Me Faltabas Tú.

Capítulo 5

   Con la cabeza palpitandome salí por la puerta en busca de ese grupito, mientras caminaba mi cuerpo se tambaleaba, posiblemente por el golpe.

   Pude ver a la otra chica y la seguí por detrás, se sentó con el resto,e quede de pie observando su conversación, aún que por el dolor no podía prestar atención, vi como se levantaban, y entonces me acerque.

  El primero que me vio fue el del sombrero —Ay, no —murmuró haciendo que todos me vean.

   —Yo... —titubee.

   —Oye no queremos pelear —dijo el grande.

  Queria explicarles mi situacion pero nada salía, solo me miraban esperando que dijera algo.

    —¿Podría hablar con ustedes? —sisee.

   —Habla con Cinco —Dijo la morena e hizo señas al resto para que la siguieran.

  El chico se sentó y camine como pude hasta la misma banca.

    —¿Que quieres hablar?

   —Me reconociste —comencé.

   Negó con la cabeza —Ellos dijeron tu nombre —alegó.

  —No, yo...

  La herida en mi cabeza no me dejaba pensar claro, y la sangre bajaba por mi cuello.

  —¿Estas bien? Creo que te golpeaste muy fuerte...

   —Si, no, yo... —suspiré tratando de explicar—, ¿En serio solo escuchaste mi nombre de ellos? 

  Hizo un gesto de desagrado —si —dijo finalmente.

  —Yo, lo que sucede es que, no se si suene loco pero...

   Antes de que pudiera tratar de explicar la situación alguien me levanto del brazo bruscamente —¿Que haces aquí? —gritó  Ben.

   Comenzó a jalarme de regreso a la academia. Hasta que el ojiverde se apareció enfrente —Hey, es de muy mala educación quitarme a mi cita —Ironizó.

  Ben me solto y dio un paso al frente viéndose imponente ante Cinco —Es mi prometida —dijo apretando la mandíbula.

  ——Ben, por favor necesito...

  Me interrumpió —¿Que? ¿Vas a decir que lo haz visto antes? Por favor, ya basta con eso, este y su tribu son los enemigos, ¡entiende que no tienen nada que ver contigo! —me gritó.

  El chico me miró, yo baje la cabeza y lo próximo que sentí fue  como perdí la conciencia y mi cuerpo se desvanecía.

   Quiza fue el golpe o la vergüenza de que me gritara en un parque, o quizá no supe entender por qué me estaba gritando y hablando de esa forma aun cuando la mayoría de las veces trataba de arreglar todo de la mejor manera.

   En cuanto mi conciencia volvió a tener control de mi cuerpo, mis ojos se abrieron, estaba... en un lugar desconocido... ¿De nuevo?

  Me senté alarmada, de golpe, escuche como la puerta se habría y entraba alguien, era él, el chico, se acercó a mi algo apresurado —¿Cómo te sientes? —pregunto dándome una taza, por el olor deduje que era café.

  —¿Donde estoy? ¿Donde esta Ben? —pregunte quitandome de encima la frazada.

   —Posiblemente en casa, no te levantes, descansa, fue mi culpa ese golpe —dijo algo preocupado.

  —¿En casa?

   —Solo se fue —dijo bajando la cabeza.

  Estaba incrédula, no, ¿como solo se fue? —¿Se... fue? No te creo, es mi prometido, el no solo se iría.