DÓNDE ;, la joven sully conoce a cierta Na'vi metkayina, causandole un revuelo de emociones.
O
DÓNDE ;, trata de alejarla lo más posible de su novio y sus malos hábitos, deseando lo mejor para Aid'la, un mejor novio.
kiri sully × FEM¡OC
" I could...
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DIAS DESPUÉS kiri pov.
AID'LA ERA UNA GRAN AMIGA y también una gran bromista, era de verdad una compañera qué cúalquiera quisiera tener, una chica amable, graciosa, energetica y con una chispa especial verdaderamente inefable.
Ella era inefable.
En cúanto dirigí mi vista en la ubicación en dónde ella se tendría qué encontrar, no estaba, poniendo mis orejas de punta, es rápida.
- ¡Aid'la! - La llamé, con mi ceño fruncido, hace dos segundos juraría que estaba al lado mío, por eywa, es igual de inquieta qué una Na'vi de cinco años.
- ¡BU! - Alguien me tomó de los hombros, sobresaltandome, e involuntariamente golpeé con mi codo el rostro de quién me había asustado. - ¡Auch! - Se quejó, mientras yo me volteaba conteniendo la risa que amenazaba con salir.
- ¡Skxawng!, ¡te lo merecías! - Solté viendo como ella se sobaba su mejilla, con una expresión seria.
- Ñiñiñi. - Respondió Aid con burla, caúsando una risa en mí, aunque no había momento qué no riera estando con ella.
- Me enteré qué dentro de unas semanas abrá una especie de "celebración" por la llegada de los tulkun, ¿irás? - Pregunté, esperando una respuesta afirmativa de Aid, si iba a ir, no quería estar sola en ese lugar.
- ¡Claro qué sí!, ese festival es lo más bello qué podemos organizar nosotros, los Metkayinas. - Un sentimiento de alivio calentó mi pecho, para seguir hablando.
- Y..., ¿irás con Ao'nung? - Tenía qué saberlo, ese estúpido siempre estaba arruinando el ambiente cálido entre nosotras dos cada vez qué podía.
- Oh, sí, me prometió llevarme a dar un paseo en su ilu cerca de las montañas aleluya..., ¡estoy ansiosa! - Fingí una sonrisa, tratando qué no se note mi pena, siempre le promete cosas, y no las cumple, y Aid'la es tan buena qué lo perdona.
- Eso suena genial, espero no te deje plantada, como la otra vez en el muelle..., o cómo en tu cumpleaños..., o -
- ¡Ya, kiri!, ¡basta!..., fue hace tiempo, y..., no es para tanto, le daré una oportunidad más. - Sus ojos se desviaron desde mi rostro hasta el hermoso mar, enfrente a nosotras, tan tranquilo, pacífico, y bello.
- Pero no quiero qué se repita, te hace daño, aid. - La miré con mis orejas bajas, notando como las de ella también lo estaban, al igual que su cola, que se enredaba en su pierna como si fuese una enredadera.