4. Demasiado bueno

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-Ah, ¿y? -Esa fue la respuesta que recibí al tratar de hacer de cupido. 

-No lo sé, sólo soy el mensajero. -Pobre chica, al menos se salvó de tener que escuchar esta respuesta. 

-No me lo tomes a mal. Mi problema no es contigo. -Me dijo cambiando su tono. Nos dirigíamos a un puesto callejero cerca de la escuela. No es como si fuera costumbre seguir hablando después de las clases, pero coincidimos en el pasillo y resultó que nos dirigíamos al mismo lugar. Creí que era el momento adecuado para hablar de ello lejos de los oídos curiosos del salón.- He hablado con esa chica sólo un par de veces, ¿y ya dice que le gusto? 

-A veces así pasa. -La defendí no tanto por ella sino porque le dió a una herida personal. Tal vez suene raro pero no es imposible enamorarse de alguien a quien no le hablas. 

-Oh... ¿lo dices por tí? -Picó con su dedo mi costado izquierdo. Yo lo fulminé con la mirada pero sentí que me ruboricé por su burla. 

-No, sólo decía. -Apresuré mis pasos tratando de dejarlo atrás. Espero que Shuhua ya esté en el lugar para poder deshacerme de él. 

-Espera, espera. Ahora que lo mencionas, ¿por qué no comes hoy con nosotros? Estarán algunos otros del equipo... si sabes a lo que me refiero. -Me guiñó el ojo justo cuando entrábamos al lugar. 

-No. Iré con una amiga. -La verdad es que me daba ilusión pero no estaba preparado mentalmente. Además, ni siquiera traía un atuendo tan favorecedor como para verlo de cerca hoy. 

-¡Vamos! No pasa nada, ella igual puede unirse. Además, quiero que ellos conozcan a mi nuevo amigo. -El sujeto abusó de su tamaño para arrastrarme sin ninguna dificultad. Cuando me di cuenta ya nos encontrábamos en la mesa rodeada de chicos apuestos. 

-¡Suam! -Un chico con tinte rubio gritó el apodo de mi secuestrador. 

-¡Hey! -Como si fuera yo una pluma ligera, me sentó en uno de los lugares disponibles y él se puso a mi lado.- Traje a mi nuevo amigo, el cerebrito delegado del grupo. 

Todos comenzaron a verme con curiosidad. Era obvio que no encajaba. No es que tuviera baja autoestima. Podría incluso decir que soy más apuesto que algunos de ellos pero la popularidad no se basa sólo en la apariencia. Ellos desprenden un aura de seguridad y sus poses son como de ídolos pop. 

-Hola. -Traté de no posar mi mirada mucho al frente ya que justo en ese lugar es donde estaba Hyeong. Todos respondieron en coro con saludos distintos. Planeaba irme de esa mesa en cuanto llegara mi amiga pero todos mis planes se fueron abajo cuando recibí un mensaje de ella diciendo que su trabajo en equipo les tomaría más tiempo de lo planeado y no podría acompañarme. ¡Maldición!

-Di, ¿qué hiciste para traer a Suam pegado a ti como sanguijuela? -Uno de los sujetos me preguntó cuando el mencionado se paró por algunas bebidas y bocadillos.

-Sí, por favor, para no hacerlo nunca. -Todos en la mesa se echaron a reír. A excepción de la persona frente a mí que solo mostró una media sonrisa y dio un sorbo a su bebida. 

-Nada. Y no está "pegado a mí". -No era la imagen que quería mostrar frente a Hyeong. 

-Bueno, lo mismo le pasó a Hyeong el año pasado, pero era porque lo obligaba a ayudarlo en los exámenes. ¿Verdad? -Di un pequeño salto en mi interior cuando lo mencionaron repentinamente. 

-No es que me dejara mucha opción. -Dijo con su voz serena. -Soy Jonghyeong, por cierto, pero de alguna manera todos me llaman así. -Aclaró elevando sus hombros como resignado. 

-¿Es más sencillo, no? -En ese momento el tipo alto regresó y puso uno de sus brazos sobre mis hombros. Depositó en la mesa botellas de soju que no supe cómo pudo conseguir sin ser mayor. Más tarde, después de ver la cantidad de veces que la encargada nos preguntaba si necesitábamos algo más, entendí cómo lo logró.

-Supongo. -Esto se estaba volviendo muy incómodo para mí pero parece que los demás no le daban mucha importancia. Todos seguían consumiendo la comida y se servian emocionados las bebidas mientras charlaban de mujeres y futbol. Hyeong permanecía callado, sin tomar alcohol igual que yo, y a veces asentía o respondía con monosílabas. 

Al final de la noche, los comentarios de Seoham eran cada vez más indiscretos

-Ustedes dos... ¿Cómo pueden rechazar el alcohol que tan amablemente traje para ustedes? Deberían de ser amigos. -Me guiñó el ojo como si nadie más pudiera verlo.

-Es tarde. Debemos irnos. -Una vez cubierta la cuenta, algunos de los chicos se pusieron de pie. Seoham a estas alturas estaba recargado casi por completo en mi hombro.

Algunos se ponían de acuerdo para irse juntos. Me preguntaron también a dónde me dirigía.

-Tomas el mismo autobús que Hyeong, deberían irse juntos. -Dijo uno de ellos. Era una oportunidad única en la vida. Él me miró y asintió como aceptando la propuesta.

Por inercia miré al sujeto que seguía recargado en mí.

-No te preocupes por él. Ha logrado llegar a su casa en peores condiciones. -El ahora conocido como "Mun ik"  me dijo tranquilizándome. Miré hacia Seoham quien ahora tarareaba una canción mientras veía sus manos como si fueran un ente extraño.

¡Aaaa! MALDITA SEA.

-Gracias, vayan ustedes. -Me disculpé esbozando una sonrisa que ocultaba mi dolor.

Park Seoham, tu voz y tu frase en mi cabeza de "yo no le haría eso a un amigo" han hecho que el día de hoy perdiera una oportunidad de oro.

A mi corta edad estaba arrastrando a un ebrio gigantón a su casa. Tuve que preguntarle como diez veces su dirección para saber qué autobús tomar. El recorrido no fue largo pero después tuvimos que subir una gran colina. ¡Su departamento familiar estaba en lo más alto!

Yo estaba casi sin aliento. Él seguía murmurando incoherencias.

-Te ves tan adorable todo sonrojado. -No estaba sonrojado. Estaba agitado.

-No deberías beber tanto. Por lo que dicen tus amigos lo haces seguido. -Mis palabras salían en medio de grandes bocanadas de aire. No lo llevaba cargado pero servirle de soporte ya era demasiado.

-Desde los catorce... tengo buena experiencia. -Ahora entiendo su falta de retención. Aún no terminaba su desarrollo y ya estaba matando sus neuronas.

-Deberías de parar. No es... -Estabamos por fin en el edificio mencionado, cuando se escucharon unos gritos de mujer.

-¡Pueres irte en este instante si quieres! ¡Vete! ¡Ve y muere en un puente! -Detuve mis pasos y de pronto mi cuerpo se aligeró.

-Ya están con eso nuevamente. -Seoham estaba de pie a lado mío, viendo en dirección a una ventana encendida del segundo piso. -Bueno, gracias por acompañarme.

Me dio una palmada en la espalda y me miró sonriendo con su cara roja por el alcohol.

-Me voy. Te veo mañana. -Entendía lo que pasaba y sentí pena por él.

Estaba por dar un paso cuando él me sostuvo del brazo. Giré mi rostro para verlo y noté que me veía fijamente.

-Eres demasiado bueno. -Su tono era melancólico. Sólo dijo eso y me soltó. Yo lo miré extrañado y no le di las gracias porque no parecía que lo dijera como un cumplido.




No es una historia de amor [Fanfic BL Park Seoham y Park Jaechan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora