Destino.

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Gracias a mis fieles lectoras que siempre están comentando mis capítulos. No saben la felicidad que me da leerlas. Espero este capítulo sea de su agrado.

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Claramente era de noche cuando abrió los ojos, él pudo vislumbrar que estaba en casa, en las Tierras de las tormentas.

 ¿Cómo llegué aquí? - pensó sin encontrar una respuesta.

Lo último que recordaba era al tío Renly ayudándolo porque había sido herido con unas flechas. Él se movió y se dio cuenta que estaba vendado, hizo una mueca cuando sintió dolor en su espalda. Trató de sentarse, pero el dolor era fuerte, quiso estirarse y tomar un poco de agua porque estaba sediento sin embargo no pudo hacerlo. Se maldijo por eso.

La puerta se abrió y Ser Davos entró.

-Muchacho, ¿Qué crees que estas haciendo?- regañó-

-Solo quiero beber algo- él se disculpó- Pero me duele como la mierda, ¿qué me pasó?

Ser Davos sonrió y se apresuró a darle de beber.

-Iré por el Maestre y por Lady Arya.

Gendry lo miró confundido.

-¿Por qué irías por ella?- le preguntó incrédulo- Supongo que ella está dormida-

Ser Davos negó con la cabeza.

-Ella no ha dejado tu lado desde que Renly te trajo, pero ella te contará eso- sonrió- por lo pronto, iré por el Maestre.

Gendry pensó que Ser Davos estaba equivocado. ¿Arya Stark pendiente de él? Por supuesto que no era cierto, probablemente solo estaba confundido. Si eso debe ser- pensó-

Despues de unos minutos el Maestre entró para revisarlo. Le dijo que se veía de mejor semblante y que había sido un verdadero milagro que estuviera vivo.

-La verdad es que usted ha corrido con mucha suerte, Lord Baratheon- anunció el Maestre- Fue de vital importancia que Lord Renly le ayudara a quitar las flechas antes de que el veneno hubiera llegado a esparcirse-

-La realidad es que no me acuerdo de nada- Gendry dijo- Todo es tan confuso- explicó-

-Y tiene lógica, usted ha estado dormido la mayor parte del tiempo desde su ataque, es comprensible que tenga espacios en blanco por llenar- el Maestre comentó- Pero las heridas parecen estar sanando correctamente, pronto usted podrá regresar a su vida normal-

Gendry pensó que no había nada normal en su vida en este momento pero no lo dijo.

La puerta se abrió de golpe y entró Arya visiblemente aliviada, la sorpresa de Gendry era que no venía sola. Un enorme lobo seguía sus pasos y saltó a la cama de plumas justo a su lado. Él se quedó inmóvil.

-¡Gendry!- ella se acercó a él y se sentó en la cama de plumas- Me alegra verte bien- le sonrió ampliamente-

Gendry estaba confundido. La última vez que la vio, ella le había dicho tantas cosas que por un segundo pensó que lo odiaba. Por supuesto entendía que había pasado bastante tiempo pero ciertamente esta nueva actitud le era desconcertante.

-A mí también me alegra estar de vuelta- le dijo- Uhmm, ¿Arya?

Arya lo miró curiosa.

-¿Qué pasa?

-¿Por qué hay un lobo dormido en la cama?- él estaba preocupado-

Arya no pudo evitar sonreír.

-Ella es Nymeria, mi loba- comentó un poco más seria- Regresó hace unos días- Arya alcanzó la cabeza de Nymeria y la acarició- Parece que le caes bien, te tiene confianza- explicó- Desde que te trajeron, ella ha estado a tu lado, cuidándote.

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