial. 

En el fondo yo aún estaba esperando el momento en que ese Seoham se fuera y de nuevo apareciera el Seoham burlón diciéndome que todo había sido una broma pero en cambio él se acercó más y estando a unos centímetros de mi rostro cerró sus ojos. 

Apenas y tuve tiempo de cerrar los míos cuando sentí sus suyos. Esta era la segunda vez para mí, pero la primera vez que él era consciente de ello. Por la forma en que de inmediato comenzó a succionar mi labio inferior y en la que acariciaba suavemente mi espalda me di cuenta que realmente deseaba hacerlo. 

Los choques eléctricos de la humedad compartida entre nuestros labios y de la calidez de su abrazo hizo que poco a poco dejara de estar tenso. Me dejé envolver por las sensaciones. También moví mis labios siguiendo su guía, ya que para mí era la primera vez de verdad. Cuando él se dio cuenta que le correspondía, me acercó aún más a él y sentí una caricia suave ahora en mi labio superior. 

Incliné mi cabeza y aferré mis manos a los lados de su sudadera porque temí perder el equilibrio. Pero esa preocupación pasó a segundo plano cuando me di cuenta que por todas las emociones que me invadían mi respiración se estaba complicando y estaba a punto de dejar salir una expresión poco adecuada para un primer beso. 

Quise alejarme pero él no me lo permitió. Soltó mi espalda y sostuvo ambos lados de mi rostro. Justo cuando iba a forcejear porque ya no podía contener más los quejidos que querían salir de mi garganta, un fuerte ruido cerca nos devolvió a la realidad. 

Uno de los estudiantes que iba en bicicleta estaba tirado a unos pasos de nosotros. A pesar de que la caída parecía dolorosa él se apresuró a levantarse y cojeando un poco se alejo lo más rápido que pudo evitando vernos. 

¿Qué acabo de hacer? 

Miré alrededor y eramos el centro de atención de algunas personas que no se molestaban en disimular. No supe exactamente en qué momento mientras el chico se alejaba Seoham había tomado mi mano. 

-Tengo que irme. Prometí que no iba a llegar tarde a casa. -En ese momento necesitaba huir de allí. Seoham dudó un poco lo que iba a decir.

-Está bien. -Me dijo con una sonrisa y apretando un poco mi mano antes de dejarla ir. -Ve con cuidado. 

Era diferente. Todo era diferente entre nosotros sin necesidad de decir nada. 

-Igual. -Le dije sonriendo también antes de irme. Concentrándome para recuperar la fuerza de mis piernas. 

------------------------------- Tiempo actual ----------------------------------

Dejé de escribir y solté un suspiro. Era la una de la mañana. La pantalla de la laptop era lo único que iluminaba mi habitación.

Aún pienso a veces... si todo lo que pasó después no fue mi culpa. ¿Habría cambiado algo si me hubiera quedado con él? Si lo hubiera dejado acompañarme como sé que deseaba y hubiéramos hablado sobre eso. 

Me sentí aliviado de cierta manera al escribirlo. No me importaba si algún conocido llegaba a leerlo, ataba hilos y lograba descubrir que era yo. Hasta me sentiría feliz. Quiero que sepan que no es verdad. Que yo no fui quien inició esto. Que no le supliqué que lo hiciera, que tampoco lo chantajee con ayudarlo en la escuela...

El sonido de una notificación me distrajo. 

"Feliz cumpleaños." Se leía en la vista previa. Maldición. 

Tomé mi teléfono y me dejé caer en la cama antes de abrir el mensaje directo. 

"Recordé que hoy es tu cumpleaños y quise dejarte un mensaje."

"Me di cuenta que ya no estoy en tus contactos, por eso te escribo por aquí."

"¿Pasó algo?"

No le respondas. No le respondas, Jaechan. 

Vi que seguía en línea. Tallé mi rostro fastidiado con ambas manos. Park Seoham tú, ¿por qué no terminas de salir por completo de mi vida? 

No es una historia de amor [Fanfic BL Park Seoham y Park Jaechan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora