La noche es tan fría y oscura, apenas alumbrada por las farolillas acomodadas rigurosamente en la acera y los faros de algunos automóviles que transitan; se vuelve tan amarga como la hiel.
Lee Minho se abraza a sí mismo entre el frío, la humedad y el cansancio de su día a día. Este día debía ser el más cansado de todos después de haber perdido su tercer trabajo en el mes debido a su "mala condición y pésima conducta".
La luna se esconde entre las nubes, tan arriba, tan lejos de él.
-También tú tienes frío. No te culpo... al menos tienes a las nubes para que te cobijen... tan suaves.-
Habla solo para sí, esperando que la luna escuché sus palabras a sabiendas de que la luna no puede escucharlo, es un ser inanimado, sin voz, un satélite orbitando.
Se esfuerza por seguir avanzando con pequeños pasos y algunos tropiezos para llegar al lugar en los suburbios, dónde vive.
Está cansado, le tiemblan las extremidades, no solo por el gélido clima de Corea, también el agotamiento extremo de sus dos trabajos para sobrevivir y el trato injusto de quienes están por encima de otros.
-Estoy cansado, solo... quiero recostarme... un momento.- dice a la vez que su visión se nubla, su cuerpo falla irremediablemente.
No hay ninguna otra sensación más que el alivio.¿O sí?
Definitivamente no existe alivio para él.
Un fulgor tenue y chispeante en medio de un mar de oscuridad lo envuelve, como una fría y vacía manta, intangible. Pero tan densa como la presión de estar enterrado debajo en la tierra, en lo profundo.
Al principio puede sentir tanto dolor como el acumulado a lo largo de los años golpearlo de una vez, sacando el aire de sus pulmones tan fuerte que le hubiera fracturado alguna costilla con solo un toque. Se sentiría como si un auto le hubiera pasado encima, lo siguiente el sonido de las bocinas y alarmas a su alrededor.
- ¡Una ambulancia!
- Lo siento, no creo que la nece...
Las voces circundantes se pierden hasta desvanecerse al igual que la luz, dejando a oscuras su alma en la inmensidad de la nada. También el dolor desaparece, se pausa.
Frente a él aparece un proyector empolvado esperando a ser puesto en acción.
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¡Damas y caballeros, la película de la vida de Lee Minho!
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No es nada particular, desde niño... Mmm, no, desde niño no. Desde siempre fue difícil y desdichada,-según su memoria- pues tras perder a sus padres desde tierna edad y ser colocado en un orfanato dónde no fue bien recibido, se encontró de pronto con que no tenía lo básico que un niño tiene al llegar al mundo: un sentimiento de pertenecía, el cual es importante a la hora de querer formar parte de una sociedad, un grupo, un sentimiento, para que alguien se sienta unido a algo o a alguien.
También aplica para la vida misma.He ahí que mucha gente opina que el ser humano anhela vivir para siempre, enseñando tal doctrina con un repertorio extenso de material que va desde películas hasta propaganda religiosa, mismas que afirman que el ser humano tiene el deseo de la vida eterna porque que es un anhelo innato debido a que fuimos construidos para vivir para siempre desde un principio. Y que por error de los primeros humanos, vivimos vidas tan fugaces cómo el rocío matinal.
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De la muerte al amor en cien días - MinBin
Fanfiction¿Creés en las segundas oportunidades? Lee Minho es un chico harto de la vida, destrozado por la injusticia de la misma y de repente es arrollado una vez más, muriendo en el proceso. Estando frente a Seo Changbin, la parca encargada de su caso. Lee a...