Wanna bet? | Draco Malfoy |

𝖈𝖍𝖆𝖕𝖙𝖊𝖗 𝖙𝖍𝖎𝖗𝖙𝖞 𝖋𝖔𝖚𝖗

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"¿𝑷𝒐𝒓𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒎𝒆 𝒅𝒆𝒋𝒂𝒏 𝒆𝒍𝒆𝒈𝒊𝒓?"

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Draco's pov

Unos meses antes.

Por más que insistiera en que odiaba esa escuela y detestaba tener que asistir a clases, volver a la mansión para las vacaciones de verano no era mucho mejor ni era exactamente lo que quería. Me agotaba demasiado este lugar, tantos pisos, tantas habitaciones, tanto espacio, para ser ocupado por gente que no se escucha ni se habla; es solitario. Sobre todo últimamente, que han estado visitando personas que no son agradables, personas que yo sé porqué están aquí pero aun así busco todas las formas de ignorarlo y no cruzarme en su camino esperando que se olviden de mi existencia.

Pero creo que no lo logré del todo.

-Draco, vamos- mi madre me hablaba desde la entrada a mi habitación. Desde que se llevaron a mi padre a Azkaban ella parecía estar más cansada. Yo sé que mis padres en su momento se quisieron muchísimo, pero las vueltas de la vida los han llevado a estar juntos meramente por mantener la reputación del apellido. Sé también, que el hecho de que él no esté aquí, el hecho de no escuchar sus gritos y aguantar sus ataques de ira la hacen sentir más en paz, pero él fuera hace que todo caiga en ella. Ella debe planear las cenas en casa, ella tiene que hablar con los contactos, ella tiene que preocuparse de que esté todo listo, ella está al mando por ahora, y eso la tiene agotada, lo noto en sus ojos.

Sus ojos que ahora en vez de verse tristes, se veían preocupados.

Madre me había comentado ayer en cuanto llegue a casa de la estación, que tenían planeado para hoy una reunión y que, en cierto punto, tendría que unirme. Bajé al comedor donde teníamos al menos 12 invitados en la mesa, invitados entre los cuales estaba él.

No lo había visto jamás en persona, no tenía idea de cómo se veía, solo había escuchado cosas que Potter o alguno de sus amigos habían dicho y llegaban hasta Slytherin. No puedo decir que era o no como me lo imaginaba, porque jamás me tomé un segundo en pensar como el mismísimo Voldemort se veía, estuve todo este tiempo tratando de extender lo mayor posible verlo cara a cara, traté todo este tiempo de evitar tener que sentarme en esta mesa, pero padre tenía razón, iba a pasar si o si.

-Draco- dijo él con una voz áspera y muy profunda, sentía que su voz me llegaba a los huesos y me los escarbaba desde dentro -Toma asiento- no fue una invitación como queriendo incluirme en su conversación, fue una orden. Le lancé una mirada rápida a mi madre y obedecí -Te tenemos una gran noticia- comenzó -El gran día se acerca- respiré entrecortado tratando de parecer lo más compuesto posible -El gran día en donde te unirás a nosotros, el gran día donde serás uno más, el dia donde te ganaras tu propio espacio en esta mesa y junto a mi. El día de recibir tu marca, está más cerca de lo que crees- una sonrisa prácticamente diabólica se formó en su cara, parecía estar lleno de orgullo por lo que acababa de decir.

Yo sabía que eventualmente esto pasaría.

-¡Lucius!- lloraba mi madre.

-No hay otra opción Narcissa. ¡Él recibirá su marca para convertirse en mortifago y no podemos cambiar eso!- escuché a mi padre gritar, estaba despeinado y claramente borracho. Era finales del cuarto año en Hogwarts, luego de que terminara el torneo de los 3 magos y nos enviaran a todos a casa, mi padre se sentó a conversar conmigo respecto a este tema y como la llamada del gran señor oscuro llegaría pronto y yo debía acatar sin pensarlo. Durante la semana santa de este año me llegó una carta dejándome saber que poco a poco mi momento llegaría y que debía prepararme para servirle sin protestar. Pensé que podía lograr salir de Hogwarts sin tener que hacer esto, pero al parecer él tenía otros planes.