Capítulo 10 | Caso de Durham

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♤ Parte II ♤

El mapa de Durham se extendió en la mesa de madera. Frente a ella se encontraban todos o al menos Jack, Fred, Louis, Lilith y William.

Aún era de madrugada pero faltaban escasas horas para que el sol comenzará a salir.

William marcó un punto con tinta roja, exactamente a las afueras de Durham, tal y como lo había descrito la señora Wilson, pues sí, después de contar todo lo que vivió, se presentó.

—Se supone que el lugar es aquí. Un lugar donde hay humedad y demasiado lejos como para que la señora Wilson tardara en llegar aquí.— señaló la residencia Moriarty .— Fred, al amanecer irás por estos campos, la señora Wilson mencionó qué no estará solo y llegarán personas armadas, tú misión será revisar si han llegado aún. Jack se encargará de traer todo lo necesario.

Los demás sabían perfectamente que es lo que harían. Cuando llegara el momento necesario, Louis y William enfrentarian al vizconde, claro está que sería con la ayuda de algunas municiones. Lilith se encargaría de sacar a otras personas, según la señora Wilson. Ella no era la única que había estado ahí, pues en las horas que intentó huir, los gritos de ella no eran los únicos que se escuchaban.

Pero por ahora, ella tenía otra tarea. Tarea en la que estaba involucrado un joven carnicero, Harry.

Cuando terminaron de acordar todo lo que harían. Fred fue el primero en salir junto a Jack y Louis se quedó un momento más, preguntándole a su hermano si quería descansar un poco o sí gustaba de un té. Era evidente la preocupación qué sentía por su hermano.

William terminó por aceptar para no preocuparlo de más.

—Realmente es un lazo inquebrantable.— mencionó Lilith cuando Louis salió.

—Tenemos algo que nos une. Albert, Louis y yo.

Lilith quería preguntarle cómo se sentía tener un lazo así, el único lazo qué alguna vez conoció se le había sido arrebatado y el segundo, se vió obligada a alejarlo. Sin en cambio, no preguntó. Simplemente se acercó hacía la salida, no sin antes decirle una última cosa a William.

—Debería dormir un poco, profesor Moriarty.— William la miró con atención, le causó un poco de gracia.— Las matemáticas son tediosas. Además, he oído que esfuerza demás y duerme como si cayera en coma.

—Los rumores son ciertos, he de suponer que le pasa igual.

Lilith negó.

—¿No? ¿Cómo es que lo hace?

—A comparación de su mente y la mía, es la complejidad de lo que desea, mi carga no es tan inmensa como la que usted. Dbería descansar, solo un poco.— Lilith se levantó de su asiento y caminó hacia la puerta sin esperar respuesta a cambio, pero William estaba tranquilo, alguien había reconocido lo que él aún no.

—No respondió la pregunta.

Lilith sonrió y para su caminar pero no se giró a verlo.

—Horneo.

Con ello cerró la puerta y dejó qué su cuerpo descansará un momento en su habitación. Bastó una hora más para que el sol saliera y entrará por las ventanas de su habitación.

Pero aún así se quedó un poco más. A las afueras de su habitación escuchaba las voces de Louis y William. El mayor dando unas cuantas especificaciones del caso y Louis despidiendo a su hermano. Cuando menos se dió cuenta, ya estaba en el tocador, cambiándose para ir a la carnicería de Harry, Louis ya se había ido junto a Jack, solo quedaba ella y la señora Wilson qué dormía por la agotación de su cuerpo.

Escarlata | W. James MoriartyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora