Una pequeña esperanza

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¡Hola a todxs! Primero que nada, espero se encuentran bien, en segundo lugar quiero pasar a aclarar un par de cosas:

1.- Ésta es una historia GENDRYA, ése es el endgame en ésta pequeña historia.

2.- No tendremos mucho de nuevas guerras porque el ejército de los muertos NO existe en esta historia y ya hay una Reina: Daenerys.

3.- Todos los personajes ya mencionados en los capítulos previos tendrán una participación, pero la historia se desarrollará en Storms End por lo que los personajes cercanos a eso tendrán más participación.

4.- Ésta es una historia de amor, veremos a nuestros personajes enamorarse poco a poco. La historia se centrará en ellos.

Dicho lo anterior, si has decidido quedarte conmigo en esta historia, te cuento que llevo la mitad escrita y todavía no puedo parar. Prometo que será algo muy lindo para nuestros personajes favoritos. 

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Arya estaba segura de que después del incidente anterior, estaban mezclando una poción para dormir en su comida. Había hecho todo lo posible por evitarlo, pero al final ganó su voluntad de vivir, de vengarse. Sabía que nunca pondrían tanto que pudiera matarla; la necesitaban demasiado para eso. Solo la necesitaban a capacidad reducida para que no haga otro truco como lo hizo la última vez que Miranda visitó. Las dosis comenzaron siendo pequeñas, lo suficiente para que se sintiera cansada, pero a medida que pasaban los días, comenzó a sentirse más cansada, más somnolienta y supo que tenía que hacer algo. Entonces, decidió limitarse a la comida que creía que podía contener la menor cantidad de poción.

Un plato de comida se deslizó dentro, y ella se levantó, sus articulaciones protestando, para traerlo más cerca. Sus heridas aún no habían sanado, la limpieza frecuente que hacía Miranda se aseguraba de que sus heridas quedaran en carne viva. Recogió el pan y dejó el resto. Partió el pan, quitándole la corteza y tirándolo al suelo.

-Tienes razón en no comer eso- Dijo el chico que le trajo la comida.

Ella entrecerró los ojos, sacudiendo la cabeza ligeramente para enfocar. No era un niño sino un hombre joven, alguien de su misma edad. Parecía familiar. El reconocimiento golpeó los bordes de su conciencia. Seguramente, no lo era, su mente le estaba jugando una mala pasada.

-¿Mycah?- Su voz sonaba rota para sus propios oídos. Ella lo miró por un momento; todavía se parecía al chico con el que solía jugar, solo un poco más alto que ella ahora- ¿Qué estás?- ¿cómo?- entonces la golpeó. Boltons controló Invernalia. Ahora trabajaba para los Bolton. Sabía que si todos se hubieran negado, todos habrían sido masacrados, pero eso no impidió que la enfermiza sensación de traición creciera en ella.

-No lo entiendes, Lady Arya-Dijo apresuradamente, sonando a disculpa- No teníamos otra opción. Y hasta hace unos días ni siquiera sabía que estabas vivo. Me enteré cuando Lady Miranda te estaba maldiciendo por intentar matarla y a Lord Bolton por no matarte. Traté de entrar en la cocina para persuadir a los guardias de que me dejaran ser el que te trajera la comida. Y hoy, de la nada me preguntan, y tuve que ver por mí mismo que estabas bien, pero obviamente no estás-

-Mycah, respira- Ella dijo. Quería sonreír, pero sus labios no cooperaban, se sentía como si hubiera olvidado cómo hacerlo. Pero todavía estaba cerca de algo casi como la felicidad, algo como la esperanza que había sentido desde que había sido capturada.

Él le sonrió un poco tímidamente.

-¿Puedes caminar? O incluso mejor, ¿correr? Ella lo miró confundida- Puede que le haya robado la llave al guardia- Dijo tímidamente y levantó la mano para mostrarle la llave.

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