Capítulo 14 | Fiesta del té

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Entonces, tome mi mano y hagamos de esto un mundo donde sus ideas y las mías se noten. Inncluso si arde, yo tomaré la suya.

Jamás había sentido que la oscuridad tuviera luz, algo imposible. Incluso ahora sentía una sensación distinta, aunque no sabía exactamente qué era. Pero sus manos seguían sin moverse aunque era inevitable qué no sintiera un cosquilleo, como si quisiera extender su brazo y tomar su mano.

Al igual que su cuerpo, sus labios se habían negado a producir un sonido, pero lo miraba a él y él a ella.

Tantas emociones eran las qué la invadía; miedo, estrés e incluso muy en el fondo sentía felicidad. Toda su vida se mantuvo robando sentimientos, incluso si no los sentía, podía adueñarse de ello y manipular  a su merced, pero ahora era distinto, no era una farsa.

Todo resultaría bien.

Todo estaría bien.

Tal vez, eso era una mentira. Lo presentía.

Aún así, Lilith tomó la mano de William.

°°♧°°

—¿Una fiesta del té?— preguntó Lilith desde el otro lado de la oficina mientras abría un pequeño sobre que William le había dado.

—Suele ser una tradición entre los nobles, nuestra familia jamás ha hecho una hasta ahora. Albert no pudo negarse por más tiempo. El conde Rockwell insistió tanto.— William acomodó su traje y se reincorporó con más firmeza.

—He de imaginar que todos saben que hacer y yo haré todo lo que está en este sobre, ¿no es así?

William asintió.

—No hay nadie más en quién pueda confiarle esto. — Lilith simplemente asintió, dándole a entender que aceptaba — Una de las damas es cónyuge de uno de los aristocratas de Londres, su nombre es el Duque Lowhewall, hace un tiempo que nos dimos cuenta que ha estado robando  dinero de escuelas, orfanatos y hospitales para juego de cartas. No solo eso, su esposa es participe también. Lo que quiero que haga es que investigue lo suficiente como para que la Dama la invite a una de la reuniones.

—Así que seré una de esas damas quién viene a la fiesta del té. Dígame, ¿usted planea ir también a esa reunión? Lo digo porque se que podré lograr que la duquesa me acepte.

—Sé que puede, es por eso que puede decir que es mi prometida. Después de todo, no es la primera vez que lo dice.— Eso había sido dicho con una pizca de picardia. Lilith sonrió.

—¿No será complicado? La última vez le costó eliminar los rumores en Durham y además, las damas presentes morirían al enterarse por un rumor. Por mucho que sepa lidiar con ello, sería difícil.— respondió, con el mismo tono de William.

—Ya veo, creo que mi hermano Albert ya le ha hablado de eso.—  Lilith asintió.— Es por eso que utilizará nuestro nombre de pila, James. Dirá que es nuestro familiar, así no habrá problema. En el sobre está cada característica qué necesita saber.

Lilith tomó todas las hojas del sobre. Eran registros de bancos, declaraciones y una foto del Duque y la Duquesa. Se trataba de una mujer bella de cabellos rojizos y una fina nariz.

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Había llegado el día, aún el sol no estaba en posición y la oscuridad aún invadía la habitación de Lilith. Pero esta noche era una de muchas dónde las pesadillas de su pasado la despertaban. Era un tormento que siempre la perseguía.

Se vistió, sentía que por un momento más en su habitación la consumirían, salió a caminar por lo pasillos hasta llegar a la cocina, encontrándose a Louis, quién cortaba frutos rojos.

Escarlata | W. James MoriartyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora