Debían de haber sido aproximadamente las tres de la tarde. Habían caminado por muchisimas calles, pasando por algunos callejones anticuados que estaban atestados de personas que vendían artesanía, comida tradicional y artículos como floreros y alfombras con coloridos estampados. El camino entre los dichos callejones era tan intrincado que por ratos Kara no tenía ni idea de dónde se encontraba el Soldado. De no ser por el brillo metálico de su brazo, se habría perdido fácilmente. Él parecía conocer esas callejuelas como la palma de su mano, cambiando de dirección sin titubear, como si hubiera vivido ahí toda su vida. Caminaron durante lo que pareció una eternidad entre la muchedumbre, vendedores ambulantes y tienditas. Kara estaba encantada con la cantidad de color, de olores y de sensaciones que percibía. Por un momento se sintió como una turista más, olvidó sus problemas, su preocupación y su miedo. Pero sin aviso, una oleada de sentimientos desesperados tomó control sobre ella; su miedo, desesperación, frustración y desolación hicieron que se detuviera en seco. Poco a poco su respiración se fue acelerando hasta comenzar a hiperventilar, perdió de vista a James y comenzó a sudar frío. Se acercó a una pared entre dos tienditas, apoyó su espalda y se dejó caer, poniendo la cabeza entre las rodillas y rodeó sus piernas con los brazos.
-Dios...¡Dios!...¡DIOS!- Exclamó la joven. -¡Esto no me puede estar pasando! ¡¿Qué es todo esto?! Yo no debería estar aquí... ¡Todo es una equivocación! Necesito ayuda... Ayuda...- Murmuró. Las lágrimas comenzaron a resbalar libremente por sus mejillas. Respiró profundo, levantó un poco la cabeza, y lentamente metió la mano en uno de los bolsillos de la chaqueta, sacando la cédula de identidad falsa que le había dado James. Habían tomado la foto de su carnet universitario para hacerla, mostrándola con el cabello recogido en una coleta y con una amplia sonrisa en el rostro. No era capaz de reconocer más nada de la pequeña tarjeta, las letras eran distintas a las del vocabulario que estaba acostumbrada a usar y no entendía ninguna de las fechas. Volvió a meterla dentro de la chaqueta y respiró pausadamente. Tenía que calmarse. Tenía que ser fuerte. No podía mostrar debilidad. Secó sus lágrimas y al mirar al frente, vio una mano extendida hacía ella. Miró hacía arriba y ahí estaba James, de pie entre la muchedumbre, mirándola con una expresión inescrutable.
-Contrólate- Dijo. -No podemos darnos el lujo de perder el tiempo en estupideces. Vámonos.- Su tono era frío, incluso sonó un poco cruel. Kara ignoró la mano que él había extendido hacia ella y se levantó sola. Esperó a que él se volteara pero no lo hizo. La miró un momento y bajó la cabeza. La joven tenía los ojos rojos y las mejillas manchadas por sus lágrimas. En ese instante le dio un poco de lástima al soldado, lo suficiente como para que suavizara su tono de voz. -Yo sé que no es justo lo que te está sucediendo, pero no lo podemos solucionar si perdemos tiempo.-
Antes de que la chica pudiera contestar, el castaño tomó su muñeca firmemente y comenzó a caminar hacia el frente. Bueno, ahora si era seguro de que no podría quedarse atrás. Mientras avanzaban, las calles se comenzaron a hacer más anchas y espaciosas, las tiendas antiguas dieron paso a Cafés modernos y tiendas de ropa de marcas reconocidas. Mientras caminaban no se dirigieron la palabra. James parecía haber obtenido toda la información que podía necesitar de Kara para completar su misión, así que no se había molestado en hablarle durante el resto de su trayecto. Llegaron a una especie de centro comercial bastante abierto que tenía una entrada bastante amplia y el techo era de un material plástico transparente, dándole a la estructura un aire bastante fresco y luminoso. Las tiendas estaban repletas de toda clase de personas, tanto jóvenes como ancianos, habían niños correteando y chicas cuchicheando. Kara miró a su alrededor, inspeccionando las tiendas para ver dónde podría conseguir lo que necesitaba...
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La Era de los Milagros
FanfictionJames Buchanan Barnes, también conocido como Winter Soldier, despierta en una habitación con una chica desconocida. Sin saber cómo llegaron ahi ni por qué los unieron, se embarcan en una aventura para averiguar qué está detrás de su inesperada unión.