Parte 2: Winter Soldier

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James volvió a cerrar la puerta del baño, se sentó en el suelo y vació el contenido del sobre. Les habían enviado 6 hojas, una de ellas con varias líneas de texto, las instrucciones para su misión; y las otras 5 estaban completamente en blanco a excepción de un borde negro de 2cm de espesor en el borde inferior. El castaño se veía muy tenso, concentraba su mirada en cada línea de la página, intentado descifrar el verdadero significado de la carta. Poco a poco movió los papeles entre sus dedos de manera pensativa.


-Estas no tienen nada- Dijo sin dirigirle la palabra a nadie, como si estuviera pensando en voz alta. Levantó las hojas y las examinó contra la luz del bombillo que iluminaba el baño. -No parecen tener ningún mensaje oculto. Pero aún así... Tienen que tener alguna clase de función. ¿Por qué se molestarían en poner otras 5 hojas en el sobre cuando las instrucciones sólo están en una?- Miró a Kara, frustrado. La chica le dedicó una mirada inquisitiva.


-No lo sé. A ver, ¿Qué dice la primera hoja?- Preguntó. No podía ocultar ni su curiosidad ni su interés. La anciana no podía haber sido más criptica aunque lo hubiera intentado. James sostuvo la hoja frente a él, se despejó la garganta y comenzó a leer el contenido.


"Winter Soldier, nos dirigimos a usted en esta ocasión para solicitarle sus servicios en cuanto a la protección y traslado de Kara Díaz, nuestro más reciente objeto de estudio. Por razones de seguridad no podemos darle la dirección exacta de nuestra base de operaciones aquí en Rusia, pero el milagro le mostrará el camino. Afuera, en la mesa de noche que está al lado de su cama encontrará un periódico. Ahí se encuentra su medio para realizar el traslado. Si está dentro de sus posibilidades mantener a Kara con vida, se lo agradeceríamos, en caso contrario la recompensa que le hemos asignado se vería disminuida en un 25%. No queremos ejercer presión sobre usted, pero esperamos que la entrega se realice lo más pronto posible, si no es así, tendremos que llevar a cabo las acciones necesarias para la efectiva realización del trabajo. Sin más que agregar, Baron Von Strucker."


Cuando terminó de hablar, el cuarto de baño quedó en absoluto silencio. Kara estaba en shock. No podía creer lo que acababa de escuchar. Una oleada de sentimientos la tomó por sorpresa y antes de darse cuenta, las lágrimas asomaron en sus ojos. Kara bajó la mirada con vergüenza, y un ligero rubor cubrió sus mejillas.


-Yo... ¿Por qué me siento como una vaca que venden a un matadero?- Murmuró Kara. Levantó la mirada y miró a James. -¿Qué es eso de "La recompensa que le hemos asignado"?- James no dijo nada. Miraba fijamente las hojas que tenía en sus manos. La chica se levantó y le quitó las hojas. -¿Quién es "Winter Soldier"?- El hombre fijó la mirada en su mano metálica.

-Todos tenemos secretos. ¿Qué tal si no me preguntas por los míos y yo no te pregunto por los tuyos?- Una imagen fugaz de una explosión pasó por la mente de Kara. Se cohibió momentáneamente, poco a poco sospechando que tal vez él no estaba ahí por una simple casualidad.

-Sólo pregunto por las cosas que me incumben, y obviamente "Winter Soldier", la persona que me va a llevar a mi nuevo hogar como rata de laboratorio, me incumbe. Así que, ¿Quién es Winter Soldier y por qué tiene un trato para llevarme a la base de ese Barón Von Strucker?- Las lágrimas en los ojos de Kara se seguían acumulando, en parte por desesperación, por frustración, y por la humillación de ser tratada como mercancía. James no la miró. Seguía absorto mirando su mano metálica. La chica pasó delante de él, abrió la puerta y salió del baño. Buscó con la mirada la mesa de noche y el periódico que supuestamente tenía el medio para llegar a su destino. A un lado de la cama, estaba lo que buscaba. Se acercó y sacudió el periódico. Dos sobres manila cayeron sobre las sábanas, ambos con estrellas rojas impresas en el centro. Tomó uno de los sobres y lo examinó. Era pesado y abultado en el centro, como si tuviera muchos papeles. Volteó uno de los sobres, corrió sus dedos por el broche que lo mantenía cerrado y justo en el momento en el que se disponía a abrirlo, una mano envolvió su muñeca y la alejó del sobre.

La Era de los MilagrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora