DÓNDE ;, la joven sully conoce a cierta Na'vi metkayina, causandole un revuelo de emociones.
O
DÓNDE ;, trata de alejarla lo más posible de su novio y sus malos hábitos, deseando lo mejor para Aid'la, un mejor novio.
kiri sully × FEM¡OC
" I could...
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AID'LA, AO'NUNG & KIRI narrador omnisciente.
LA NOCHE LLEGÓ, Y EL VIENTO RUGÍA CON SU ALIENTO HELADO, pero sin fuerza. Se escuchaba a lo lejos como el cielo comenzaba a quejarse, y los metkayinas, más qué contentos, correteaban con sus hijos, reían y disfrutaban el momento de alegría entre todos con compañía de todos.
Aunque este no era el caso. Un silencio incómodo se formó entre los tres adolescentes una vez se encontraron en aquel festival lleno de armonía y felicidad.
- Aid'la..., ¿podemos hablar un segundo?, en PRIVADO. - Ao'nung rompió el silencio, hablando con su pareja, recalcando el "Privado"
- Oh, claro. - Ambos se levantaron de la arena, y aid miró a kiri. - Ya vuelvo, ¿si?
- No te preocupes. - Kiri fingiendo alegría por su amiga, le dedicó una sonrisa segura.
Ao'nung abría el paso de aid'la quitando las hojas de las plantas de su camino, la luz violeta pegaba en sus pieles, mientras sus características pecas con aquella luz blanca resplandecían en sus cuerpos. Ambos se miraron, y aid'la sonrió, robándole un suspiro al más alto, qué rascó su nuca, con nerviosismo.
- Aid'la, quiero qué sepas qué te veo. - Aid'la rió por lo bajo, trató de decir algo pero rápidamente fue interrumpida por Ao'nung. - Te veo cúando te enojas, cuándo estás triste, cúando estás algo pesada y cúando me ahogas en la arena. También cúando me dejas de lado por tus amigos, y cúando te pones triste por mi culpa, cosa qué no me siento para nada orgulloso.
- Ao, yo...
- Perdón por todo eso, tan solo no medí mis celos en cuánto estabas pegada a neteyam o kiri, y me enojé por eso, lo lamento tanto, sé qué te mereces algo mejor qué yo, respeto tu decisión de quedarte a mi lado, o con alguien más, si tú te vas yo me quedo, y te voy a esperar lo necesario.
Aid'la envolvió el cuerpo del contrario con sus brazos en un abrazo reconfortante, diminutas gotas de agua salada escurrían de sus ojos, y Ao'nung la consolaba con un cariño nunca antes visto en el. De verdad estaba arrepentido.
- Muéstrame tú muñeca. - Ao'nung le dijo a Aid'la, que le hizo caso. - Si no te gusta úsala igual qué me costó mucho. - Colocó una pulsera en la muñeca de la más baja, mientras posaba sus labios en su frente, con cariño.
- Gracias, ao, te quiero. - El contrario bajo levemente sus orejas, pero siguió sonriendo, abrazando a su ahora casi algo.
- Yo también. - Se miraron a los ojos por última vez, antes de dar media vuelta hacia dónde estaban sentados, y ahí seguía kiri, qué miraba el agua más qué pensativa.
