Kara sintió que estaba en el cielo. Esos besos los conocía, desde mucho antes, y los respondió de la única manera que sabía, con fervor. Los labios de James eran cálidos y suaves, sus besos eran perfectos, no eran bruscos pero tampoco eran demasiado suaves. Su manera de besar era algo entre la ternura y la pasión, y ambos consiguieron seguir un paso armonioso entre sus besos. Sin duda esa no era la primera vez que esos labios se unían. Sin dejar de besarla, James guio a Kara hasta la cama y se inclinó cuidadosamente sobre ella, levantando poco a poco el sweater y la franelilla que traía puesta para revelar su abdomen. El soldado besó sus mejillas, su cuello, sus hombros, y de ahí fue hasta la parte baja del abdomen de la chica, donde se detuvo un momento a observar su piel. Ya no tenía ningún hematoma. La pálida piel de la joven estaba inmaculada. James subió la mirada y le sonrió de manera pícara a Kara, quién se sonrojó inmediatamente. El soldado continuó besándola, desde su ombligo hasta el espacio justo debajo de sus senos. Metió el pulgar debajo de la tela que continuaba cubriendo su pecho.
-¿Puedo?- Preguntó James con picardía, levantando una ceja. Kara se apoyó sobre sus codos, mirándolo con diversión.
-Por más que me gustaría, creo que no es el momento- Comentó, forzando cada palabra a salir contra su voluntad. No había nada que quisiera más que conocer ese lado de James, pero verdaderamente no era el momento. Si hacían algo sería por el estrés causado por su experiencia de la noche anterior y no sería lo que a ella le habría gustado. Se acercó a él y acarició su cabello, peinándolo hacia atrás con los dedos.
-Tienes razón.- Dijo James con una media sonrisa. Se levantó y tendió una mano hacia Kara, levantándola de la cama. -Me cambiaré y luego veré qué podemos hacer para comer.- James la acompañó hasta la puerta de la habitación, Kara caminó por el pasillo y llegó a la sala, tumbándose sobre el pequeño sofá y cubriendo su rostro con sus manos, repentinamente sintiendo algo entre la vergüenza y la felicidad. ¿Qué acababa de suceder? No podía creer que acababa de tener un momento tan íntimo e intenso con el soldado. ¿Por qué se había sentido todo tan natural? ¿Por qué no había sentido que era una experiencia nueva? Kara sentía que conocía cada parte del Soldado que había acariciado, como si sus manos recordaran cómo y dónde tocarlo. Miró embelesada hacia la ventana, asimilando lo que acababa de pasar.
James cerró la puerta detrás de la muchacha, respirando profundo, exasperado. Había perdido por completo el control de sí mismo, se había dejado ir y había quebrantado una de sus reglas personales, no hacerle ver a los demás que le importan, y mucho menos a una chica que recién acababa de conocer. Sin embargo, se sentía bien. Por primera vez en mucho tiempo, había hecho algo totalmente impulsivo, sin pensar; había dejado que su instinto lo dominara y se sentía increíble. De hecho hasta podría decir que se sentía feliz. No podía entender por qué, pero esa pequeña cabaña acababa de ponerse un poco más cálida. Había dejado de sentirse como una fría y edificación y había comenzado a sentirse acogedora. James sonrió para sí mismo.
-Kara... ¿Quién eres?- Murmuró para sus adentros. Se vistió con un pantalón de pijama y una franelilla blanca, ató su cabello en una media cola y salió a buscar a la chica. A pesar de todo lo que le habría gustado poder relajarse, no podía olvidar que él y Kara tenían mucho de qué hablar. Kara estaba tumbada sobre el sofá de la sala, mirando hacia afuera. Al soldado le costó no abalanzarse sobre ella pero se mantuvo de pie donde estaba, con una máscara de seriedad sobre su rostro.
-¿Cómo te sientes?- Le preguntó a la joven. Kara se exaltó al escucharlo y se levantó.
-Oh, no te escuché James. Me siento perfecta, gracias por todo.- Dijo rápidamente, jugueteando inconscientemente con las mangas del sweater pero sin eludir la mirada del Soldado. James la miró con incredulidad. De verdad que la joven parecía estar en perfecto estado, pero ¿Cómo era posible?
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La Era de los Milagros
FanfictionJames Buchanan Barnes, también conocido como Winter Soldier, despierta en una habitación con una chica desconocida. Sin saber cómo llegaron ahi ni por qué los unieron, se embarcan en una aventura para averiguar qué está detrás de su inesperada unión.