Kara aterrizó sobre su pie izquierdo con un golpe sordo. El soldado no la había atrapado. A su alrededor el humo se esparcía, haciendo que fuera difícil buscar al soldado con la mirada. Intentó levantarse, pero cuando apoyó el peso de su cuerpo sobre su pie izquierdo sintió un dolor tan intenso que se desplomó de nuevo sobre el piso. Kara comenzó a desesperarse, sus ojos comenzaban a picar y le ardían los pulmones con cada respiración. No veía a James por ningún lado y en su mente nació la idea de que tal vez él hubiera aprovechado la explosión para dejarla a su suerte.
-¡JAMES!- Gritó la joven, sin recibir respuesta. En ese momento, sintió que la levantaban por un brazo.
-¡¿Por qué no me atrapaste?!- Dijo Kara. Al subir la mirada, se encontró con un hombre altísimo y fornido vestido de negro, con el rostro cubierto por un gorro que solo dejaba ver sus ojos y su boca.
-¡¿Quién er- Kara no había terminado de hablar cuando el hombre le metió un puñetazo de lleno en el rostro, tumbándola al piso. La castaña subió la mirada y el hombre le dio otro puñetazo, haciendo que la chica se diera un golpe en el otro lado del rostro contra el suelo. Kara intentó pensar, la sangre caía copiosamente de su boca y su nariz; cada vez se le dificultaba más y más tener una noción de lo que la rodeaba. La joven se apoyó sobre sus brazos y rodillas para intentar respirar, pero antes de que pudiera hacerlo, el hombre le dio una patada en el estómago. Kara cayó de lado como una muñeca de trapo, abrazando su estómago, intentando inhalar aire. Trató de levantarse apoyándose en sus rodillas y manos pero el hombre le propinó otra patada, haciendo que cayera de lado. Al caer, la tomó por uno de los brazos y la levantó; rodeándole el cuello con un brazo y apretando uno de los brazos de la chica contra su espalda baja para mantenerla sometida. El hombre la llevó hacia el bosque que estaba detrás de la posada, que ahora parecía una enorme fogata. Los pies de Kara casi no tocaban el piso, el hombre la llevaba levantada por el cuello, apretando como si ella fuera una muñeca en vez de una mujer. De repente, un gritó resonó en la noche.
-¡KARA!- ¡Era la voz de James! Sin pensarlo dos veces, la joven bajó el rostro como pudo y mordió el brazo del hombre con todas sus fuerzas. El tipo la jaló por el cabello y la arrojó contra un árbol que estaba a su derecha. La cabeza de Kara rebotó contra dura corteza. Escupió un pedazo de carne que le había arrancado al bastardo del brazo. Cuando miró al frente se dio cuenta de que el tipo estaba arrodillado en el suelo intentando vendar su brazo con un pedazo de franela. Frenéticamente, Kara comenzó a hurgar en su bolso buscando alguna de las navajas o cuchillos que había comprado ese mismo día. Consiguió un cuchillo, pero justo cuando estaba punto de tomarlo, sintió que la golpeaban contra el árbol. Rápidamente Kara le dio un puñetazo en la nariz al hombre, haciendo que algo sonara *Crack* y que la sangre corriera desde su nariz a su mentón. Kara sonrió al ver que había logrado herir al hombre. Sintió un n aura roja comenzó a formarse alrededor de la joven, y calor comenzó a emanar de todo su cuerpo; asustando a su perseguidor. El hombre soltó uno de los hombros de Kara y ella volvió a darle otro puñetazo en el mismo lugar con mucha más fuerza.
-¡AAAAARRRGH!- Gritó el hombre al mismo tiempo que ponía ambas manos sobre su rostro. El olor a carne quemada comenzó a inundar sus fosas nasales. Kara le dio una patada en la entrepierna, haciendo que el tipo se arrodillara, y por último le dio un rodillazo en la nariz. El hombre colapsó, su cara quemada en los lugares donde ella lo había golpeado. Rápidamente, Kara revisó su bolso, sacó un cuchillo de caza y comenzó a cojear en la dirección de donde provenía el grito de James.
-¡JAMES! ¡¿James dónde estás?!- Gritó la joven desesperada. Se adentró en el bosque, sentía un dolor punzante en el rostro y la pierna izquierda le palpitaba. No podía respirar bien, puntitos blancos comenzaban a llenar su campo visual y sentía que estaba a punto de vomitar. Caminó más y más, apoyándose en los árboles a su alrededor para mantener el equilibrio. Kara sentía que no podía más. Todo ese día había sido surreal. Esperaba estar en un sueño y despertar en su cama para poder seguir con su vida. Su visión se comenzó a nublar. Dio unos pasos más para finalmente dejarse caer en las raíces de un árbol.
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La Era de los Milagros
FanfictionJames Buchanan Barnes, también conocido como Winter Soldier, despierta en una habitación con una chica desconocida. Sin saber cómo llegaron ahi ni por qué los unieron, se embarcan en una aventura para averiguar qué está detrás de su inesperada unión.