Capítulo 3

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El silencio inundaba el campo de batalla, los corazones palpitaban con fuerza el aire le faltaba a cada individuo y la sangre fluía.

-KROKODILE!!! MR MINE!!!- grita asustada Delia al ver a los dos pokémon tirados en el suelo heridos y sangrando.

Delia también estaba un poco herida, pero en estos momentos está en su prioridad el salvar a los heridos.

En cambio los pokémon atacantes estaban congelados de miedo, acaban de recuperar la cordura al ver a su amigo sangrar sobre todo por una terrible herida que uno de ellos le acaba de hacer directo al hocico.

Noivern quién fué el culpable de esa herida mira sus garras llenas de sangre con horror.

Los demás se miran a si mismos para confirmar con un terror creciente, están llenos de sangre tanto del Profesor Oak, sus ayudantes, algunas personas que querían darle tiempo de escape a la pequeña familia, Mr Mine, Krokodile y de la propia Delia.

-Krokodile…. Yo… yo…- Noivern trataba de disculparse con su amigo, pero no le salían las palabras de la boca estaba casi paralizado.

Dió un paso para intentar ayudarlo y tal vez enmendar su error, pero se estuvo cuando Krokodile con todas sus fuerzas restantes se levantó aunque Delia intenté detenerlo y cubrir sus heridas junto a las de Mr Mine, Krokodile la apartó suavemente para esconderla detrás suyo y prepararse para pelear.

-Krokodile….- Noivern le habla.

-Callate maldito! No se porque querían asesinar a Ash, pero si quieren asesinar a su madre, primero tendrán que pasar por encima de mi cadaver y asegurarse que no regrese como un tipo fantasma y los arrastré conmigo al infierno- sentencia Krokodile preparando un garra dragón para atacar a más de 20 Pokémon a la vez y sin temor de lo que vaya a ocurrir.

-Krokodile, lo sentimos, no queríamos hacerlo- Snivy se acerca intentando calmar a su amigo.

-Y esa sangre es tuya? Porque te veo muy bien como para sangrar- Krokodile responde.

Destras suyo Delia intentaba hacer lo que podía para salvar a Mr Mine, aunque sea legalmente pokémon de su hijo, se lo regaló para que le hiciera compañía y no se sintiera sola mientras Ash viajaba, era como un segundo hijo para ella.

-Resiste Mr Mine! Pronto vendrá la ayuda- con sus manos cubría una enorme herida en el pecho del pokémon quién le cuesta respirar.

-Voy por la enfermera joy- dijo Staraptor desde el aire y se fué volando con miedo de posiblemente haber asesinado a ese pokémon.

Aunque será difícil pedir ayuda si está manchado de sangre y ayudó a hacer el caos en el pueblo….

¿Qué les había asado?

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-Y por qué trajeron a ese humano?- pregunta Arceus mirando a Trace, no hacía falta que Arceus pueda hacer muecas con su cara para dejar en claro que mira al muchacho con desagradó.

-Umm…. Emm… estaba cerca de Ash- dice Latios con nerviosismo pues el trajo a Trace.

Trace estaba arrodillado y con la frente pegado al suelo por el poder psíquico de una de las tablas de Arceus. Trace quiere creer que el Dios Pokémon quiere que muestre respeto ante él de esa forma, pero la realidad es que Arceus planeaba aplastarlo con ese poder psíquico.

-Y la madre no estaba con él?- cuestiona Arceus mirando a Latios y Latias mientras la mayoría de legendarios miraban la escena un poco preocupados.

Ash no estaba presente, Arceus usó un movimiento para dormirlo junto a Pikachu, le ordenó a Meloetta que les cantará para mantenerlos dormidos y a los tres los dejó en una pequeña dimensión a parte donde Ash pudiera dormir tranquilamente sin enterarse de nada.

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